Víctimas latinas y afroamericanas de la violencia de las fuerzas policiales estadounidenses exponen hoy sus historias en la sede de la ONU en Ginebra, con el objetivo elevar una demanda en contra de las autoridades del país por violar los derechos humanos.
Básicamente, lo que buscan es que la comunidad internacional condene el accionar de los agentes de la policía en cada uno de los estados y en las fronteras.
La comisión de víctimas incluye a cinco personas atacadas por las autoridades policiales. En territorio suizo y con la presencia de las víctimas para impulsar el reclamo, Estados Unidos se someterá a una revisión por parte de la ONU para verificar su cumplimiento de un tratado que firmó y ratificó: el Pacto Internacional sobre Derechos Civiles y Políticos (PIDCP).
Entre varios aspectos, el tratado reconoce el derecho a no ser discriminado, a no ser víctima de vigilancia policial arbitraria y de fuerza excesiva. Todos derechos humanos que están siendo violados por las autoridades.
Un viaje histórico
El periplo del grupo que busca visibilizar un problema que se cobra miles de vidas por año, especialmente hispanos y afroamericanos, comenzó el viernes pasado cuando aterrizaron en Ginebras, acompañados, entre varios, por Andrea Guerrero, directora ejecutiva Alliance San Diego, una organización civil que lucha por los derechos de las minorías.
“Desafiaremos las prácticas policiales de los Estados Unidos y su estándar de uso de la fuerza hasta nuestro último día, mañana 18 de octubre”, dijeron desde la organización a El Tiempo Latino. Ayer, parte de la comisión participó de un encuentro en el Comité de Derechos Humanos, en el que hablaron de discriminación, abuso e impunidad en la frontera entre Estados Unidos y México.
El uso excesivo de la fuerza por parte de las autoridades locales, estatales y federales está aumentando en los últimos años. El 2022 fue el año más mortífero. Tal como informó El Tiempo Latino, hay informes que hablan que hubo más de 1.000 asesinatos. Además, se registran en promedio 250.000 lesionados por parte de las fuerzas del orden cada año.

La gran mayoría son personas de ascendencia africana o latina y muchos son residentes de comunidades a lo largo de la frontera entre ambos países. Pocos agentes de la policía y ningún agente fronterizo han sido condenados por ningún episodio. “El uso generalizado de la fuerza y la impunidad sistemática son consecuencia de los estándares deficientes en el uso de la fuerza”, indicaron.
El grupo de los cinco que busca hacer un cambio
La comisión está conformada por Ted Womack (32), quien compartirá su mala y constante experiencia con la policía en California. El hombre, un afroamericano que vive en San Diego, contó que ha tenido al menos 100 encuentros con la policía, desde situaciones en las que lo pararon para hablar hasta oportunidades en las que varios oficiales le apuntaron con armas. Dijo muchas veces que “es normal tener miedo de salir a la calle”.
También viajó Marisol García Alcántara, una mujer mexicana que recibió un balazo en la cabeza por parte de la patrulla fronteriza en el estado de Arizona. La mujer sobrevivió de milagro y, tras permanecer 22 días en un centro de detención, la deportaron en medio de un procedimiento irregular. Por su caso, no hay ningún oficial condenado. La historia de Marisol se convirtió en un emblema de la lucha de los latinos que quieren cruzar la frontera.
Otro de los que participará es Jovanny Hernández, quien expondrá se experiencia con la patrulla fronteriza en la ciudad de Las Cruces, Nuevo México, lugar en el que vive. Ramona Casas, quien vivió situaciones desagradables con la policía fronteriza de Texas, también comparecerá ante Naciones Unidas.
Pese a ser ciudadana americana, tiene que salir todos los días de su casa en el Valle de Río Grande con el pasaporte en la mano. Tiene temor a que la detengan y la deporten por su origen latino, su acento y su color de piel.

Viajó a Suiza también la ex policía afroamericana Janine Bouey, quien denunció que en 2020, tras ser separada de un grupo de personas que esperaban para ingresar a Estados Unidos a través del Puerto de Entrada de Otay (California) cuando regresaba de la ciudad mexicana de Tijuana, un agente de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP por sus siglas en inglés) le hizo comentarios insinuantes e inapropiados. No fue lo único.
Después fue registrada por una oficial de CBP que la forzó a abrir las piernas y usó sus dedos para tocarla en su zona genital sobre la ropa. De acuerdo con la demanda, otro oficial colocó la cabeza de un perro auxiliar contra sus partes privadas y fue manoseada nuevamente sobre la ropa y esposada a una banca.
Posteriormente, la mujer fue llevada a otra habitación, donde los oficiales le ordenaron desnudarse y ponerse en cuclillas "mientras le examinaban desde atrás su área genital con una linterna". Los oficiales no encontraron drogas y, después de varias horas bajo custodia, la mujer fue liberada.
Se estima que la comisión hablará durante la jornada de hoy y mañana.