Argentina está viviendo la fiesta más grande de su historia este martes 20 de diciembre. Más de cuatro millones de personas salieron a las calles del Área Metropolitana de Buenos Aires para celebrar con los jugadores de la selección nacional la Copa Mundial conseguida por la albiceleste el pasado domingo.
Con casi 30 grados de temperatura, una impresionante marea de personas colapsó las principales autopistas y avenidas de la capital argentina. La gente esperaba a la caravana de la selección, que se movilizaba a través de un autobús con mucha lentitud, pero a última hora se modificó su ruta debido a la multitud en las calles.
Los futbolistas y el cuerpo técnico abandonaron el autobús y se movilizaron en helicóptero, por lo que finalmente no pasarán por el Obelisco de Buenos Aires.
“No nos dejan llegar a saludar a toda la gente que estaba en el Obelisco, los mismos organismos de Seguridad que nos escoltaban, no nos permiten avanzar. Mil disculpas en nombre de todos los jugadores Campeones. Una pena”, escribió el presidente de la AFA en Twitter.
La caravana tenía destino final el Obelisco, con posible paso por Plaza de Mayo, la Casa Rosada y otros puntos. Pero el autobús no logró llegar ni siquiera llegar a la General Paz. Los jugadores fueron subidos a varios helicópteros en Lugano, dieron algunas vueltas en el aire y volvieron todos al predio de la Selección.