Por Abel López Abreu | @Zakont
Especial para El Tiempo Latino
En toda América aumentan las presiones por motivos económicos hacia un descongelamiento de las medidas sociales que restringen la circulación de personas, cuyo fin es frenar el avance del COVID-19. La pandemia llevó al confinamiento de gran parte de la población global por considerarse la única forma de hacer frente al virus, que ha dejado más de 297 mil fallecidos en el ámbito mundial según cifras de la Universidad Johns Hopkins al cierre de esta edición.
Al respecto, Andrei Serbin Pont, analista internacional y director de la Coordinadora Regional de Investigaciones Económicas y Sociales (CRIES), sostiene que en América Latina el problema del aislamiento social es que se intenta aprovechar la experiencia de países previamente afectados, como los europeos, pero con diferencias en cuanto al índice de desarrollo, vulnerabilidad social y economía.
El experto en el área internacional toma de ejemplo el caso de Argentina, donde las estrictas medidas de aislamiento del peronista Alberto Fernández han contribuido con la contención de la pandemia, pero con impacto en el ámbito laboral, de los ingresos de la población y la pobreza. No hay la misma capacidad de resiliencia que en países europeos ni tienen los mismos efectos por las características sociales y económicas particulares, afirmó Serbin Pont en una entrevista exclusiva con El Tiempo Latino.
En contraste con Argentina está Brasil, donde se ha priorizado el ámbito económico, pero con una expansión de los contagios por coronavirus acelerada. De acuerdo con el experto, aun así se prevé una contracción económica en el país dirigido por el ultraderechista Jair Bolsonaro. El director de CRIES sostiene que los países que mejor han manejado la pandemia son aquellos en los que realizan pruebas de diagnóstico de forma masiva, como Colombia, permitiendo un mejor análisis del contexto situacional para la toma de decisiones.

BRASIL. El gobierno de Jair Bolsonaro ha evitado un cierre de la economía como en países como Argentina o Colombia, donde aplicaron cuarentenas. Imagen del Mercadao de Madureira en Río de Janeiro, el 12 de mayo. | Foto: Efe/Antonio Lacerda.
El analista internacional destaca la dificultad de importar modelos para tratar la pandemia porque el contexto es distinto de un país a otro. “Cuándo se puede levantar la cuarentena, no sé. Es una respuesta que tiene que surgir de grupos interdisciplinarios: de una mesa en la que tienen que haber epidemiológicos, sociólogos, economistas, politólogos y asistentes sociales, es decir, especialistas de diferentes ámbitos”.
El gobierno de Suecia, por ejemplo, señala que pasará tiempo antes de conocer qué modelos funcionan mejor que otros, en una carta enviada al gobierno de Alberto Fernández luego de comentarios respecto a la políticas adoptadas por el país europeo.
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“Las medidas de Suecia difieren de otros países solamente en tres aspectos: nosotros no hemos impuesto un aislamiento social, preventivo y obligatorio; no hemos impuesto el cese de la actividad comercial a algunas empresas y no hemos cerrado jardines de infantes, ni escuelas primarias (…) Suecia tiene tasas de mortalidad por COVID-19 más altas que algunos otros países que han impuesto la cuarentena, y más bajas que otros que también han impuesto la cuarentena”, indicó la nación el lunes 11 de mayo en un comunicado diplomático.
Prudencia recomendada
El doctor Marcos Espinal, director del Departamento de Enfermedades Transmisibles y Análisis de Salud de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), aseguró que se mantendrá la detección de casos aunque se aplane la curva de contagios. Por lo tanto, pidió prudencia en el proceso de desconfinamiento de la población.
“Nosotros recomendamos que las medidas se flexibilicen cuando veamos un descenso continuo del número de casos y cuando los hospitales y clínicas estén menos sobrecargados y puedan absorber ese número de casos”, dijo Espinal en una entrevista de En Tiempo Latino transmitida por Facebook Live el viernes 1 de mayo.

