Las imágenes son conocidas: bombardeos, humo, tanques T-72 atravesando ciudades o aplastando vehículos. Pero esas imágenes que hasta hace poco identificábamos con eventos ocurriendo en alguna periferia del mundo desarrollado (Irak, Siria, Afganistán, Sudán e incluso en los Balcanes) son ahora realidades que tienen lugar en el mero centro de Europa. Ucrania está en llamas y cientos de miles de civiles huyen despavoridos de un presente apocalíptico y un futuro incierto.
Se especuló tanto en las semanas que precedieron la invasión sobre el volumen de fuerzas rusas acumuladas en las fronteras de Ucrania que cualquier neófito en cosas de la guerra hubiera previsto un avance indetenible de sus ejércitos, como fue el caso del ejército alemán con sus blietzkriegs y el avance de sus divisiones panzer de tanques. Pero aparentemente, a pesar de la inexistencia de fuentes confiables sobre la marcha del conflicto, no ha sido así. A Rusia no le ha ido tan bien como esperaba, a pesar de las obvias ventajas en términos de armamento y de pie de fuerza. Al iniciarse marzo Kiev no había caído. A pesar de la debilidad numérica y en poder de fuego, las fuerzas ucranianas han logrado retardar el avance de las tropas rusas en varios frentes, aunque se reportan feroces combates cerca de Kharkiv, la segunda ciudad ubicada al noreste.
Pero también se le complica la retaguardia a Putin. En Rusia (especialmente Moscú y San Petersburgo), en Georgia, en Polonia y en algunos estados del Báltico, así como en Berlín y otras ciudades europeas, se han desatado fuertes protestas, lo que deteriora aún más la imagen de Putin y Rusia y abre la puerta en Europa a una era de rusofobia.
EEUU, la OTAN y Occidente rugen
A pesar de la liviandad con que el liderazgo de Occidente respondió a la invasión de Georgia en 2008 y a la anexión de Crimea en 2014, el tono de la OTAN tras la invasión a Ucrania ha variado sustancialmente. Tanto declaraciones como decisiones han sido más proactivas. Por lo pronto, la OTAN decidió movilizar, por primera vez desde su creación, partes de su Fuerza de Respuesta de Combate (de un total de 40 mil soldados) a Europa del Este como medida de precaución, así como continuar enviando armamento a Ucrania.[1] Alemania, que se había mostrado muy cauta, decidió enviar miles de misiles antiaéreos y antitanque y su canciller ha anunciado un “histórico aumento del gasto militar”[2]. EE. UU. acaba de enviar 7 mil soldados adicionales para entrenar ejércitos amigos en varios países. Incluso Suecia y Finlandia, que siempre han tenido posiciones cautelosas respecto a Rusia, han mencionado la posibilidad de pedir ser admitidos en la OTAN.
Está claro que los países miembros de la OTAN no enviarán ni por separado ni conjuntamente tropas a Ucrania. Lo ha dicho Biden repetidas veces y lo ha confirmado el secretario general de la OTAN. Pero también es cierto que tanto EE. UU. como los miembros de la OTAN han reafirmado que la alianza militar defenderá ‘cada pulgada de su territorio en caso de que Rusia decida atacar a un país miembro.’ Está por verse, por ejemplo, qué hará Rusia respecto al paso de armamento por la frontera de Polonia, que sigue ocurriendo.
El tipo de sanciones aprobadas por EE. UU. y la Unión Europea en contra de Rusia y los dirigentes rusos, incluyendo a Putin, suelen actuar en el mediano plazo, pero la reciente decisión de desconectar Rusia del sistema Swift de intercambios financieros es la sanción más severa hasta el momento. Ella opera en el cortísimo plazo y afecta los cientos de miles de transacciones diarias entre Rusia y el resto del mundo. Igualmente, el domingo 28 la Unión Europea acordó cerrar el espacio aéreo a todas las aeronaves rusas, así como ampliar la compra de armas a Ucrania y bloquear el acceso de varios medios de comunicación.[3] Hasta en el deporte y la música, donde Rusia siempre se ha destacado, una creciente lista de espectáculos han sido suspendidos tanto en EE. UU. como en Europa o su ubicación cambiada. Cada día Rusia se encuentra más aislada del mundo.
Entretanto, ha comenzado a flotar la idea de declarar a Putin, criminal de guerra, lo cual podría prosperar porque se cumplen los criterios mínimos que establece el Estatuto de Roma, que rige a la Corte Penal Internacional.
