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Verano peligroso: cómo el calor extremo atenta contra nuestras vidas

INCENDIOS. Con las olas de calor los incendios forestales son más frecuentes e intensos. En la foto, un incendio en el valle del río Fraser, cerca de British Columbia, Canadá. | FOTO: Bloomberg photo by James MacDonald

No es noticia que haga calor en pleno verano, pero las temperaturas que se han registrado en distintos puntos del planeta en los últimos meses lo son. En el valle del Indo que se extiende desde el Noroeste de la India hasta Pakistán, las temperaturas alcanzaron los 122° Fahrenheit o 50° centígrados a principios de mayo. La ola de calor que azotó partes de España durante el mes de julio es considerada la peor desde que se guarda registro de temperaturas en Europa. El Reino Unido registró más de 40° en varias ciudades durante las últimas semanas lo que obligó a la gente a trabajar desde casa y a los estudiantes a estudiar a distancia. El calor era tan intenso e inusual en esa región que las autoridades británicas recomendaron que la gente no utilizara trenes ante la posibilidad de que las vías se dilataran y doblaran.

El calor extremo nos empuja al borde de la supervivencia y se ha convertido en el evento climático más letal para los seres humanos. Lo vimos el año pasado en el noroeste de los Estados Unidos, en donde estados como Washington y Oregón registraron temperaturas récord de consecuencias devastadoras para la población. Este año más de mil personas han muerto en países desarrollados a consecuencia directa del calor. No es difícil imaginar que las cifras son peores en contextos de subdesarrollo en los que difícilmente existen condiciones para soportar las elevadas temperaturas.

Enrique Acevedo es considerado uno de los periodistas latinos más influyentes y un líder global en los medios de comunicación, de acuerdo al World Economic Forum. Es conductor y corresponsal para la cadena CBS News y es el primer corresponsal latino en los 54 años del programa 60 Minutes. Acevedo ha colaborado con varios medios impresos y electrónicos, entre los que destacan The New York Times, The Washington Post, El País, Reforma y la revista Letras Libres.

El mundo se está calentando a un ritmo que supera los pronósticos científicos que han advertido de esta tendencia durante décadas. En un esfuerzo por mantener a un mayor número de personas frescas en un mundo cada vez más cálido, el aire acondicionado se ha convertido en un artículo de primera necesidad. Para 2050, la Agencia Internacional de Energía espera que la cantidad de equipos de aire acondicionado en el mundo se cuadruplique, el problema es que tal como está implementado actualmente, el aire acondicionado es poco eficiente y altamente contaminante lo que significa que más aparatos solo harán que el clima sea más cálido. Pero construir aparatos de aire acondicionado hipereficientes, libres de contaminantes y asequibles no es suficiente y necesitamos nuevas estrategias para crear resiliencia al calor que deben incluir mejores diseños urbanos, con espacios pensados para una nueva realidad climática y materiales que además sean producidos con bajas emisiones de carbono.

La creatividad es clave, en Atenas el gobierno local presentó un plan para resucitar viejos acueductos que refresquen la ciudad y den acceso equitativo al agua potable. Como parte de la iniciativa creada por la Fundación Adrienne Arsht-Rockefeller (Arsht-Rock) del Atlantic Council nombrada “Campeones de la lucha contra el calor” la ciudad de Miami acaba de crear un puesto en el gobierno de la ciudad para coordinar energía y recursos públicos en la temporada de calor. En entrevista para El Tiempo Latino, la “Chief Heat Officer” de Miami, Jane Gilbert me explicó cómo la ciudad está ampliando su cobertura de sombra con más árboles y cómo piensan proteger a trabajadores que realizan sus actividades al aire libre.

“Las altas temperaturas son particularmente peligrosas para quienes trabajan bajo el sol en la agricultura o la construcción. El reto es proteger a estas comunidades vulnerables sin lastimar su economía y la economía de la ciudad”, dijo Gilbert.

Ciudades como Los Ángeles y Phoenix también han nombrado a funcionarios encargados de administrar la respuesta local al calor que altera todos los aspectos de la vida en sociedad. Un análisis de el periódico español El País revela que durante los picos de calor aumenta la violencia, sufren los cultivos y se frena el comercio y la economía. La temperatura también se asocia con crímenes graves. Las olas de calor coinciden con picos de asesinatos, violaciones, robos y asaltos. El calor empuja incluso a la guerra. Por ejemplo, en las regiones tropicales, los conflictos civiles pueden llegar a aumentar entre un 40% y un 50% en las estaciones más calurosas.

Recientemente la ciudad de Sevilla se convirtió en la primera en el mundo en empezar a nombrar y clasificar olas de calor como lo hacemos con huracanes y tornados en Estados Unidos. Diversos estudios demuestran que este tipo de sistemas incrementan las posibilidades de que la gente se prepare y proteja frente a episodios de calor extremo.

En entrevista con El Tiempo Latino, el alcalde de la ciudad de Sevilla Antonio Muñoz explicó cómo funciona el sistema piloto con el que Sevilla monitorea el calor extremo.

“Con el sistema proMETEO, Sevilla monitorea y examina los pronósticos meteorológicos partiendo del análisis de las condiciones climáticas específicas de Sevilla a lo largo de su historia, así como de los datos de salud y mortalidad. De este modo, el equipo de expertos ha desarrollado un algoritmo que diariamente analiza el estado de los episodios de calor y los relaciona con los posibles riesgos e impactos sobre la salud atendiendo a diferentes variables: la temperatura máxima; la temperatura mínima, relacionada con la falta de alivio nocturno; la humedad relativa; la duración del episodio de calor y las características del tiempo antes de darse el episodio”, dijo el funcionario.

Estos factores, agregó Muñoz permiten determinar el nivel de gravedad y riesgos en relación con las posibles afecciones a la salud de la población y se clasifica atendiendo a cinco niveles: riesgo muy elevado, riesgo elevado, impacto medio, impacto medio-bajo y sin impacto. Cada nivel de riesgo se corresponde con un sistema visual de información y con una serie de recomendaciones. Ante la tímida acción de la comunidad internacional, las alteraciones en el sistema climático han llegado para quedarse. Lo vemos con huracanes cada vez más intensos y frecuentes, con incendios forestales que avanzan a una velocidad sin precedente y con temperaturas cada vez más elevadas. Los cinco años más calurosos de los que se tengan registro han ocurrido desde 2015 y de seguir así, este puede ser el último verano “normal” en nuestras vidas. Urge una agenda de acción que nos permita mitigar los peores efectos del cambio climático y adaptarnos mejor a un nuevo mundo, el que hemos creado para las próximas generaciones.

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