Cuando de presentar la declaración de impuestos se trata, hay una mujer latina en el área del DMV que desde hace 16 años está ayudando a la comunidad no solo a preparar la documentación necesaria para los tributos, también ha educado a muchos latinos en el tema.
Su nombre es Dendry Aguilar, de origen salvadoreño, destaca por su carisma y su calidez humana. Su empresa, el Centro de Habla Hispana, surgió como una alternativa para combatir la desinformación y los fraudes de los que estaban siendo víctimas los latinos a principios de la segunda década de los años 2000.
“Esto fue una idea para tratar de poner un lugar donde las personas pudieran hacer diligencias o trámites sin que se les sacaran un ojo de la cara. En ese momento habían muchas personas que estaban siendo estafadas con pagos de sus casas”, recordó Aguilar sobre los inicios de su compañía.
“La única competencia de una mujer es una misma”, Dendry Aguilar.
En ese entonces, las autoridades estaban investigando a varias personas porque cobraban a los miembros de la comunidad por realizar trámites que nunca concretaban y se quedaban con el dinero cobrado.
Además, debido a la falta de información muchas personas estaban perdiendo sus viviendas. Aguilar se asoció con las autoridades para realizar labores informativas y para ayudar a llenar los formularios de las quejas de las personas que habían sido afectadas con el fraude.
“Ahí empezamos a hacer trámites de modificaciones de préstamos, línea de impuestos y mientras ayudamos al gobierno local a formular las quejas fuimos creciendo. De una cosa nació otra y vimos que mucha gente no estaba informada correctamente”, narró.
La labor de informar y educar empezó con cosas sencillas que eran aprovechadas por estafadores como la diferencia entre un abogado y un notario.
Presentación de impuestos

La demanda de los usuarios del Centro de Habla Hispana empezó a crecer y con ella la necesidad y el interés que tenían muchos de presentar sus impuestos, aún en situación irregular migratoria.
“El problema era que la comunidad quería hacerlo, quería presentar sus impuestos de forma incorrecta, usando perfiles no autorizados. Fue ahí que empezamos a reeducar a todas las personas que venían. Las animamos y explicamos que se podía sacar un tax ID, les enseñamos cómo aplicar, sin tener el permiso de trabajo y que con eso se podía presentar los impuestos”, señaló Aguilar.
Algunos usuarios llegaron por su cuenta, cuando la voz se corrió. Otros fueron referidos por los que recibieron ayuda. Ahora la oficina atiende a más de 1 mil 500 contribuyentes de diferentes ciudades del país; ya que, gracias a la pandemia, el servicio se extendió y también se presta en línea.
“Durante la pandemia aprendimos que muchas personas salieron adelantes por todas las ayudas que están disponibles gracias al pago de los impuestos. Por eso, como sociedad tenemos la responsabilidad y obligación de pagar nuestros impuestos para que nuestra gente tenga todos estos servicios a su disposición”, acotó.
Dificultades y obstáculos
Lo más difícil que Aguilar ha tenido que enfrentar durante estos 16 años es - según ella - “lidiar con una competencia que quiere estafar a nuestra comunidad” y tratar de mantener acciones entre lo correcto por hacer, el tratar bien a la gente y continuar la labor de educación en el tema de impuestos.
En sus inicios, Aguilar tuvo que demostrar, por ser mujer, que tenía la capacidad de manejar un negocio con el perfil financiero y que podía generar confianza, en una ambiente en el que los hombres eran los que dominaban el mercado de la preparación de los impuestos y los trámites financieros o legales.
“Todavía en ese momento se veía a la mujer como una figura débil y superar eso fue complicado. Pero poco a poco eso fue cambiando y creo que desde 2012 ya se nos da nuestro lugar a las mujeres como empresarias, como dueñas de negocios porque muchas hemos mantenido un perfil fuerte”, aseguró.
Sin embargo, todas las dificultades valen la pena para Aguilar, cuando ve la sonrisa de los usuarios convencidos de que presentando sus impuestos de la forma correcta es lo mejor que pueden hacer por sus familias.
“Que la comunidad sepa que, si tiene que pagar va a pagar lo correspondiente, lo poco, o lo justo o que van a devolverles y que hacen lo correcto, eso me llena de satisfacción. A veces me toca dar malas noticias, pero cuando a la gente se le explica y cuando caen en razón, soy feliz porque sé que estoy haciendo bien mi trabajo”, afirmó.
En lo personal, Aguilar también ha alcanzado una meta que la veía difícil: bajar de peso para cuidar su salud. Ahora es un ejemplo para muchas de sus amigas y para otras mujeres que la ha seguido en las redes sociales.
En lo laboral, aunque ha logrado crear un equipo de colaboradores que trabajan a consciencia para ayudar a los usuarios del Centro de Habla Hispana, esta luchadora quiere empoderar más a su equipo para la toma de decisiones financieras importantes que tienen un impacto en la comunidad, en sus labores y en la empresa.
“Todos podemos hacer cambios, todos tenemos el poder de hacer cambios por nosotros, por nuestra comunidad. Nunca hay que darse por vencidos si están pasando por un problema con sus hijos o en la familia. Las mujeres, especialmente. Nunca tengan miedo a la competencia, porque la única competencia que una mujer tiene es una misma”, remarcó.