Aunque la producción de hamburguesas y filetes a partir de células cultivadas en laboratorios puede considerarse como el futuro de la industria cárnica, lo cierto es que podría no ser lo mejor para el medio ambiente.
Un nuevo análisis del Department of Food Science and Technology de la Universidad de California sugiere que la ampliación del proceso con el que se produce actualmente la carne de laboratorio podría liberar entre cuatro y 25 veces más emisiones que la industria mundial de la carne de vacuno.
Según los autores del estudio, "[miles de millones de] dólares de inversión se han destinado específicamente al sector [del ACBM] con la tesis de que este producto será más respetuoso con el medio ambiente que la carne de vacuno".
Sin embargo, aunque es cierto que la carne cultivada en laboratorio elimina los requisitos de tierra, agua y antibióticos de la cría de ganado, los investigadores explican que gran parte del interés por la carne cultivada se ha visto impulsado por análisis inexactos de las emisiones de carbono.
El informe aún no ha sido revisado por expertos. Pero el problema, dicen, es que muchos de estos informes han modelizado el impacto climático de la ACBM utilizando tecnologías que o bien no existen o es improbable que funcionen.
Por ejemplo, un estudio citado a menudo calculaba las emisiones de carbono de la producción de ACBM utilizando hidrolizado de cianobacterias como materia prima para las células. Sin embargo, los investigadores de este último análisis explican que "no se trata de una tecnología ni de una materia prima que se utilice actualmente para la proliferación de células animales, ni que esté cerca de ser viable".
Comer carne creada en un laboratorio podría ser una realidad muy pronto
Otros informes muy sonados han intentado analizar el impacto ambiental de la carne cultivada producida con componentes de medios de cultivo de calidad alimentaria. Sin embargo, en la actualidad, el proceso sólo es posible utilizando mezclas de nutrientes de calidad farmacéutica, que se purifican a un nivel mucho más alto.
Según los investigadores, este proceso de purificación es el responsable de la mayor parte de las emisiones asociadas a la producción de ACBM. En concreto, la eliminación de endotoxinas -que liberan las bacterias del medio ambiente- es absolutamente esencial para la creación de carne cultivada, ya que incluso pequeñas cantidades de estas toxinas en el medio de cultivo pueden impedir la proliferación de las células.
Suponiendo que se sigan utilizando medios de cultivo muy refinados, los investigadores calculan que cada kilogramo de ACBM produce entre 246 y 1.508 kilogramos de emisiones de dióxido de carbono. A partir de estas cifras, calculan que el potencial de calentamiento global de la carne cultivada es entre cuatro y 25 veces mayor que el de la carne de vacuno al por menor.
Gran parte de este impacto se debe a las necesidades de combustibles fósiles asociadas a la purificación de los componentes del medio de crecimiento. Según los autores del estudio, esta cantidad es entre tres y 17 veces superior a la utilizada para producir carne de vacuno deshuesada.
Basándose en estos cálculos, los investigadores concluyen que "es probable que el impacto ambiental de la producción de ACBM a corto plazo sea de magnitud superior a la producción media de carne de vacuno si se utiliza un medio de crecimiento altamente refinado para la producción de ACBM".
Como solución, los autores sugieren que el desarrollo de líneas celulares capaces de tolerar niveles más altos de endotoxinas podría reducir la necesidad de procesos de purificación que consumen mucha energía, con lo que se reduciría el impacto ambiental de la carne cultivada en laboratorio.
El estudio completo está disponible acá