Los trabajadores sindicalizados de la empresa fabricadora de camiones Mack Trucks se declararon en huelga el lunes después de rechazar un acuerdo contractual tentativo de cinco años que los negociadores habían alcanzado con la empresa.
4.000 empleados de Mack Trucks se unieron a la huelga del sindicato United Auto Workers (UAW), el lunes. Esta oleada de discordia laboral eleva el número total de trabajadores automotrices en huelga a más de 30.000, repartidos por 22 estados.
El presidente de la UAW, Shawn Fain, dirigiéndose a la empresa matriz de Mack, Volvo Trucks, reveló que un considerable 73% de los trabajadores rechazaba el acuerdo preliminar.
Los trabajadores del sindicato, procedentes de Pensilvania, Maryland y Florida, aceptaron inicialmente el acuerdo provisional con Mack Trucks el 1 de octubre, para rechazarlo después.
El contrato rechazado proponía un aumento salarial del 19% a lo largo de su vigencia, una subida inmediata del 10% tras la ratificación y una prima de ratificación de 3.500 dólares.
El acuerdo también proponía que no se aumentaran las cotizaciones semanales a la seguridad social, que se aumentaran los pagos anuales a tanto alzado para los jubilados y un pago anual de 1.000 dólares para complementar los costes sanitarios de los empleados no asegurados tras su jubilación.
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Los desacuerdos de los trabajadores de Mack Trucks
A pesar de estas disposiciones, Fain destacó las diferencias existentes entre el sindicato y la empresa en materia de horarios de trabajo, salud y seguridad, pensiones, asistencia sanitaria, cobertura de medicamentos con receta y horas extraordinarias, entre otras cuestiones.
Subrayó que los miembros de la UAW, junto con los trabajadores de todo el país, buscan salarios y prestaciones equitativos.
Fain añadió que las elevadas expectativas de negociación, fijadas con los tres fabricantes de automóviles de Detroit, podrían haber influido en la desestimación del contrato. Las demandas de la UAW incluían aumentos salariales del 36% en cuatro años, mientras que Ford proponía un 23%, y las otras dos firmas ofrecían un 20%.
Expresando su sorpresa y decepción por la decisión del sindicato de ir a la huelga, Stephen Roy, presidente de Mack Trucks, destacó las presiones competitivas de la empresa.
Como único grupo fabricante de camiones pesados que ensambla todos los vehículos y motores para Norteamérica dentro de Estados Unidos, Mack Trucks compite con camiones producidos en países de menor coste.
Sin embargo, Roy reafirmó la dedicación de la empresa a la negociación colectiva, optimista en cuanto a la consecución de un acuerdo que armonice los salarios competitivos, los beneficios y la estabilidad futura de la empresa.
Iniciada por la UAW el 15 de septiembre, la oleada de huelgas comenzó en determinadas fábricas de General Motors, Ford y Stellantis. Posteriormente, se extendió a 38 almacenes de piezas de GM y Stellantis, y más tarde se sumaron más plantas de montaje de Ford y GM.
El sindicato detuvo la expansión de la huelga después de que GM aceptara incorporar sus fábricas de baterías para vehículos eléctricos al contrato nacional de la UAW, asegurando su sindicalización.