El aumento de la potencia del huracán Otis justo antes de su devastador impacto en el sur de México es un ejemplo de la intensificación de la crisis climática, sugieren los científicos.
Esta rápida intensificación, advirtieron, es ahora alarmantemente regular, ofreciendo a las comunidades costeras un tiempo mínimo para prepararse.
La rápida intensificación del huracán Otis estableció un nuevo récord, con una velocidad máxima del viento de 115 mph en un día, sólo superada por el huracán Patricia en 2015.
Este fenómeno, denominado intensificación rápida, se caracteriza por un aumento de la velocidad del viento de al menos 35 mph en 24 horas, lo que exige un calor oceánico considerable. El Centro Nacional de Huracanes subrayó la aceleración sin precedentes de Otis, calificándola de "intensificación explosiva".
Brian McNoldy, científico atmosférico de la Universidad de Miami, explicó que Otis prosperó gracias a un parche de calor oceánico de unos 88 grados Fahrenheit de media, que alimentó el colosal crecimiento de la tormenta.
La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica reveló que, en los últimos cincuenta años, los océanos han absorbido más del 90% del calentamiento global. El actual fenómeno de El Niño en el Pacífico agrava este efecto, elevando aún más la temperatura de los océanos.
El reporte de los científicos sobre el huracán Otis
McNoldy calificó la fortificación de Otis de "excepcionalmente inusual", expresando su preocupación por su escalada intempestiva antes de tocar tierra. Sin embargo, aunque hubiera ocurrido en mar abierto, seguiría siendo un acontecimiento extraordinario, añadió.
La transformación de tormenta tropical en potente huracán suele durar varios días. Pero Suzana Camargo, especialista en huracanes del Observatorio Terrestre Lamont-Doherty de la Universidad de Columbia, advirtió de que el cambio climático inducido por el hombre está alimentando su rápida intensificación, convirtiéndola en un fenómeno alarmantemente rutinario.
Camargo destacó la inusual frecuencia de tormentas intensas que azotan la costa del Pacífico oriental de México.
De hecho, solo el huracán Max en 2017, una tormenta de categoría 1, tocó tierra a menos de 50 millas de Acapulco, según un análisis de CNN de los datos de NOAA.
El Atlántico también está experimentando esta desconcertante tendencia de rápida intensificación.
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Huracanes en el Atlántico serán cada vez más intensos
Las últimas investigaciones muestran que los huracanes del Atlántico tienen ahora más del doble de probabilidades de transformarse de una tormenta suave de categoría 1 a una grave de categoría 3 en 24 horas, en comparación con el periodo comprendido entre 1970 y 1990.
Un estudio realizado en 2019 también subrayó un aumento "inusualmente alto" en la rápida intensificación de los huracanes del Atlántico desde la década de 1980 hasta principios de la década de 2000.
Este patrón que se remonta únicamente al cambio climático inducido por el hombre. Preocupantemente, el estudio descubrió que esta intensificación afecta sobre todo a las tormentas más fuertes, haciendo que los huracanes más mortíferos sean cada vez más letales.
Predecir la rápida intensificación siempre ha sido un enigma. Sin embargo, con el cambio climático calentando los océanos, los investigadores afirman su mayor probabilidad. "Todo esto no hace sino confirmar nuestras expectativas", concluyó Camargo.