Milagros Meléndez – ETL
DOLOR. Karen Laliberte (izq.) de padres mexicanos, y Érica Colunga Ponce se emocionan durante la vigilia del 6 de Julio. | FOTO: Milagros Meléndez
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MILITARES. Itselly Díaz (izq.) y Christy Madrid sirvieron en los Marines. Dicen que los acosos sexuales por parte de superiores es una práctica común. | FOTO: Milagros Meléndez

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ALTAR. Un altar recordando a Vanessa Guillén. | FOTO: Milagros Meléndez – ETL
La vida le fue arrebatada muy temprano y de manera cruel a Vanessa Guillén, la soldado de Texas. cuyos restos desmembrados cuentan el horrendo final de la joven de 20 años, desaparecida por más de dos meses y que —según su madre— estaba siendo acosada sexualmente por un superior en el cuartel Fort Hood.
La desesperación y dolor de la madre inmigrante y los detalles espeluznantes del caso provocan en centenares de personas un clamor, que se hace eco en Washington DC pidiendo justicia por Vanessa.
Desde el 4 de julio se han realizado en el área pequeñas manifestaciones y vigilias que se han sumado a llamadas de cabildeo para presionar a los congresistas a que investiguen a fondo el caso y eliminen la impunidad de los militares, entre otros puntos.
El lunes 6, una convocatoria individual por parte de la sargento Gabrielle Noviello, reunió a más de cien personas que desafiaron las amenazas de tormenta y realizaron una vigilia al pie del Monumento a Washington.
Otra convocatoria, a diferente nivel, fue realizada por la funcionaria Jackie Reyes-Yanes, directora de la Oficina de Asuntos Latinos de la Alcaldía de DC (MOLA), quien formó el grupo “Somos Justicia para Vanessa” (#somosjusticiaparavanessa), promoviendo el cabildeo de llamadas a los congresistas y la participación de hispanos en eventos de manifestación.
Manifestación en DC
Usando mascarillas, sosteniendo pancartas y velas en las manos, jóvenes y adultos de diferentes grupos étnicos, que no se conocían entre sí, se reunieron el lunes 6 al pie del Monumento de Washington con una sola finalidad: pedir justicia por la soldado Vanessa Guillén, cuyos restos fueron hallados recientemente en Texas, tras más de dos meses de desaparecida.
El grupo —la mayoría de ellos militares y ex militares de Estados Unidos— expresaron su pesar por la muerte de Guillén, quien días antes de su desaparición el 23 de abril, le habría dicho a su madre que estaba siendo acosada sexualmente por un sargento del cuartel donde servía, Fort Hood, en Texas.
“Esta es una tragedia que no debería haber ocurrido, pero que lamentablemente trae a la luz un problema que ha estado pasando frecuentemente en el Army”, dijo a El Tiempo Latino Antonieta Rico, quien llegó desde Reston, Virginia.
Rico, una ex miembro de las fuerzas armadas, acudió con su hija Harley Woodring, de 11 años, y en un emotivo instante derramó lágrimas. “No es justo que se le quite la vida a una joven que estaba sirviendo a la patria”.
Érica Colunga Ponce, quien llegó desde Fairfax, también se solidarizó con la familia Guillén. “Mi hijo es militar y en este momento está sirviendo en San Diego y no puedo imaginarme por lo que está pasando esta madre. Es terrible todo esto”, dijo.
Mientras que Janeth —cuyo apellido prefirió no revelar— tomó el micrófono clamando por justicia para Vanessa Guillén. En español, dijo que como madre de un joven militar se aflige por la situación que revela la muerte de la joven soldado.
“Represento a muchas familias que tienen hijos en las fuerzas armadas.
Somos madres y nos conmueve profundamente lo que la mamá de Vanessa puede estar sufriendo hoy. Sé que nada aplacará el dolor que tiene, pero salgamos y unámonos a ella para pedir justicia por Vanessa”, señaló.
Denunciaron acoso
Al menos tres mujeres que han servido en las fuerzas militares tomaron el micrófono el lunes para contar sus experiencias de acoso sexual y hasta de violación durante el tiempo que estuvieron en los cuarteles, una de ellas dijo que fue violada cuando estaba en la Academia Militar. “Se suponía que nos cuidarían, pero en lugar de ello, nos ultrajaron”, señaló una de ellas en forma anónima.
Christy Madrid e Itselly Díaz, ambas de 25 años, dijeron a El Tiempo Latino, haber sido molestadas por sus superiores durante el periodo que sirvieron en los “Marines”. Las dos son de Houston, Texas, de padres mexicanos y radican en Baltimore, Maryland.
