Luego del catastrófico terremoto de magnitud 6,8 que sacudió Marruecos la noche del viernes 8 de septiembre, las comunidades cercanas al epicentro se enfrentan a la destrucción generalizada.
Residentes relataron las experiencias de sacar a sus familiares de entre los escombros, sin ninguna señal de la esperada ayuda de emergencia del gobierno. Los efectos del seísmo son especialmente graves en las aldeas montañosas aisladas, inaccesibles para los equipos de rescate.
Hasta el lunes 11 de septiembre, las autoridades marroquíes informaron de más de 2.122 víctimas mortales y más de 2.400 heridos tras el devastador sismo, que causó destrozos en las montañas del Alto Atlas. Mientras el país guarda tres días de luto, se prevé que el número de muertos aumente a medida que se conozca el alcance total de la catástrofe.

Labores de rescate
En la pequeña ciudad de Amizmiz, testigo de los incesantes derrumbes de edificios más de 40 horas después del terremoto, los supervivientes instalaron refugios provisionales en terrenos llanos y abiertos. A pesar de la lenta llegada de la ayuda, este pueblo encerrado en la montaña espera por los equipos de búsqueda y rescate.
El gobierno marroquí desplegó su ejército para las operaciones de rescate y un equipo de más de 1.000 médicos y 1.500 enfermeras. Las organizaciones humanitarias ofrecieron refugios a las personas sin hogar y a quienes no pueden regresar a sus casas, debido a que las estructuras que están en peligro.
La ira de la población se desbordó en el centro de la ciudad de Amizmiz, con una multitud airada rodeando a un soldado marroquí, expresando su frustración por la que calificaron como una desorganizada situación, según un artículo publicado en The Washington Post el 11 de septiembre. La zona afectada por el terremoto, resultó compleja para las labores de rescate por su aislamiento y condiciones del terreno.
Ayuda internacional
Varios países informaron que ofrecieron ayuda y equipos de rescate especializados. Estados Unidos está a la espera de las directrices del gobierno marroquí sobre cómo puede ayudar. Sin embargo, hasta el domingo, Marruecos sólo había aceptado ayuda de unas pocas naciones.
La ayuda financiera de familiares en Europa junto con los recursos compartidos entre los vecinos, contribuyeron a los esfuerzos de supervivencia. En medio de la confusión, los residentes se han apoyado mutuamente, de acuerdo con reportes de medios locales.
Además, las víctimas heridas están siendo trasladadas al centro médico local para recibir tratamiento inicial. Los casos más graves están siendo trasladados a Marrakech, a una hora y media de distancia. Médicos y cooperantes voluntarios están a la espera, preparados para ayudar a los de regiones lejanas.
Las provincias más pobres de Marruecos son las más afectadas. La catástrofe amplió las dificultades de los marroquíes de las zonas rurales, que ya tenían que hacer frente a la inflación y al aumento del coste de los alimentos.
A pesar de la negligencia del gobierno, estas remotas comunidades amazigh han mostrado un sólido sentido de comunidad, que ha demostrado ser inestimable en estos tiempos difíciles. Desde alertar a los vecinos durante los temblores hasta compartir la ayuda alimentaria, el espíritu de comunidad ha sido un faro de esperanza en medio de los escombros.
El gobierno marroquí aceptó la ayuda de países como España, Catar, Emiratorias Árabes y Reino Unido. informó France24.