El banco central espera subir rápido las tasas pero evitar un "aterrizaje brusco".
En un discurso pronunciado menos de una semana después de que la Reserva Federal subiera las tasas de interés por primera vez desde 2018, su presidente, Jay Powell, reconoció el reto histórico que enfrenta el banco central estadounidense: domar la mayor inflación de los últimos 40 años sin provocar un "aterrizaje brusco" con dolorosas pérdidas de empleo y una fuerte contracción económica.
"Nadie espera que sea sencillo lograr un aterrizaje suave en el contexto actual", advirtió el mes pasado. "A menudo se dice que la política monetaria es un instrumento sin filo, sin precisión quirúrgica".
Powell calificó con optimismo sus advertencias sobre la capacidad de la economía estadounidense para manejar una política monetaria más restrictiva, pero sus comentarios subrayan lo difícil que será la tarea que tiene por delante el banco central a medida que defina un nuevo rumbo tras dos años de apoyo monetario sin precedentes.
También avivó el debate cada vez más intenso sobre la magnitud de los daños colaterales que provocarán las subidas de las tasas en la economía estadounidense.
"Los riesgos de recesión son, sin duda, elevados", afirmó Karen Dynan, profesora de economía de la Universidad de Harvard, que anteriormente trabajó en el banco central estadounidense. "En cuanto a enfrentar las preocupaciones por la inflación, la Fed se enfrenta al mayor reto que ha tenido en décadas"
Los temores a que la Fed tenga problemas para moderar la inflación y, al mismo tiempo, mantener la expansión económica se potencian si se observa el irregular historial del banco central a la hora de lograr una desaceleración sin causar daños económicos no deseados.
En seis de las últimas ocho campañas para frenar la inflación desde la década de 1970, cuando la Fed subió las tasas de interés hasta o por encima de la tasa "neutral" que no ayuda ni limita el crecimiento, se produjo una recesión poco tiempo después, según un estudio de Roberto Perli, jefe de política global de Piper Sandler.
Incluso antes de que la pandemia del coronavirus afectara a las empresas y a los consumidores, la economía ya se estaba en retroceso, señaló Perli, ya que los costos de los préstamos redujeron la demanda de viviendas y otros bienes de gran valor, y las empresas se vieron obligadas a replantearse sus planes de contratación.
Se acentúa la preocupación por la enormidad del problema de la inflación que debe enfrentar la Fed, el cual se intensificó en marzo como consecuencia de la invasión de Rusia a Ucrania. Los nuevos cierres producto del Covid-19 en China, que han atascado aún más las cadenas de suministro, también corren el riesgo de hacer subir los precios.
"En general es estrecho el camino para lograr un aterrizaje suave, y ahora parece extraordinariamente estrecho dado lo lejos que está la economía de los objetivos de la Fed, y lo lejos que está la política de la neutralidad en este momento", dijo Matthew Luzzetti, economista sénior de Estados Unidos en el Deutsche Bank, quien pronostica una recesión en 2023.
Durante la mayor parte del año pasado, la Fed abogó por una reducción gradual del estímulo pandémico que inyectó en la economía bajo el supuesto de que la inflación sería "transitoria" y se moderaría con el tiempo. Pero cuando las presiones sobre los precios se dispararon y se extendieron a una amplia gama de sectores, la Fed se vio obligada a dar un giro y mostró en los últimos meses una política cada vez más agresiva que los economistas temen que pueda ser exagerada.
"Cuando se espera demasiado tiempo y se ajusta de manera agresiva, se podría perjudicar a las personas que se están viendo más afectadas por los altos precios", dijo Rick Rieder, director de inversiones de renta fija global de BlackRock, refiriéndose a los hogares de ingresos bajos y medios.
Ahora se espera que la Fed aplique una subida de las tasas de interés de al menos medio punto este año - una herramienta que no ha utilizado en más de dos décadas - como parte de sus esfuerzos por acercar la tasa de interés oficial de referencia a un nivel neutral, que los funcionarios estiman en aproximadamente el 2,4 por ciento. Además, pronto comenzará a reducir rápidamente el tamaño de su hoja de balance de 9tn (millones de millones) de dólares a un ritmo previsto de hasta $95 millardos por mes.
Sin embargo, no todos los economistas creen que la recesión sea una consecuencia inevitable. Al igual que Powell, otros altos funcionarios mantienen la confianza en que la Fed es capaz de ejecutar un aterrizaje suave.
Lael Brainard, gobernadora nominada para ser la próxima vicepresidenta de la entidad, dijo el martes que la solidez del mercado laboral, junto con el "significativo impulso económico subyacente", es un buen augurio para ese resultado.
También se espera que el cambio en el gasto de los consumidores, que se alejan de los bienes y vuelven a los servicios, y la disminución de los estímulos fiscales de la época de la pandemia enfríen la inflación, dijo Julia Coronado, ex economista de la Fed que ahora trabaja en MacroPolicy Perspectives. Señaló que el banco central estadounidense "no es la única entidad o sector que actúa en este proceso".
Además, según muchos economistas, la Fed ajustará su política en función de los datos que vayan llegando. Donald Kohn, quien ocupó la vicepresidencia del banco en medio de la crisis financiera mundial de 2008, dijo que la Fed debería afinar la política como lo hizo en 1994, cuando el banco central subió las tasas y dirigió la economía hacia un aterrizaje suave.
"El presidente Powell y el resto del comité estarán muy presentes en la cabina de mando", dijo Gregory Daco, economista en jefe de EY-Parthenon. "Si el timón desciende demasiado, lo levantarán un poco, ya sea reduciendo el ritmo del endurecimiento o relajando la política monetaria".
Para Dennis Lockhart, quien fue presidente de la sucursal del banco central en Atlanta durante una década hasta 2017, un riesgo aún mayor que una recesión inducida por la Fed es que los responsables políticos nuevamente ignoren la gravedad del problema de la inflación y endurezcan la política demasiado lentamente.
Dijo Lockhart: "Me preocupa más que la Fed se quede corta y que la inflación se filtre por todas las rendijas de la economía y que se arraigue profundamente en la psicología que influye en los precios, en las prácticas comerciales de las empresas y en las demandas salariales de lo que parece ser un movimiento laboral renaciente".
Colby Smith en Nueva York
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