Entretanto, China pasa agachada
Tanto se dijo de la alianza entre Putin y Xi Jinping, especialmente durante los Juegos Olímpicos de Invierno, que todos creímos en su solidez. Sin embargo, China se ha mostrado mucho más cautelosa. Aun no oponiéndose abiertamente a la invasión rusa, frente a la propuesta de condena presentada por EE. UU. ante el Consejo de Seguridad y aprobada por todos los miembros menos Rusia, China e India se abstuvieron. A pesar de su relación tormentosa con los EE. UU., no pareciera probable que China le ofrezca su apoyo incondicional a Rusia, sobre todo cuando lució sorprendida con la invasión y hasta pocos días antes afirmó que Rusia no invadiría. Incluso un apoyo financiero masivo no pareciera ser previsible debido a las dificultades de Beijing frente a las posibilidades de que algunas entidades financieras se declaren en cesación de pagos o para restaurar el nivel de crecimiento económico tras las caídas de los últimos años. Tampoco puede exponerse al tipo de sanciones financieras aprobadas contra Rusia pues le complicaría el panorama, sobre todo por sus planes de expansión en tecnologías de punta. Lo más probable es que China aproveche la actual coyuntura de confrontación de Rusia con EE. UU. para buscar negociar una nueva relación con su archirrival.[4]
Rusia huye hacia delante
Pero, como dice el dicho, los rusos también juegan. Días antes de la invasión Rusia se vanagloriaba del poderío de su armamento y al momento de lanzarla Putin llegó a afirmar, amenazadoramente: “A todo aquel que considere interferir desde el exterior, si lo hace enfrentará consecuencias mayores a las que ha vivido en toda su historia. Todas las decisiones necesarias han sido tomadas. Espero que me escuchen.”[5] Más claro no canta un gallo. Naturalmente, ese discurso lo hizo en el momento más álgido del conflicto, pero el sábado 26 retomó el tono amenazador anunciando que había ordenado a sus militares colocar su fuerza nuclear disuasiva en alerta máxima.[6]
¿Luz al final del túnel?
La única información optimista en medio de la barahúnda guerrerista ha sido la decisión de Rusia y Ucrania de iniciar conversaciones el 28 de febrero en algún sitio en Bielorrusia cercano a la frontera. Pudiera ser humo de guerra, pero nunca se sabe. Naturalmente, uno se pregunta, ¿qué podrán negociar? Estos son algunos escenarios probables: a) Rendición incondicional de Ucrania; b) Retiro de las fuerzas rusas y algunas concesiones de parte de Ucrania, como la garantía escrita de no incorporarse a la OTAN, c) Garantías escritas de no incorporarse a la OTAN mientras permanece una fuerza rusa en territorio de Ucrania y se garantiza el derecho ruso de acceso a una franja de territorio pasando por las provincias de Donetsk y Luhansk hasta llegar a Crimea, garantizando la soberanía rusa de esa península y su control de esa porción del Mar Negro donde está ubicada la flota de submarinos y otras naves nucleares. La primera sería el reconocimiento del triunfo total ruso. La segunda le proporcionaría ciertas seguridades a Rusia, pero involucra reconocer que la invasión no fue el éxito que Putin esperaba. La tercera o alguna variante de ella estaría más en línea con un éxito parcial de Putin, pero no cambiaría por completo las correlaciones de fuerza actuales en el teatro europeo. También es posible que no ocurra nada.
Amanecerá y veremos.
[1] “How NATO Is Responding to Russia's Invasion of Ukraine”, TIME Feb 25, 2022
https://time.com/6151115/nato-russia-ukraine-article-4/
[2] https://twitter.com/dw_espanol/status/1497910019341361152?t=xyD3wlO2RUlGRuy__g0BeQ&s=08
[3] EU shuts airspace to Russian airlines; will buy Ukraine arms, AP Feb 27, 2022 https://apnews.com/article/russia-ukraine-business-europe-olaf-scholz-nato91c93ef0dc7e759d202c0eee9c070ea5
[4] Allison Fedirka, “On Ukraine, China Keeps Its Options Open”, Geopolitical Futures, Feb 26, 2022
On Ukraine, China Keeps Its Options Open
[5] “Putin launches attacks across Ukraine”, Axios, Feb 24, 2022
https://www.axios.com/putin-delares-war-on-ukraine-5a28dbd5-362f-4e97-91e1-84272f7390fd.html
[6] “Vladimir Putin puts Russia’s nuclear deterrence forces on high alert”, The Guardian, Feb 28, 2022
https://www.theguardian.com/world/2022/feb/27/vladimir-putin-puts-russia-nuclear-deterrence-forces-on-high-alert-ukraine