La Franja de Gaza funciona con combustible. Proporciona energía a los hospitales, bombas de agua y transportes. Alimenta los generadores de los que dependen los residentes para obtener electricidad y ayuda a encender los hornos de las panaderías.
Pero ahora Gaza, hogar de 2,3 millones de personas, está casi sin combustible, casi dos semanas después de que Israel impusiera un “asedio total” al territorio y se iniciara una guerra aérea contra Hamás.
Las Naciones Unidas reportó el domingo que su agencia de ayuda para los refugiados palestinos que opera en Gaza se quedaría sin combustible en tres días.
"Sin combustible, no habrá agua, ni hospitales ni panaderías en funcionamiento. Sin combustible, la ayuda no llegará a quienes la necesitan desesperadamente", afirmó en un comunicado el comisario general de la agencia, Philippe Lazzarini.
Israel anunció su contraataque y campaña militar después de que militantes de Hamás con base en Gaza realizaran un ataque sorpresa contra comunidades israelíes cercanas a principios de este mes.
El ataque perpetrado por hombres armados palestinos mató al menos a 1.400 personas y llevó a Israel a desatar su poder de fuego en Gaza, donde más de 4.600 palestinos han muerto, según el Ministerio de Salud.
Ayuda humanitaria a Gaza sin combustible
El sábado, el primer convoy de ayuda a Gaza desde que comenzó la guerra entró en el territorio a través del cruce fronterizo de Rafah con Egipto. Incluía alimentos, agua y medicinas, pero no suministros de combustible, según la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).
Otro convoy de 14 camiones entró en Gaza el domingo por la noche, reportaron las Naciones Unidas y el ejército israelí, también sin combustible.
La medida de excluir el combustible de la primera entrega fue una aparente concesión a Israel, que teme que Hamás y otros grupos armados puedan desviarlo para fines militares.
El portavoz militar israelí, el contralmirante Daniel Hagari, también acusó a Hamás la semana pasada de robar combustible de las instalaciones de la ONU. Los representantes de Hamás no respondieron de inmediato a una solicitud de comentarios.
Las Naciones Unidas y otros están en una “discusión dura pero justa” con el gobierno israelí sobre un régimen de inspección para la ayuda que pasa por Rafah, declaró a Reuters en una entrevista el sábado el coordinador de ayuda de emergencia de OCHA, Martin Griffiths. Aseguró que también se estaba considerando un sistema para rastrear el uso de combustible.
Los militantes palestinos utilizan combustible para propulsar los cohetes que fabrican y disparan contra Israel, así como para los vehículos que conducen los combatientes durante las operaciones.
Pero el combustible también ayuda a impulsar la vida diaria en Gaza, como en otras partes del mundo, y mantiene en funcionamiento tecnología y máquinas vitales, desde sistemas sanitarios hasta teléfonos celulares y ambulancias que transportan a los heridos.