El terremoto de 6,3 grados en la escala de Richter sacudió el oeste de Afganistán el pasado fin de semana, causando un alarmante índice de fallecidos entre mujeres y niños.
Según un informe publicado el jueves por funcionarios de la ONU, estos grupos vulnerables representaron más del 90% de las víctimas mortales.
El destructivo terremoto, ocurrido un sábado, se cobró más de 2.000 vidas en toda la provincia de Herat, según informó el régimen talibán. El epicentro del sismo se identificó en el distrito de Zenda Jan, lugar donde causó 1.294 muertos, 1.688 heridos y derribó por completo todas las viviendas, según datos de la ONU.
El jefe de la oficina de UNICEF en Herat, Siddig Ibrahim, destacó que la catástrofe afectó de forma desproporcionada a mujeres y niños.
"Cuando se produjo el primer terremoto, la gente pensó que se trataba de una explosión y corrieron hacia sus casas", comentó Ibrahim.
Esta interpretación errónea ha dejado a cientos de personas, en su mayoría mujeres, desaparecidas en Zenda Jan.
El saldo de los fallecidos en Afganistán
Jaime Nadal, representante del Fondo de Población de la ONU en Afganistán, señaló los efectos del terremoto desde el punto de vista del género.
El perfil demográfico de las víctimas podría haber sido diferente si el terremoto se hubiera producido por la noche. Durante el día, los hombres suelen estar fuera trabajando en el campo o han emigrado a Irán en busca de trabajo, dejando a las mujeres en casa atendiendo las tareas domésticas y el cuidado de los niños.
En consecuencia, cuando se produjo el terremoto, las mujeres y los niños quedaron atrapados entre los escombros.
El terremoto inicial, acompañado de varias réplicas y un temblor secundario de 6,3 grados de magnitud el miércoles, arrasó pueblos enteros.
Estructuras como casas de adobe, escuelas, clínicas e instalaciones comunitarias, incapaces de resistir la fuerza del terremoto, fueron arrasadas. El Consejo Noruego para los Refugiados informó de la destrucción generalizada y señaló que muchas víctimas eran niños asfixiados o aplastados bajo las estructuras caídas.
Las consecuencias específicas de género del terremoto han dejado a muchos niños sin madre, lo que plantea serias dudas sobre su futuro cuidado. La falta de orfanatos, unida a la posible ausencia de padres en la provincia o el país, plantea un reto importante.
La ayuda
Tras el terremoto, el Fondo de Población de la ONU ayuda a las mujeres embarazadas proporcionándoles tiendas de campaña, ya que el hospital de maternidad de la provincia de Herat se consideró inseguro debido a los daños estructurales.
A pesar del descenso de las temperaturas, muchos habitantes de la capital provincial y sus alrededores siguen durmiendo a la intemperie.
Las mujeres, en particular, se enfrentan a la vulnerabilidad debido a las restricciones de movilidad y derechos impuestas por los talibanes, que pueden impedirles recibir información crucial sobre la preparación para el terremoto, advierte un informe de la ONU.
UNICEF ha lanzado un llamamiento de 20 millones de dólares para ayudar a unos 13.000 niños y familias afectados por el terremoto.
A pesar de las limitaciones existentes para las trabajadoras humanitarias, las organizaciones de ayuda informan de que su personal femenino afgano sigue prestando asistencia a las mujeres y niñas afectadas por el terremoto en Herat.