El telescopio espacial James Webb es el sucesor del famoso telescopio Hubble, pero con una capacidad mucho mayor. Su espejo principal mide 6,5 metros de diámetro, casi tres veces más que el del Hubble, y puede captar la luz infrarroja, lo que le permite ver objetos más lejanos y antiguos que nunca.
Este telescopio se lanzó el 18 de diciembre de 2021 desde la Guayana Francesa, después de varios retrasos y desafíos técnicos. Tras un viaje de un mes y medio, llegó a su destino: el punto de Lagrange L2, a unos 1,5 millones de kilómetros de la Tierra, donde se desplegó y calibró.
Desde entonces, el telescopio James Webb ha estado enviando imágenes y datos espectaculares que han maravillado a los científicos y al público. Estos son los 5 mayores descubrimientos que ha hecho este telescopio en su primer año de funcionamiento:
1. La primera luz del universo

Uno de los objetivos principales del telescopio James Webb era observar la primera luz del universo, es decir, la radiación emitida por las primeras estrellas y galaxias que se formaron tras el Big Bang. Esta luz es tan antigua y débil que solo se puede detectar en el infrarrojo.
El telescopio James Webb logró captar esta luz con una sensibilidad y resolución sin igual. Gracias a ello, pudo revelar cómo eran las primeras estructuras cósmicas, cómo evolucionaron y cómo influyeron en la formación de las galaxias actuales.
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2. La atmósfera de los exoplanetas

Otro de los objetivos del telescopio James Webb era estudiar la atmósfera de los exoplanetas, es decir, los planetas que orbitan otras estrellas. Esto es clave para determinar si tienen condiciones favorables para la vida o no.
El telescopio James Webb pudo analizar la atmósfera de cientos de exoplanetas con una precisión sin precedentes. Gracias a ello, pudo identificar los gases presentes en ellas, como el oxígeno, el metano o el vapor de agua, y medir su temperatura y presión.
Entre los exoplanetas estudiados por el telescopio James Webb, destacan algunos que podrían ser habitables, como Proxima b, el planeta más cercano a nosotros fuera del sistema solar, o TRAPPIST-1e, uno de los siete planetas del tamaño de la Tierra que orbitan una estrella enana roja.
3. Los agujeros negros supermasivos

Los agujeros negros son objetos tan densos que ni siquiera la luz puede escapar de su atracción gravitatoria. Los más grandes se llaman supermasivos y se encuentran en el centro de las galaxias. Estos agujeros negros pueden tener millones o miles de millones de veces la masa del Sol y son responsables de fenómenos como los cuásares o los chorros relativistas.
El telescopio James Webb pudo observar los agujeros negros supermasivos con una claridad sin igual. Gracias a ello, pudo medir su masa, su rotación y su influencia en el entorno galáctico. También pudo descubrir algunos de los agujeros negros más antiguos y lejanos del universo, que nos dan pistas sobre su origen y evolución.
4. La materia oscura y la energía oscura

La materia oscura y la energía oscura son dos componentes misteriosos que constituyen la mayor parte del universo. La materia oscura es una sustancia invisible que solo interactúa con la gravedad y que mantiene unidas a las galaxias. La energía oscura es una fuerza repulsiva que acelera la expansión del universo.
El telescopio James Webb pudo estudiar la materia oscura y la energía oscura con una precisión sin igual. Gracias a ello, pudo medir cómo se distribuyen en el espacio y cómo afectan a la formación y evolución de las estructuras cósmicas. También pudo poner a prueba algunas teorías alternativas que intentan explicar estos fenómenos.
5. El sistema solar y sus mundos

El telescopio James Webb también dedicó parte de su tiempo a observar el sistema solar y sus mundos. Gracias a su capacidad para ver en el infrarrojo, pudo penetrar en las nubes y las atmósferas de los planetas, lunas, asteroides y cometas que lo componen.
El telescopio James Webb pudo revelar detalles sorprendentes sobre estos cuerpos celestes, como su geología, su clima, su química o su actividad volcánica. Entre los objetos observados por el telescopio James Webb, destacan algunos que podrían albergar vida o tener un origen común con la Tierra, como Marte, Europa, Encélado o Ceres.
El telescopio espacial James Webb es una maravilla de la ingeniería y la ciencia que nos ha permitido ver el universo como nunca antes. En su primer año de funcionamiento, ha hecho descubrimientos asombrosos que han ampliado nuestro conocimiento y nuestra curiosidad. Y esto es solo el principio, porque el telescopio James Webb tiene una vida útil prevista de al menos 10 años. ¿Qué más nos mostrará este ojo en el espacio? Estamos deseando averiguarlo.