Este verano gran parte del sur de Estados Unidos afronta una de las peores oleadas de calor en su historia. Es por eso que al sur de Texas, frontera con México, suelen encontrarse barriles de emergencia con la palabra “AGUA” en blanco.
Muchos inmigrantes atraviesan esta localidad para intentar eludir un puesto de control de la Patrulla Fronteriza.
Con una capacidad de 208 litros, los barriles de agua son vitales para la salud de los inmigrantes: las temperaturas en verano pueden llegar a los 43.3 grados en el condado de Jim Hogg.
A más de 96 km de la frontera entre México y Estados Unidos, muchos de los que llegan hasta allí han pasado semanas cruzando montañas, desiertos e incluso evitando la violencia de los cárteles.
“No tenemos el lujo de perder tiempo en lo que hacemos”, dijo el investigador de la oficina del Sheriff del condado, Rubén Garza, en diálogo con la agencia Associated Press (AP).
De acuerdo con la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), se estima que 3000 migrantes murieron hasta el momento cruzando desde México hasta Estados Unidos. Las causas son varias: ahogamientos en el Río Grande (conocido como Río Bravo en México), así como falta de comida, agua o refugio.
De todas formas, es difícil determinar esta cifra porque las muertes a menudo no se reportan.
Esta práctica de colocar agua potable para inmigrantes en zonas cercanas al borde México-Estados Unidos se remonta a los años 90, cuando las autoridades comenzaron a encontrar los cuerpos de personas fallecidas por las duras condiciones climáticas.
De acuerdo con el reporte de AP, la cantidad de inmigrantes que cruzan por el sur de Texas y las subsiguientes muertes disminuyeron en 2023 debido a las políticas fronterizas del presidente Joe Biden. Una oficina de un forense que incluye once condados recibió los cuerpos de 85 personas este año, la mayoría por golpes de calor fatales; aún así el número es menos de la mitad que en 2022.
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El misterio: qué pasa con los barriles de agua
John Meza es voluntario en el Centro de Derechos Humanos del condado de Jim Hogg, donde trabaja reabasteciendo las estaciones con galones de agua, cortando la hierba y asegurándose de que las coordenadas GPS estén visibles en la parte inferior de las tapas de los barriles.
El voluntario asegura que 12 de las 21 estaciones que mantiene desaparecieron en julio, en una de sus rondas.
Si bien los incendios forestales son muy comunes en esta zona de Texas y los equipos que construyen rutas a menudo apartan las obstrucciones para su trabajo, el reporte de AP explica que no hay señales de plástico azul (el color de los barriles) derretido.
Estos tambores de agua son pesados, y aunque los voluntarios los llenan solo parcialmente, pueden pesar hasta 38 kilos.
En otros estados también de la frontera sur, se atribuye la desaparición de estaciones de agua a intenciones maliciosas.
Por ejemplo, el grupo No More Deaths publicó en 2018 un video de agentes de la Patrulla Fronteriza pateando y vertiendo agua de las jarras de un galón para personas que estaban en el desierto.
La misma organización asegura que entre 2012 y 2015 encontró más de 3,586 galones de agua destruidos en un área desértica de 2 km cuadrados al sur de Arizona.
Por ahora, la “desvanecimiento” de los barriles de agua potable permanece un misterio.