Milton Domínguez Moreno, un muy humilde inmigrante colombiano en Chile, enfrentó una odisea marcada por la adversidad y la injusticia.
Durante una cuarentena obligada, adquirió un hongo en uno de sus pies, mientras se encontraba confinado en un refugio.
Desafortunadamente, debido a la falta de registro de identidad, se le negó la atención médica oportuna, lo que resultó en la dolorosa pérdida de su extremidad por amputación clínica.
Pero su sufrimiento no terminó ahí; meses después, fue víctima de una brutal golpiza a manos de efectivos de la Armada en Iquique, quienes lo acusaron sin pruebas de un hurto, lo que finalmente lo llevó a fallecer en el hospital.
Lamentablemente, la historia de Milton no es única. Los inmigrantes hispanos en todo el continente americano enfrentan injusticias que van desde asesinatos y violaciones hasta la explotación en prostitución, separación familiar, detenciones injustas, deportaciones arbitrarias y discriminación en el acceso a servicios públicos.
Un informe conjunto del Instituto Nacional de Salud Pública de México, la Universidad Nacional Autónoma de México y la Universidad Autónoma de la Ciudad de México reveló que un alarmante 29% de los migrantes son víctimas de violencia física, psicológica o sexual, y lamentablemente, la mayoría de estos abusos quedan impunes, dejando a las víctimas sin justicia.
En junio de 1954, Estados Unidos llevó a cabo la infame "Operación Espalda Mojada", una campaña militar de redadas y deportaciones de mexicanos que vivían en el país.
Esta operación despiadada expulsó a 1,3 millones de inmigrantes, devastando familias y comunidades enteras, y avivando el odio contra los mexicanos e inmigrantes durante años posteriores. Muchos en el escenario político del presente siguen sacando votos de ese pozo del pasado.
En el Día Mundial del Refugiado, António Guterres, el secretario general de las Naciones Unidas, enfatizó la importancia de apoyar y solidarizarse con las personas que buscan refugio, instando a no cerrarles las fronteras y a evitar devoluciones sumarias.
En medio de los desafíos que enfrentan los inmigrantes, surge una "liga de defensores" en el continente americano, integrada por valiosas organizaciones e instituciones que luchan incansablemente por proteger los derechos y la igualdad de los inmigrantes.
Entre ellas se destacan la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), la Red Regional de Organizaciones Civiles para las Migraciones (RROCM), la Red de Defensorías y Abogacía de las Américas (REDALDH), la Red Jesuita con Migrantes (RJM), Aldeas Infantiles SOS, Save the Children, ACNUR - La Agencia de la ONU para los Refugiados, Caridades Católicas y el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH).
En Estados Unidos, también se unen a esta causa organizaciones como el National Immigrant Justice Center, dedicado a la protección y defensa de los derechos de los inmigrantes, United We Dream, una organización nacional liderada por jóvenes inmigrantes que lucha por los derechos de los indocumentados, el Immigrant Legal Resource Center (ILRC), una organización sin fines de lucro que proporciona recursos legales y capacitación para abogados, defensores y comunidades inmigrantes, y la Casa de Maryland, una organización sin fines de lucro que brinda servicios y defensa en el estado de Maryland.
La historia de Milton Domínguez Moreno y otros inmigrantes resalta la necesidad de unirnos en solidaridad para garantizar una migración justa y humana, protegiendo los derechos de todos, sin importar su origen o circunstancias personales.
La labor de estos superhéroes, los defensores de los inmigrantes, es absolutamente crucial en la búsqueda de justicia y equidad en nuestras sociedades. Solo trabajando juntos y uniendo fuerzas podremos construir un futuro más inclusivo, compasivo y humano para todos.