El Día de Muertos, una de las festividades más icónicas de México, despierta cada año un interés creciente en todo el mundo. Esta celebración, arraigada en la rica historia y la profunda cultura del país, ofrece una visión única de la relación entre la vida y la muerte.
A través de la adoración de los seres queridos fallecidos, la creación de altares adornados y la veneración de tradiciones ancestrales, el Día de Muertos se ha convertido en un símbolo perdurable de la identidad mexicana.
En gran parte del país, las calles se llenan de coloridos altares, calaveras de azúcar y flores de cempasúchil, mientras las familias se reúnen para celebrar la vida y la memoria de aquellos que ya no están físicamente con ellos.
Una celebración con distintas influencias
Enrique Quiroz, encargado del Instituto Cultural Mexicano (ICM), que es el área cultural de la embajada de ese país en Washington DC, dialogó con El Tiempo Latino acerca de esta tradición, su importancia y de su historia. Además, adelantó en qué consistirá el evento que se realizará este sábado en la sede diplomática para conmemorar la festividad.
Según el funcionario, esta festividad única y profundamente arraigada en la cultura mexicana es un testimonio del sincretismo entre las creencias indígenas mayas y aztecas, así como la influencia de la religión católica tras la llegada de los conquistadores españoles.

“Es la mezcla de la religión católica proveniente de los reyes católicos de España y la manera inteligente de los españoles de evangelizar y unir estas dos tradiciones. Obviamente, tratando de desaparecer la tradición indígena, pero también fue la manera de los indígenas de adaptarse a esta nueva vertiente religiosa, sin dejar sus creencias, lo que se convierte en una amalgama de mezclas, de culturas, de creencias y de ritos. Eso es lo que es el Día de Muertos”, explicó Quiroz.
La historia del festejo y qué se ofrece
Aunque el Día de Muertos es una festividad muy mexicana, no se celebra en todo el país. Principalmente se realiza en estados del sur, como Michoacán, Guanajuato, Oaxaca, Chiapas y Yucatán, donde las influencias aztecas y mayas son más evidentes. Además, la tradición trasciende las fronteras nacionales, con vestigios de ésta en países como Guatemala, El Salvador, Perú y Bolivia, donde se encuentra el legado del sincretismo entre el catolicismo y las creencias indígenas.
Si bien es muy popular a nivel mundial, el agregado cultural mexicano contó que sus orígenes son distintos a los que se ve hoy. “Era una tradición muy íntima en la cual uno, en un rincón de la casa, en la cocina, ponía su altar con lo que se tenía, o sea, con una mesa, unas cuantas cajas, unos manteles. Y durante esta tradición, en estas fechas, normalmente en los mercados se venden las calaveras de azúcar, el papel picado, que representa el viento, y el pan de muerto, que es clave”.

Estos altares, adornados con elementos como calaveras de azúcar, papel picado y flores de cempasúchil sirven como portales hacia el más allá. Las familias colocan en los altares alimentos y bebidas favoritas de sus seres queridos fallecidos, así como fotografías de los difuntos.
Este acto permite recordar, honrar y celebrar a los seres queridos que han partido. En muchos municipios de México -afirmó Quiroz- la tradición también implica visitar los cementerios y recrear los altares en las tumbas de los seres queridos.
Las familias llevan alimentos, flores y velas a los cementerios, creando una atmósfera festiva en lugar de tristeza. La verbena en los cementerios se convierte en una celebración de toda la noche, con comida, velas y canciones que recuerdan y honran a los difuntos. Se convierte en un festejo de multitudes.
“Dependiendo de lo que se vea, estos seres queridos, que fallecieron, regresan este día a visitarnos, se cena, se medita en el altar, se les reza por sus almas. Se les recuerda principalmente a los que ya se nos fueron. Entonces es como mantenerlos vivos”, añadió.
La esencia del Día de Muertos reside en el respeto y la veneración de los seres queridos fallecidos. Cada elemento del altar, desde las velas y el incienso hasta el pan de muerto y las calaveras de azúcar, tiene un significado especial. Se busca crear un vínculo con el más allá, desde donde se cree que los espíritus de los difuntos regresan a visitar a los vivos.
La evolución del Día de Muertos
La tradición del Día de Muertos ha evolucionado con el tiempo y se han incorporado elementos algo más modernos, como la Catrina. “Se trata del esqueleto de una señora afrancesada, con sombrero, con plumas y muy pomposa”, explicó Quiroz. Es un personaje creado en la década de 1930 que con los años se popularizó y vinculó a la festividad. Se ha extendido y se ha convertido en un símbolo internacional de la cultura mexicana.

De hecho, la celebración ha adoptado nuevas dimensiones con desfiles, bailes y disfraces, en parte debido -asegura el funcionario- a la película de Disney "Coco", que resaltó la importancia de recordar a los seres queridos y la transmisión de legados familiares. “Siento que es inevitable que las personas adapten este día, pero que lo hagan con respeto, con amor. Que vean que sí es manera de honrar a los tuyos y a honrarse a sí mismo”.
Este sábado 28 de octubre, el ICM festejará en su sede (2829 16th St NW) el Día de los Muertos en un evento que se extenderá entre las 12:00 pm y las 4:00 pm. Será la inauguración anual del Altar Tradicional, con música de piano de Chris Urquiaga. Habrá pan de muerto (azucarado y con canela) y chocolate mexicano; además de muestras de arte y de música mexicana.
“El altar del año pasado ganó el primer lugar mundial de todas las embajadas mexicanas. Siempre quedamos en los tres primeros lugares gracias al apoyo de la comunidad latina”, dijo Quiroz.
Con entrevista de Ricardo Sánchez-Silva.
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