“El acoso que pudo haber experimentado Vanessa es algo que ocurre muy seguido pero que no se denuncia por temor. A veces no nos llegan a tocar, pero con las palabras, miradas y acciones nos hacen sentir terribles”, dijo Madrid.
“Es algo que pasa de lo incómodo al trauma, porque uno ya no se siente bien en ese ambiente”, manifestó.
Díaz no contó detalles pero afirmó que había experimentado el acoso de un superior y que lo denunció. “Pero no hicieron nada”, dijo.
Le dispararon y el caso fue archivado
La activista transexual Ruby Corado también hizo escuchar su voz y contó cuando un militar que trabajaba en el Pentágono le disparó por la espalda “dejándome gravemente herida porque yo no quise irme a vivir con él”.
Corado dice que el militar y ella mantenían una relación amorosa que ella terminó al negarse a vivir con él. “Un día tocó a mi puerta y me disparó”.
El caso fue desestimado. “Me dijeron que él era un alto militar y había sostenido que yo era una prostituta transexual”.
Convocatorias
La convocatoria de la vigilia fue realizada de manera individual por parte de la sargento Gabrielle Noviello. “Me emociona ver que hay tanta gente que no se conoce pero está unida por Vanessa, pidiendo justicia para ella”, dijo Noviello, quien es analista de inteligencia de la Guardia Nacional y reside en Germantown, Maryland.
Otra convocatoria, a diferente nivel, fue realizada por la funcionaria Jackie Reyes, directora de la Oficina de Asuntos Latinos de la Alcaldía de DC (MOLA), promoviendo el cabildeo de llamadas a los congresistas y la participación de hispanos en eventos de manifestación.
“Ante la necesidad de alzar una voz por Vanessa creamos un grupo en las redes sociales para convocar a líderes y ciudadanos que se manifiesten pidiendo justicia”, dijo Reyes.
La funcionaria formó el grupo Somos Justicia para Vanessa en las redes sociales.
“Instamos a la gente a que llamaran a los senadores y representantes del Congreso para exigir una investigación en el caso de Vanessa Guillén”, agregó.
Ese es el mensaje que promueven y los números a llamar: (202) 224-3871 es el del Comité en el Senado, y (202) 225-4151 del Comité en la Cámara de Representantes.
“Estoy llamando para solicitar una investigación de parte del Congreso por medio de los Comités de los Servicios Armados en el Senado y en la Cámara de Representantes, por el mal manejo del caso de la desaparición de Vanessa Guillén”.
Detalles del caso
El caso de la soldado Vanessa Guillén se perdió entre las noticias a nivel nacional por la pandemia del Coronavirus y las manifestaciones contra la brutalidad policial tras la muerte de George Floyd.
Sin embargo, el ímpetu de la madre, que sin saber inglés tocó innumerables puertas puso el clamor por su hija en el lente público. “Aunque deberíamos estar más unidos y haciendo fuerza por esta madre”, dijo Reyes. “Yo también tengo una hija de 20 años y me uno al dolor de esta mamá”, añadió.
El 23 de abril de 2020, el Comando de la División de Investigación Criminal del Ejército de Estados Unidos (USACID) fue notificado por un capitán de la desaparición de la soldado Vanessa Guillén. La familia de la soldado entonces empezó a exigir respuestas a las autoridades de la base Fort Hood, señalando que Guillén les había dicho que estaba siendo acosada por un sargento.
El 22 de abril, día que Guillén fue vista por última vez, la soldado había mandado un mensaje de texto a uno de sus supervisores.
La abogada de la familia de Guillén dijo que los oficiales de Fort Hood sabían de ese mensaje que sirvió de pista para desenmarañar lo que le pasó a la joven.
Aaron Robinson era un sargento que trabajaba en la base militar de Fort Hood. Una investigación en el registro del celular de Vanessa Guillén reveló que los últimos mensajes que envió la soldado fueron al teléfono del sargento.
Testigos dijeron a los investigadores que vieron a Robinson empujar una caja pesada con ruedas, desde el cuarto de armas donde trabajaba Guillén hasta el auto.
Cuando la unidad de investigaciones criminales del Ejército fue a interrogarlo en relación a la desaparición de Guillén, lo hallaron muerto. La policía había dicho que el soldado sacó un arma y se disparó cuando los agentes intentaban hacer contacto con él.
Asesinada a martillazos
La investigación apunta a que Robinson mató a Guillén usando un martillo y luego desmembró su cuerpo para esconderlo entre la maleza con la ayuda de su pareja, Cecily Aguilar.
El 30 de junio las autoridades hallaron restos humanos cerca de un río en el condado Bell de Texas. El lunes 6 la Policía identificó el cuerpo como el de Vanessa Guillén. Aguilar, de 22 años, fue acusada formalmente de conspiración para manipular evidencia.