El Barcelona se encuentra en el momento más crítico de la temporada, y ahora le toca viajar hasta la capital española para jugar El Clásico ante el Real Madrid este domingo 16 de octubre.
El club catalán va en caída libre desde la marcha de su máxima leyenda, Lionel Messi, en 2021. Luego de que Joan Laporta tomó la presidencia de la organización, parecía que el proyecto había vuelto al camino correcto con la llegada de Xavi Hernández como entrenador, y una serie de nuevos fichajes que, junto a nuevas promesas jóvenes que salieron de La Masía, hacían ilusionar nuevamente al público del Camp Nou.
Sin embargo, a solo dos meses de haber iniciado la campaña 2022-2023, el proyecto de Laporta se encuentra en riesgo ya que la eliminación del Barcelona en Champions es inminente.
Los catalanes empataron 3-3 contra el Inter el pasado martes, y se ubican en el tercer lugar (4 puntos) del grupo C, a tres del Inter (7 puntos) y a ocho del Bayern Múnich (12). Además, todavía le falta enfrentarse al Viktoria Plzen y al conjunto alemán, por lo que su clasificación es prácticamente imposible.
El año pasado, al Barcelona ya le tocó jugar la Europa League, algo casi inadmisible para sus aficionados. Por lo tanto, volver a participar en este torneo de segundo nivel tras su hipotética eliminación en fase de grupos de Champions sería una catástrofe para la Ciudad Condal.
El Madrid puede profundizar la crisis del Barcelona en El Clásico
Actualmente, los dirigidos por Xavi Hernández se ubican líder de LaLiga empatados en puntos (22) con el Madrid, pero se quedan con el primer lugar por la diferencia de goles.
A pesar de haber tenido un arranque de temporada emocionante demostrando un buen juego en cada partido, el nivel del conjunto catalán ha bajado y en los últimos encuentros de liga han tenido serias dificultades para llevarse los triunfos.
Una derrota ante el Real Madrid el próximo domingo los dejaría segundos de liga, algo que no es tan grave teniendo en cuenta que ni siquiera se ha llegado a la mitad de la campaña. Pero ese resultado tendría consecuencias devastadores en lo anímico para los jugadores y podría profundizar la crisis que se vive en el Camp Nou.