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Emprendedores venezolanos del chocolate: “El sueño americano sí existe, pero hay que trabajar”

Afirman que el sueño americano sí existe, pero no es algo que cae del cielo, sino que se debe alcanzar con trabajo y constancia

Arcay Chocolates
“Aquí hay muchísimas oportunidades para lograr el éxito”, afirma Darío Berti. Cortesía Arcay Chocolates.

Trabajo, perseverancia y esfuerzo son los ingredientes detrás del éxito de Anabella Arcay y Darío Berti, una familia venezolana inmigrante, dueños y directores de Arcay Chocolates. Desde su llegada a Estados Unidos, en septiembre de 2017, han luchado por alcanzar el sueño americano y hoy son un ejemplo para la comunidad hispana.

En el Mes de la Herencia Hispana, Anabella y Darío nos cuentan que comenzar con Arcay Chocolates en Estados Unidos no fue fácil, pero les ayudó que tenían la experiencia de 11 años haciendo chocolates en Venezuela y 40 medallas ganadas a nivel mundial con sus productos.

Eso les ayudó a conseguir la residencia y estar al día cuando llegaron al país. “Vinimos con toda nuestra maleta de sueños”, expresó Anabella en exclusiva a El Tiempo Latino.

Entre los bombones más pedidos en el área metropolitana de Washington DC, donde se estableció Arcay Chocolates, están passion fruit (maracuyá o parchita), rosemary (romero), lavanda y café y ron. Mientras que a unas personas les gusta experimentar con nuevos sabores, otras prefieren los clásicos. Pero hay para todos los gustos.

Entre los sabores favoritos de los clientes están Passion Fruit, Rosemary y Lavanda. Foto: cortesía Arcay Chocolates.

Ser latino y tener un negocio en EEUU

Darío Berti dice que el acceso a capital es clave para poder llevar adelante el proyecto que se tiene en mente: “Hay un común denominador para todos los emprendedores, sobre todo inmigrantes, que se traduce en tratar de capitalizar no solamente los sueños, sino las ideas firmes que puedan tener para llevar a cabo un emprendimiento”.

“Cuando uno llega aquí, uno tiene que ir viendo cómo se maneja el negocio. Tuvimos que hacer ciertos ajustes en cuanto a lo que hacíamos en Venezuela, donde el negocio estaba más dirigido a fiestas. Tuvimos que inclinarnos para vender al público”, recordó Anabella.

Anabelle se encarga de la producción de chocolates y Darío de la logística y el día a día del negocio. Foto: cortesía Arcay Chocolates.
Anabella se encarga de la producción de chocolates y Darío de la logística y el día a día del negocio. Foto: cortesía Arcay Chocolates.

Recuerdan que al principio muchos de los coaching y organizaciones les recomendaron intentar iniciar con ahorros personales y ayuda de amigos o familiares. Aunque no siempre se cuenta con fondos que permitan comenzar, es importante no desistir.

Los creadores de Arcay Chocolates apostaron por la perseverancia y la idea de que habían llegado a hacer lo que estaban haciendo en su país. “No hemos desmayado ni un minuto”, afirmó Darío.

Recomienda que, quienes quieran emprender, deben dar un primer paso y esbozar en papel su plan de negocio. No importa el tipo de lápiz ni el color, deben comenzar a plasmar cuánto se gasta y cuánto se gana. Para él eso es esencial.

“Aquí hay muchísimas oportunidades para lograr el éxito, mucha gente quizá no se imagina. nosotros nos sentimos muy orgullosos de ser pequeños comerciantes, pequeños negocios”, agrega.

Este mes de la hispanidad se sienten bendecidos, pues aumenta el consumo de chocolate. Foto: cortesía Arcay Chocolates.

“El sueño americano sí existe”

“El famoso sueño americano sí existe. Muchas veces encuentras personas que dicen 'es difícil alcanzarlo' o que es mentira. Sí existe, pero tiene unas normas, unas reglas y hay que trabajar”, coincidieron.

Anabella destaca que se debe tener constancia, perseverancia y trabajar, pues es mucho el camino por recorrer al igual que los tropiezos. Ese sueño americano “no te va a caer del cielo”, afirmó.

Tampoco se puede dejar de lado la innovación, crear nuevos productos o servicios, lo cual es importante para el progreso y el crecimiento, sin dejar de lado aquellos que han tenido éxito.

Este mes de la hispanidad se sienten bendecidos, pues con el inicio de los días más fríos también aumenta el consumo de chocolate y con ello sus ventas.

―¿Cómo es un día a día en Arcay?

―Darío: Una rutina de trabajo. Nosotros llegamos y prendemos las máquinas para temperar chocolate e inmediatamente tenemos una línea de acción. En el caso de Arcay Chocolates los dos motores de este proyecto somos Anabella y este servidor. Ella se encarga de todo lo que es la producción de Chocolatería y yo me encargo de la logística y el día a día del negocio.

Nos cuenta que tienen buena tecnología, maquinaria especializada y computarizada que les ayuda con un soporte de trabajo enorme. Lo que acelera los procesos. “Siempre, lógicamente, añadiendo el toque personal y artesanal de lo que significa nuestro producto”.

No hacen chocolate, por el momento, porque consideran que hay muy buenos en el mercado. Entonces, por economía de escala prefieren surtirse de materia prima de diversos países y luego transformarlo en bombones, barras especializadas y cremas para hacer chocolate.

―¿Cuál creen que es el aporte de Arcay Chocolates para la comunidad latina?

―Anabella: Yo creo que nosotros hemos dado un gran ejemplo de perseverancia, de trabajo. A nosotros nos conoce mucha gente porque como muchos que llegaron en la misma época, o que hicieron los mismos cursos que nosotros, todo ese equipo con el que trabajamos han visto todo lo que hemos hecho para llegar hasta aquí. Esto no ha sido fácil ni de un día para otro. Yo comencé haciendo poquiticos bombones, después de eso comenzamos con una carreta en la Cosecha y con una pequeña tienda que apenas estaba comenzando.

Aunque ese camino fue difícil, les ayudó a conocer cómo se establecía una relación con los clientes y saber la cantidad de bombones que iban a producir para vender.

“No me gusta perder, vengo de un país en el que había que guardar y usar los ingredientes con precaución porque era difícil conseguirlos. Eso me hizo ser muy prudente en la utilización de materiales”, comenta Anabelle.

―¿Cuál es su mensaje para otros latinos, que tienen un emprendimiento o no saben cómo comenzar?

―Anabella: Lo primero es tener el producto. Porque muchas veces observamos que había personas que iban a talleres de ayuda que existen en DC y ellos querían hacer algo, pero ni siquiera tenían el producto. Eso me costaba entenderlo porque nosotros teníamos 11 años con el producto y lo que necesitábamos era volver a reproducir lo que veníamos haciendo en Venezuela. Pero es importante, aunque vayas a comenzar de cero, es comenzar a materializarlo.

Resaltaron lo importante que es tener un plan de negocio. “La certidumbre se te va a aclarar cuando tienes un plan de negocio a seguir. No sólo tiene que ser un producto sino también puede ser un servicio”.

Darío añadió la importancia de formar legalmente la empresa, cumplir con los primeros requisitos legales y dar pasos adicionales, como por ejemplo tener un asesor financiero externo si es posible.

Arcay Chocolates está presente en el mercado de La Cosecha (1280 4th St NE) y en su local en Georgetown (3211 O St NW). También en www.arcaychocolates.com.

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