Un auto en llamas, cientos de heridos y 84 muertos en las 24 Horas de Le Mans de 1955 cambió el automovilismo para siempre y pasó a la historia como el mayor desastre del deporte motor.
Hasta los 300 mil espectadores que asistieron al Circuito de Sarthe el 11 de junio de 1955 para vivir una carrera inolvidable fueron visitados por la muerte cuando los restos en llamas del Mercedes conducido por el francés Pierre Levegh volaron hacia la gente. Los heridos y muertos fueron trasladados en vallas publicitarias que se convirtieron en camillas improvisadas.
¿El desastre de Le Mans fue resultado de una rivalidad?
Hay quienes creen que la tragedia fue el resultado de la intensa rivalidad entre los equipos Mercedes y Jaguar. Mercedes era la escudería dominante del momento y su estrella era Juan Manuel Fangio, considerado el mejor piloto de todos los tiempos. Mientras que el protagonista del equipo británico era Mike Hawthorn.
Fangio y Hawthorn se mantenían en la pelea por la victoria tras dos horas de carrera, momento en que el inglés (conocido por conducir de manera temeraria) adelantó al auto Austin Healy de Lance Macklin en la entrada de la línea derecha de las tribunas. Pero de un momento a otro el Jaguar frenó y entró a los pits.
Pierre Levegh, conductor de Mercedes, tenía una vuelta de retraso y levantó la mano para avisar a Fangio del peligro que se aproximaba. Pero en el intento por salvar a su compañero Levegh chocó con Macklin a más de 200 kilómetros por hora.
El Mercedes despegó y cayó sobre las tribunas repletas de espectadores, donde explotó. Levegh salió del auto y murió por el impacto, junto a las 84 víctimas.
El show debe continuar
Luego del accidente, las autoridades de la carrera decidieron seguir con el evento. El diario británico Daily Mail reseñó que el argumento fue que, de suspenderla, cientos de miles de aficionados bloquearían las carreteras que necesitaban utilizar las ambulancias.

Mercedes salió de la prueba a la 1:45 am y decidió retirarse del automovilismo ese año. Sólo regresó a la Fórmula 1 como proveedor de motores 39 años después.
Su impacto en el automovilismo
Del grave siniestro de Le Mans nadie salió culpable y se atribuyó la desgracia “a un accidente de carrera inevitable”. La tragedia ocasionó que Francia, Alemania, España y Suiza suspendieran los Grandes Premios por la conmoción causada.
Así mismo, mejoraron las medidas de seguridad, que eran escasas para la época: incorporaron los cinturones de seguridad, montaron frenos de disco y desplazaron el motor a la parte trasera para aumentar la estabilidad y reducir los vuelcos.
En 1960 se hizo obligatorio el uso de los trajes para los pilotos y en 1963 pasó a ser en contra de fuego (ignífugo), las barras antivuelco se incorporaron en 1961) y se empezaron a usar las banderas de señalización en 1963.
Te puede interesar: