Un informe de la Asociación Americana del Automóvil (AAA) indicó que los precios de la gasolina en Florida alcanzaron un máximo de tres meses, un pico que no se había observado en el trimestre anterior.
De acuerdo con la AAA, el precio medio de la gasolina en Florida se sitúa actualmente en $3,67 por galón. El estado no ha visto tales precios desde mediados de abril, aunque se mantiene por debajo del pico del año de $3,72 por galón.
Mark Jenkins, representante de la AAA, vincula el reciente repunte de los costes de la gasolina a la subida de los precios del petróleo en Estados Unidos.
"Los precios del petróleo en EEUU han subido un 15% en las últimas cinco semanas, lo que ha provocado un aumento del coste en la fabricación de gasolina", explicó Jenkins.
El Servicio de Información sobre Precios del Petróleo, fuente autorizada sobre las tendencias del mercado petrolero, sugiere que los precios están subiendo debido a datos económicos sólidos, lo que aumenta las expectativas de demanda de combustible.
La AAA también señaló que las temperaturas récord del verano han contribuido a la subida de los precios de la gasolina, al provocar el cierre de varias refinerías de la Costa del Golfo. Estas paradas provocaron un descenso de la producción de combustible.
Aumento de la gasolina
La semana pasada, entre el martes 25 y miércoles 26 de julio, la gasolina registró el aumento más significativo en un año, acompañando a una subida del trigo y otros productos agrícolas.
En apenas 48 horas, el precio de la gasolina subió 9 céntimos, una tendencia que los conductores no veían desde junio de 2022.
Según la AAA, la media nacional del galón de gasolina normal se disparó el miércoles a 3,69 dólares en un máximo de tres meses.
Este precio refleja un aumento de 5 centavos con respecto al martes, lo que supone la subida más notable en un solo día desde junio. Esto siguió a un aumento de 4 centavos, que fue el récord anterior para la mayor escalada de un solo día en un año.
De continuar esta escalada de los precios de los alimentos y el combustible, podría suponer un revés en los esfuerzos realizados para controlar la inflación, obligando a la Reserva Federal a persistir en la subida de los tipos de interés.