El presidente, quien se espera que anuncie formalmente su campaña de reelección esta semana, se ha ganado el pleno apoyo de su partido a pesar de los cuestionamientos sobre su edad y unos índices de aprobación mediocres.
A medida que el Presidente Joe Biden se acerca al anuncio formal de su candidatura a la reelección en 2024, uno de los acontecimientos más importantes de la campaña aún no ha tenido lugar: no ha surgido ningún aspirante serio para las primarias.
Biden tiene prácticamente despejado el campo a pesar de las dudas sobre su edad (a sus 80 años, es el presidente estadounidense de más edad de la historia) y de los persistentes recelos hacia su desempeño por parte de un gran número de votantes del partido. Según varias encuestas, los demócratas anhelan una cara nueva en 2024; sólo que no saben quién podría ser.
Después de que los demócratas ganaran más elecciones de las esperadas durante las intermedias de 2022, cualquier energía para desafiar a Biden se disipó rápidamente. La izquierda se ha mantenido en su línea incluso cuando Biden ha hecho últimamente llamamientos más explícitos hacia el centro. Y los posibles rivales se han mantenido al margen.
La entrada anticipada de Donald Trump en la carrera aclaró de inmediato que lo que estaba en juego en 2024 sería tan importante para los demócratas como lo fue en 2020. El expresidente ha demostrado ser la mayor fuerza unificadora de la política demócrata en la última década, y los mismos factores que hicieron que el partido se uniera en torno a Biden la elección pasada, siguen presentes hoy. Si a eso se añaden las ventajas de ocupar la Casa Blanca, cualquier desafío parecería destinado a magullar a Biden pero no a superarlo.
Hay planes para que Biden inicie formalmente su campaña para 2024 mañana martes, con un vídeo discreto que coincidirá con el aniversario del inicio de su campaña hace cuatro años. Es un despliegue que muchos demócratas reciben más con estoicismo que con entusiasmo.
"Necesitamos estabilidad", dijo el representante Jamaal Bowman de Nueva York, un progresista que ganó su escaño en 2020 desbancando a un titular mayor y más moderado en unas primarias. "Biden la ofrece".
No siempre hubo garantías de llegar a una segunda nominación. Biden, como presidente en ejercicio, era obviamente el favorito prohibitivo. Pero personas cercanas a la Casa Blanca se han sorprendido de la rapidez con la cual todo el espectro del partido ha pasado de lamentarse por Biden a una aclamación casi unánime, al menos en público.
María Cardona, quien forma parte del Comité Nacional Demócrata y estratega del partido, se ha mostrado confundida por las dudas en torno a Biden como la mejor apuesta de los demócratas, especialmente contra un Trump de 76 años, que sigue siendo el favorito de los republicanos.
"Independientemente de las reservas, independientemente de la preocupación de que se esté envejeciendo, y es así, esa va a ser una cuestión con la que él y la campaña van a tener que lidiar, cuando su homólogo es casi tan mayor como él pero es tan opuesto a lo que este país se merece, entonces no hay que pensarlo dos veces", dijo.
Por ahora, los únicos contrincantes de Biden anunciados son: Marianne Williamson, cuya última candidatura equivalió a un asterisco en la campaña de 2020, y Robert F. Kennedy Jr, quien está aprovechando su apellido para promover sus opiniones antivacunas.
"Los demócratas se quejan de que podría ser demasiado viejo", añadió Cardona. "Pero luego, cuando se les pregunta: 'Entonces, ¿quién?’ No hay nadie más".
Gobernadores prominentes y ambiciosos, como Gavin Newsom, de California, y J.B. Pritzker, de Illinois, dejaron claro que no disputarían la candidatura de Biden, y lo mismo han dicho varios aspirantes fallidos de 2020. Y muchas personas informadas del partido no creen en el potencial político de la opción que le sigue: la vicepresidenta Kamala Harris.
El representante Raúl Grijalva, antiguo copresidente de la camarilla progresista del Congreso, dijo que la izquierda estaba centrada en "la lucha contra los “ismos”: fascismo, racismo, sexismo". Eso ha eclipsado la edad de Biden, dijo Grijalva, de 75 años: "Creo que la razón por la cual no ha sido un problema mayor es que tampoco creemos en la discriminación por edad".
"No creo que sea justo ni equitativo eliminar a gente por su edad", dijo.
Los resultados de Biden entre los demócratas siguen siendo mediocres. Una encuesta realizada este mes por NBC News afirmaba que el 70% de los estadounidenses —incluido el 51% de los demócratas—, opinaba que Biden no debería presentarse a un segundo mandato. Si el gobernador Ron DeSantis gana la nominación republicana, la contienda de las elecciones generales podría ser más difícil para Biden. DeSantis, de 44 años, ha obtenido mejores resultados que Trump en un hipotético enfrentamiento en noviembre.
En privado, algunos de los principales donantes y recaudadores de fondos de Biden siguen preocupados por su permanencia tanto en una campaña como en un segundo mandato. Aquellos que recaudaron o donaron $1 millón o más en 2020 fueron invitados a una reunión privada este viernes con el presidente.
Un acaudalado donante había considerado la posibilidad de hacer circular una carta este año para instar a Biden a que no se presentara, antes de que fuera disuadida por sus asociados porque habría sido en vano y simplemente habría avergonzado Biden, según una persona familiarizada con el tema. Algunos colaboradores han descrito que se encontraban en un estado de angustia suspendida y reprimida: aunque nerviosos, respaldan a Biden completamente.
Los demócratas, en general, y la Casa Blanca, en particular, conocen bien la historia moderna de las campañas de reelección presidencial y saben que casi todos los titulares que han perdido recientemente se enfrentaron a serios desafíos en las primarias: George H.W. Bush en 1992, Jimmy Carter en 1980, Gerald Ford en 1976 y, antes de que se retirara y los demócratas acabaran perdiendo, Lyndon B. Johnson en 1968.
Si combinamos ese patrón con el fantasma de una segunda presidencia de Trump, los demócratas se han agrupado casi uniformemente en una formación leal, especialmente después de que el partido evitara una ola roja y el tipo de derrotas que muchos habían pronosticado el otoño pasado.
"La gente reconoció que él era el único candidato que podía derrotar a Donald Trump y proteger la democracia estadounidense", dijo, sobre la nominación de Biden en 2020, el representante David Cicilline, demócrata por Rhode Island, quien anteriormente fue miembro del liderazgo demócrata. "Ese sigue siendo el caso en las elecciones de 2024".
Shane Goldmacher - The New York Times
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