Al cierre de esta edición, la Universidad Johns Hopkins cifró los contagios de COVID-19 en el ámbito mundial en 4 millones 369 mil 410, pero destacó en el primer lugar a Estados Unidos, donde los casos llegaron a 1 millón 390 mil 764 y los muertos 84 mil 136. Al respecto, el doctor Espinal explicó que tener el mayor número de resultados positivos no es que se haga algo mal, ya que es la nación que más pruebas ha hecho.
Preguntas claves
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó a los países que aplicaron cuarentenas esperar un lapso de dos semanas entre cada flexibilización de las medidas de aislamiento, con el fin de analizar los resultados obtenidos para luego adoptar las mejores decisiones.
“Para reducir el riesgo de nuevos brotes, las medidas deberían levantarse de forma gradual y escalonada, basándose en una evaluación de los riesgos epidemiológicos y los beneficios socioeconómicos del levantamiento de las restricciones en los diferentes lugares de trabajo, instituciones educativas y actividades sociales”, sugirió la OMS el miércoles 15 de abril.
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Las dos semanas sugeridas, para responder adecuadamente ante posibles nuevos brotes, corresponden al periodo de incubación del COVID-19.
Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, sostuvo el lunes 11 de mayo que muchos países han aprovechado el tiempo de confinamiento para “aumentar la su capacidad de evaluar, rastrear, aislar y atender a los pacientes” con coronavirus, así como frenar la propagación del virus y aliviar la presión en los sistemas de salud.
Pidió a los países realizar tres preguntas claves antes de relajar las restricciones sociales: ¿está bajo control la epidemia? ¿puede el sistema de salud hacer frente a un resurgimiento de casos que pueden surgir después de relajar ciertas medidas? y ¿el sistema de vigilancia de salud pública puede detectar y manejar los casos y sus contactos e identificar un resurgimiento de casos?
Caso EEUU
En Estados Unidos, por ejemplo, se prevé una reactivación de actividades laborales en un momento crítico para la economía, con 33,5 millones de peticiones de beneficios por desempleo. La Administración de Donald Trump apuesta por la reapertura aceptando la posibilidad de una segunda ola de contagios.
Steven Mnuchin, secretario del Tesoro, reconoció el domingo pasado la amenaza que supone para la salud de las personas reabrir la economía, pero cree que el riesgo puede disminuir si se hace con las medidas de cuidado. Acciones como el correcto lavado de manos con jabón, el distanciamiento social y la modificación en formas de saludar deben mantenerse.
“Creo que existe un riesgo considerable si no reabrimos. Estamos hablando de un daño económico permanente para el pueblo estadounidense. Vamos a reanudar la actividad de una manera razonada, lo que permitirá la vuelta al trabajo con seguridad”, dijo Mnuchin a Fox.

NUEVA YORK. Broadway extendió el cierre de teatros hasta septiembre. | Foto: Efe/Justin Lane.
Contexto político latinoamericano
Andrei Serbin Pont considera que en el ámbito social y político habrá repercusiones, porque los países que controlaron bien la pandemia en lo sanitario descuidaron la economía y viceversa. Por ejemplo, destacó que en Bolivia la actual presidenta interina, Jeanine Áñez, se posicionó como probable ganadora de los próximos comicios presidenciales, cambiando la tendencia de hace un mes, por su manejo del COVID-19.
El analista internacional también comentó la situación en El Salvador, donde considera que ha habido medidas de tipo autoritarias asumidas por el gobierno de Nayib Bukele, además cuestionadas por organismos extranjeros.

SAN SALVADOR. Nayib Bukele ha aplicado duras medidas junto con la cuarentena, como detener a las personas que violen la orden de aislamiento. | Foto: Efe/Rodrigo Sura.
“Hemos visto cómo ciertos gobiernos van aprovechando las condiciones que generó el COVID-19 para implementar medidas políticas o instrumentos que tienen características autoritarias; o que el día de mañana podrían facilitar medidas autoritarias. Muchas de las soluciones también pueden ser restrictivas de la democracia a futuro”, alertó.
En el caso de Venezuela se mostró preocupado, porque hay circunstancias que complican la atención de la pandemia: emergencia humanitaria, violencia, desabastecimiento, ausencia de servicios básicos, y un gobierno de corte autoritario y represivo que ha utilizado el contexto de la pandemia para aumentar la represión. Advirtió sobre la violación de los derechos humanos.