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Un latino cuenta su historia en la fuerza armada de EEUU: un homenaje en Memorial Day

El teniente coronel en Virginia, Manuel Zepeda, recuerda a sus compañeros caídos

Composición: El Tiempo Latino.

“Cuando tú tienes a tus compañeros en tus brazos y están a punto de morir, no hay nada que puedas hacer…”, expresó el teniente coronel de la Infantería Marina, Manuel Zepeda. “En las batallas todos perdemos como seres humanos. Uno nunca va a olvidar a los amigos que murieron, pero tampoco a los oponentes”, agregó el militar, durante una conversación con El Tiempo Latino, el viernes 13 de mayo.

Zepeda, quien reside en Quántico, Virginia, recuerda a cada uno de sus amigos y subalternos que perecieron en el servicio a la patria.

Este lunes 30 de mayo, la nación honra a los combatientes caídos al observar El Día de Recordación (Memorial Day), un feriado que tiene sus inicios en 1868, cuando el general John A. Logan del Gran Ejército de la República proclamó el 30 de mayo para conmemorar los sacrificios de los soldados de la Guerra Civil.

El Gran Ejército de la República era una organización de exmarineros y soldados de la Unión.

Años después, en 1968 el Congreso aprobó la Ley Uniforme de Lunes Festivo, que estableció el Día de los Caídos como un feriado federal el último lunes de mayo. El cambio entró en vigor en 1971.

LÍDER. Manuel Zepeda, teniente coronel de la Infantería Marina, el viernes 13 de mayo, vía zoom. | Foto: Milagros Meléndez.

Al continuar la plática, Zepeda habló sobre su despliegue en Irak y Afganistán y la voz se le quebranta sin poder seguir. “Perdón… Eso es algo que lo marca a uno como persona, como humano, como militar”, señaló el efectivo, de 42 años, nacido en el estado de Washington, de padres mexicanos.

El teniente coronel volvió a hacer un alto y destacó que no solo los militares deben ser recordados en Memorial Day, sino “también los policías, los bomberos y todos aquellos que arriesgan sus vidas por la comunidad y el país”.

Condecoraciones

Desde su primera guerra, Zepeda ha liderado distintas misiones. En su uniforme destacan insignias y botones de condecoraciones que ha recibido, incluidas las medallas de valor y dos estrellas de bronce, que se les otorgan a los miembros de las Fuerzas Armadas por sus actos heroicos o meritorios en la misma zona de combate.

Con humildad él comentó sobre los galardones y le dio el mérito a su equipo. “Estas condecoraciones no reflejan mis logros como persona, sino los de los subalternos que he tenido a mi mando. Son el resultado del compromiso y acciones de ellos, porque sin ellos no podría llevar nada a cabo”, expresó.

Primer enfrentamiento

Zepeda ha sido desplegado seis veces en zonas de combate o conflicto: tres veces en Afganistán, dos veces a Irak y una vez en una comisión de Colombia.

Recordó su primer enfrentamiento con el enemigo en Afganistán, cuando como comandante de un pelotón tuvo la misión de proteger una base militar estadounidense en un valle. Tenía 24 años.

ACCIÓN. Zepeda durante uno de sus despliegues en combate en Afganistán. | Foto: Cort. Manuel Zepeda.

“La base estaba siendo bombardeada desde una montaña bien alta”, contó. Por esa razón fueron llevados en helicóptero hacia la zona montañosa y boscosa, ubicada a aproximadamente 9 mil 600 pies de altura sobre el nivel del mar, cerca de la frontera con Pakistán.

“Antes que aterrizáramos comenzamos a recibir fuego. Allí comenzó todo”, dijo.

“A esa altura, no hay para donde correr o avanzar, uno tiene que maniobrar en lo que puede usando tácticas que uno ha aprendido en los entrenamientos”, expresó sin dar muchos detalles por cuestiones de seguridad.

“Solicité apoyo de fuego por medio de artillería y monté una base de patrullaje”, narró. Luego de tres días, resolvieron la situación y fue relevado.

En el momento Zepeda no pensó en el peligro. “Es después que uno reflexiona en la situación y en que pudo haber sido el último día de su vida”, aseguró.

El primer militar en su familia: más latinos en las fuerzas armadas

Zepeda tiene fresco en su memoria el día que ingresó a los Marines. “Fue el 15 de junio de 1998 en San Diego, California”, con esa frase sonrió.

Él es el primer militar en su familia y dijo que renunció a las becas universitarias por alistarse en las Fuerzas Armadas. “Yo quería ingresar a la infantería marina. Sentía que lo tenía que hacer”, expresó.

Además de él, se calcula que unos 224 mil hispanos forman parte de los más de 1 millón 400 mil miembros de las Fuerzas Armadas.

Los latinos son la población de más rápido crecimiento en las fuerzas armadas y representan aproximadamente el 16% de todos los militares en servicio activo, según el Departamento de Defensa. En 1985 eran el 3%, de acuerdo con el Pew Hispanic Center.

Zepeda ingresó como recluta, escalando luego a segundo teniente, después a primer teniente y más tarde a capitán mayor. En 2018 ascendió a teniente coronel.

Él se encuentra entre un grupo pequeño de latinos que han llegado a los niveles superiores de las Fuerzas Armadas. Un informe del Servicio de Investigación del Congreso dice que los latinos representan solo el 8% del cuerpo de oficiales y el 2% de los oficiales generales.

Para llegar al cargo más alto de general de cuatro estrellas, Zepeda debe ascender primero a general de brigada, mayor general y teniente general.

Fe y familia son sus aliados

FAMILIA. El teniente coronel Zepeda, su esposa Mireya, e hijos Samuel James y Caleb Josué. | Foto Familiar.

Zepeda consideró su carrera militar como una misión y encuentra fortaleza en su fe religiosa y la familia. “Para mí algo muy fundamental ha sido es el tener a Cristo en mi vida y saber que pase lo que pase yo estoy seguro en sus manos”, dijo al señalar que el estar en una posición de liderazgo “ayuda a transmitir esa fuerza a quienes están alrededor”.

“Creo que sin el respaldo y la gracia de Dios es muy difícil ofrecerse [con sacrificio] a la comunidad o a la patria”, añadió.

El apoyo de su esposa es crucial. “Yo le he dado a mi esposa el apodo de ‘mi dama de hierro’. Sin el respaldo de ella y su sacrificio es muy difícil enfocarse en el trabajo sin preocuparme, especialmente en un despliegue de combate de guerra”, indicó.

Cuando Zepeda fue destacado su esposa Mireya —también de ascendencia mexicana— se hizo cargo de todo en el hogar. “El saber que su casa está en buenas manos ayuda al militar a no preocuparse y poder enfocarse en su misión”, aseveró.

La pareja, que se conoció en secundaria, tiene dos niños: Samuel James de siete años y Caleb Josué de cinco años.

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