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La Anschluss de Putin: El nuevo capítulo que ha abierto la invasión rusa a Ucrania es el comienzo de una gran jugada geopolítica

Nancy Álvarez
POLÍTICA. Vladimir Putin, presidente de Rusia/EFE

Finalmente ocurrió. Rusia invadió Ucrania y la manera de hacerlo, por los tres costados, por aire, tierra y mar y masivamente con unos 150 mil soldados, sugiere que el propósito no era—como Vladimir Putin argumentó al lanzar la invasión—apoyar a las repúblicas secesionistas de Donetsk y Luhansk por medio de una “operación militar especial” sino destruir las fuerzas armadas ucranianas, colapsar al gobierno y sustituirlo por un régimen títere que le siga la corriente al régimen ruso.

¿Por qué se llegó a este punto? ¿Qué ha llevado a Putin a quebrar el orden internacional de manera tan rotunda? Ya había comenzado a hacerlo desde su incursión en Georgia en 2008 y la anexión de Crimea en 2014 pero siempre se trató de acciones parciales. La invasión de Ucrania representa un capítulo nuevo, inédito en el orden mundial posterior a la caída del comunismo. ¿Por qué invadir con todo el poder de su ejército a una nación a la que siempre Rusia llamó su hermana? Mientras la bruma de misiles, bombardeos, muertos y desplazados se va aclarando es importante responder, aunque sea provisionalmente, a esas preguntas.

El principal antecedente: la Segunda Guerra Mundial
De la Segunda Guerra Mundial se ha dicho casi todo, pero en lo que todo el mundo coincide es que se originó en los agravios que vivió Alemania por la imposición de reparaciones de guerra de los aliados—principalmente Inglaterra y Francia—tras la Primera Guerra Mundial. Los costos de reparación de guerra fueron tomados tanto por el liderazgo político como por el pueblo alemán como una humillación. Y de esos polvos vinieron los lodos del fortalecimiento del nacionalismo alemán y su mutación temprana en la versión extrema que encarnó Hitler.

A diferencia de otras corrientes nacionalistas, que tras el colapso de la República democrática de Weimar se convirtieron en la fuerza predominante en Alemania, el condimento principal del Partido Nazi, como todos sabemos, fue el componente racial: los pueblos arios representaban la cúspide de la raza blanca y por eso merecían dominar al resto. Y fue ese el ariete principal—la justificación última—que alimentó el expansionismo alemán y el intento por crear una Europa aria que dominara el mundo.

Pero volvamos a lo nuestro. Previo a la Solución Final del exterminio de los judíos, la lógica inicial de la expansión alemana fue la Anschluss, que significa unión (o anexión) y que fue aplicada inicialmente en Austria (para delirio de los austríacos) y que le proporcionó a Hitler la primera plataforma para sus sucesivas campañas militares de expansión y anexión. La Anschluss se basaba en las similitudes no sólo raciales sino culturales y lingüísticas entre Alemania y Austria que justificaban la unión entre ambas naciones y eventualmente la anexión por parte del hermano mayor. La puesta en marcha de esa visión cristalizó el 13 de marzo de 1938 con la anexión de Austria por parte de Alemania y que ocurrió antes de que se declarara la Segunda Guerra.

Esa política de anexión representó una ruptura brutal con las tradiciones anteriores de coexistencia de las naciones europeas que se habían establecido como acuerdos políticos de largo aliento tras la llamada Paz de Westphalia, que consagraba principios como la soberanía de las naciones emergentes en el teatro europeo sobre su territorio y sus asuntos domésticos.

La Anschluss no sólo encarnó una idea de expansión, sino que dio pie para una estrategia de expansión hacia otras naciones sobre la base de la intervención militar y el quiebre de los adversarios europeos que no aceptaran la imposición del nazismo. La anexión de Austria consagró la invasión militar como la herramienta para determinar el poder y sus fronteras en Europa, sustituyendo a la diplomacia y los acuerdos internacionales o comerciales. En pocas palabras, el dominio del más fuerte militarmente hablando.

La Anschluss de Putin
Salvando las distancias históricas e ideológicas y en medio de un mundo mucho más globalizado, la invasión rusa a Ucrania en curso luce muy similar en su justificación a la Anschluss de Hitler al anexionarse Austria. El artículo publicado por Putin el año pasado en el que argumentaba que Ucrania siempre había sido parte del universo ruso fue el primer paso para establecer la plataforma de su acción.[1]  Ciertamente Ucrania y Rusia siempre han sido naciones coexistentes (que no son necesariamente países independientes), primero bajo la Rusia zarista y luego bajo el imperio soviético. Las corrientes culturales, lingüísticas (el ruso es el principal lenguaje que se habla en Ucrania oriental) son relativamente similares—aunque no tan intensas—como las existentes entre Alemania y Austria en los años 30 del siglo pasado.

Pero el discurso pronunciado el lunes 21 de febrero fue la guinda de la torta. En él Putin argumentó[2] que Ucrania nunca había tenido un estado como tal, que había sido creada como país por los bolcheviques y que si había que des-comunistizar a Ucrania pues él estaba dispuesto a llegar hasta el final, es decir, quitarle la independencia a Ucrania. Todas las acciones militares recientes de Rusia, como la incursión en Georgia y la anexión de Ucrania, las intervenciones veladas en Bielorrusia y Kazakhstán y su participación en Siria sugerían un intento por volver a la época en que Rusia, por intermedio de la Unión Soviética, compartía la dominación del mundo con su archirrival, Estados Unidos.

He allí el nuevo capítulo que ha abierto la invasión rusa a Ucrania. Es el comienzo de una gran jugada geopolítica para cambiar el teatro europeo a favor de Rusia, en su vuelta al ruedo como gran potencia y que se inicia con su particular Anschluss en Ucrania.


[1] https://www.theguardian.com/world/2021/dec/07/putins-ukraine-rhetoric-driven-by-distorted-view-of-neighbour

[2] Extracts from Putin's speech on Ukraine, Reuters, Feb 21, 2022

https://www.reuters.com/world/europe/extracts-putins-speech-ukraine-2022-02-21/

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