Algunos miembros del GOP temen que el regreso del expresidente al centro de la escena pueda acabar socavando sus perspectivas electorales.
A raíz del allanamiento que hizo el FBI en su residencia de Mar-a-Lago, Donald Trump ha aumentado su recaudación de fondos, ha enardecido a sus partidarios conservadores y ha ayudado a vencer a Liz Cheney, posiblemente su principal rival dentro del partido Republicano.
Pero el regreso del expresidente al primer plano de la escena política de EEUU, acompañado de un bombardeo de retórica hirviente y bajo una nube de graves problemas legales, corre el riesgo de debilitar la ventaja del partido de cara a las elecciones de medio período, al alejar a los votantes indecisos en un momento en el cual ya estaban mostrando señales de disminución.
"Está incitando nuestra política continuamente, y está alborotando a los Republicanos, pero también a los Demócratas", aseguró Michael McDonald, profesor de ciencias políticas de la Universidad de Florida. "Si tan solo no se hubiera entrometido... los Republicanos habrían estado en una posición mucho mejor que la que tienen ahora. Pero sigue insistiendo".
El allanamiento de Mar-a-Lago coincidió con dos tendencias inquietantes para los Republicanos, que esperaban llegar a noviembre con una "ola roja" que les permitiera recuperar cómodamente el control de la Cámara de Representantes y el Senado en un escenario de alta inflación y bajos índices de aprobación del presidente Joe Biden.
Los Demócratas han tomado por primera vez este año la delantera en la votación genérica para el Congreso después de ir por detrás desde noviembre del año pasado, según el promedio de las encuestas que reúne RealClearPolitics.com.
Los candidatos Republicanos que cuentan con el respaldo de Trump para las cruciales elecciones al Senado también están obteniendo resultados inesperadamente inferiores a los de sus rivales Demócratas, hasta el punto de que el Fondo de Liderazgo del Senado Republicano anunció que invertirá $28 millones en anuncios televisivos en Ohio para rescatar la deslucida actuación de JD Vance, el autor y capitalista de riesgo que se volvió conservador pro-Trump en el estado.
"Creo que es más probable que cambie de bando la Cámara de Representantes que el Senado. Las contiendas al Senado son diferentes, son estatales, la calidad de los candidatos afecta bastante el resultado", reconoció el jueves Mitch McConnell, líder Republicano del Senado.
El repunte de los Demócratas tiene mucho que ver con que la izquierda renovó sus ánimos en respuesta a la decisión que el Tribunal Supremo tomó de anular el derecho constitucional al aborto en junio. También ha contribuido el hecho de que los precios de la gasolina han ido bajando gradualmente a lo largo del verano.
Además, la abrumadora influencia de Trump y su continua presencia en la política Republicana está permitiendo a los Demócratas convertir lo que normalmente sería un referéndum sobre el desempeño de Biden en otra variedad de "elecciones", como lo fue en 2020.
"Hay muchos Republicanos que van a seguir el ejemplo de Trump", señaló McDonald. "Eso no ocurrió en todas partes, pero sí en suficientes lugares, de modo que ahora tenemos candidatos que están avanzando hacia las elecciones generales, y que no son del agrado de la gente".
"Parte de eso se debe a que son extremistas, y parte a que son incompetentes. Parte a que Trump cada vez está más presente. Y por eso creo que las audiencias del 6 de enero, y luego la redada en Mar-a-Lago, acaban de recalcar que Trump es una amenaza para la mayor parte del país", añadió.
Aun así, el expresidente sigue adelante con sus planes de lanzar su candidatura a un segundo mandato para la Casa Blanca en 2024. No se deja intimidar por la posibilidad de un proceso penal -o por la ansiedad que su insistente presencia en el centro del debate político está provocando en algunos líderes y donantes Republicanos-.
"En su mente, él ya estaba dentro. Iba a ser antes de las elecciones intermedias. ¿Cambiará algo la redada? No lo creo", aseguró Bryan Lanza, un ex asesor de la campaña de Trump que ahora trabaja para Mercury Public Affairs, una firma de lobby en Washington.
Muchos de los posibles rivales de Trump para la candidatura Republicana de 2024 se han apresurado a defenderlo tras el allanamiento de Mar-a-Lago, lo que podría enfriar sus propios planes rudimentarios de postularse para ocupar la Casa Blanca.
Pero Ed Rollins, un veterano operador Republicano que es jefe de estrategia política en "Ready for Ron" (un comité de acción política que apoya la candidatura presidencial de Ron DeSantis, el gobernador de Florida) declaró que no están poniendo sus planes a un lado.
"Estamos 100 por ciento comprometidos con la preparación y elección de Ron DeSantis en 2024. Ron DeSantis es la mejor opción para llevar adelante el programa que pone a Estados Unidos en primer lugar", aseguró Rollins.
Algunos de los más acérrimos defensores de Trump en los medios de comunicación conservadores también han sugerido que el expresidente podría no ser un favorito para un segundo mandato y podría ceder la batuta.
"Donald Trump es amigo mío desde hace 25 años, y siempre soy muy abierta al respecto en mi programa. Pero ya veremos si eso es lo que quiere el país", sugirió Laura Ingraham, presentadora de la cadena de televisión Fox News, en un podcast esta semana.
"El país podría estar demasiado agotado de la lucha constante, y los votantes podrían pensar que quizás es hora de dar vuelta a la página - si podemos conseguir a alguien que tenga todas las políticas de Trump, que no sea Trump."
Lanza afirmó que los posibles rivales de Trump dentro del partido Republicano aún se expondrían a una gran derrota al desafiarlo.
"Se van a preguntar si tienen el coraje interno para seguir adelante. Van a analizar su posición y creo que van a llegar a la conclusión de que, si eres del GOP, y te opones a Trump, estás muerto, políticamente. Pregúntenselo a Liz Cheney o a la familia Bush".
James Politi in Washington
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