Meses antes del allanamiento de la residencia de Mar-a-lago del expresidente Donald Trump por el caso de los documentos clasificados, fiscales federales y agentes del FBI estuvieron discutiendo sobre cómo sería el proceso para recuperar los archivos, con algunos mostrando dudas sobre si la búsqueda en la residencia era demasiado agresiva, informó The Washington Post.
Cuando los fiscales del Departamento de Justicia (DOJ) se convencieron de que el allanamiento era la única forma de recuperar los archivos, muchos agentes del FBI estaban en resistencia por temor a las posibles represalias que podría tomar el expresidente.
¿Qué fue lo que pasó?
Los fiscales del DOJ instaron a los agentes del FBI a que realizaran una redada sorpresa en la residencia de Mar-a-lago, argumentando que había evidencia de que Trump tenía más documentos de los que ya se habían entregado.
- Sin embargo, dos altos funcionarios del FBI que iban a estar a cargo de la búsqueda se resistieron al plan por considerarlo demasiado agresivo, según informaron a The Washington Post fuentes anónimas cercanas a la investigación
- Los oficiales habían propuesto, en cambio, buscar el permiso de Trump para registrar su propiedad.
- De hecho, en mayo, tres meses antes del allanamiento, agentes del FBI en la oficina de campo de Washington intentaron retrasar la investigación, instando precaución dada la extraordinaria sensibilidad del caso.
Algunos de esos agentes de campo querían cerrar la investigación criminal por completo a principios de junio, después de que el equipo legal de Trump dijo que, supuestamente, ya se habían entregado todos los documentos.
Un alto funcionario policial dijo que la idea de cerrar la investigación no fue algo discutido o considerado por los líderes del FBI y no habría sido aprobado.
¿Cuál era el miedo?
A mediados de julio, los fiscales ya habían recopilado suficiente evidencia que apoyaba el allanamiento. Sin embargo, se encontraron con que los agentes del FBI aún se resistían a hacer la búsqueda sorpresa.
- También escucharon de altos funcionarios del FBI que algunos agentes simplemente tenían temor.
- Les preocupaba que tomar medidas agresivas para investigar a Trump pudiera manchar o incluso terminar con sus carreras, según fuentes cercanas a las discusiones.
- Un funcionario lo señaló como “la resaca del huracán crossfire”, haciendo referencia a la investigación que el FBI había hecho contra Trump y una supuesta interferencia de Rusia en su campaña de 2016.
- Cuando era presidente, Trump apuntó a varios agentes del FBI que estuvieron involucrados en la investigación.
¿Pro-Trumps dentro del FBI?
La cautela de los agentes del FBI también estaba fundamentada en el hecho de que anteriores errores en investigaciones de Hillary Clinton y Trump habían resultado perjudiciales para el FBI, y los casos sometieron a la oficina a ataques públicos por parte de los partidarios, indicó The Washington Post.
- Según Vice, el caso muestra cómo la intimidación y el vilipendio a los funcionarios gubernamentales funciona.
- Por otro lado, según The Atlantic, el FBI está lleno de partidarios del expresidente a quienes realmente les gustaría dejarlo en paz.
- Citó, por ejemplo, como la agencia no tuvo ningún temor en 2016, cuando anunció públicamente que reabriría la investigación sobre el manejo de documentos clasificados por parte de Hillary Clinton, algo que probablemente le costó la elección a la demócrata.
Esa decisión se tomó en parte porque el entonces director James Comey temía que los agentes del FBI pro-Trump filtraran los detalles si no los anunciaba públicamente.
La investigación federal sobre la campaña de Trump, por el contrario, se mantuvo debidamente confidencial hasta después de las elecciones. Como le dijo un agente al reportero Spencer Ackerman en 2016, “El FBI es Trumpland”.