Los vinos de Galicia, noroeste de España, han gozado tradicionalmente del favor de los paladares exquisitos y de los entendidos fuera del país gallego. O sea, una minoría.
CREADOR. El caricaturista Gogue junto a su famosa “Gótica Paralótica”, ya hecha escultura.
Sin embargo, en la última década se ha producido una llegada sin precedentes de los dos vinos blancos estrella de Galicia: el Ribeiro y el Albariño. Y más recientemente están llegando los tintos Mencía. Pero nunca se había mezclado la cultura del vino con la cultura del humor gráfico. Hasta hoy.
La bodega Albamar ha embotellado dos joyas, un Albariño y un Mencía, y en el etiquetado les ha plasmado a sus personajes-marca: el matrimonio de los paisanos Floreano y Moncha, producto de la imagnación del humorista gráfico Gogue.
Floreano es la imagen del Mencía tinto de la región gallega Ribeira Sacra, mientras que Moncha es la embajadora del Albariño.
Y las botellas ya han llegado al mercado de Nueva York, primer paso, dicen, de la invasión de un vino que llega lleno de buen humor y precedido de excelentes críticas.
“Me llena de satisfaccion e ilusion que los vinos tengan tan buena acogida y en un lugar tan mítico cómo es el Parador Café, uno de los restaurantes más antiguos de Nueva York y regentado por José Alejandro, gallego e hijo de Emigrantes de los años 50”, explicó Gogue a El Tiempo Latino.
Gogue, quien ha publicado alguna de sus caricaturas en este periódico, es conocido en el ambiente del humorismo gráfico estadounidense y alguno de sus trabajos ha sido seleccionado para las muestras que organiza el National Press Club de Washington, DC.
Las etiquetas de Gogue solo quieren dar un toque de humor a un vino de mucha calidad. “Si el tinto es sabrosísimo, el blanco es excepcional gracias a la doble fermentación que reduce sus grados de acidez”, explica el bodeguero Xurxo Alba.
