Desde niños hemos escuchado que debemos ahorrar, pero muy pocas veces o casi nunca nos sentamos a conversar sobre eso y planificamos; o quizá ni nos preguntamos para qué debemos guardar dinero. Lo cierto es que con una economía en constante cambio y frente a adversidades, ahorrar puede ser clave para evitar una crisis personal o familiar.
Ahorra es difícil, más si no se tiene el hábito o la disciplina. Pero lo cierto es que no hay una fórmula mágica y sobre esto conversamos con el economista Sergio Urzúa, profesor del Departamento de Economía de la Universidad de Maryland.
¿Cuándo ahorrar y para qué?
Para Sergio Urzúa hay dos razones claves que deben analizar las familias para comenzar a ahorrar, uno a largo plazo y otro a corto plazo. El primero tiene que ver con prepararse para la vejez, y el segundo con la incertidumbre y los problemas financieros que pueden surgir de un día para el otro.
Lo que no podemos dejar de lado es que no hay una edad para ahorrar, se debe hacer en el transcurso de toda la vida. Incluso los niños pueden aprender a hacerlo para desarrollar el hábito. A medida que nos hacemos mayores los motivos para ahorrar pueden variar, pero uno principal es la jubilación, ya que con el paso de los años las expectativas de vida aumentan, afirmó Urzúa.

Luego, nos advirtió el experto, en un mundo con alta incertidumbre y con un mercado laboral en constante cambio hay que hacer esfuerzos adicionales en el corto plazo para anticiparse a las crisis; es decir, cuando debemos ajustar los presupuestos y recortar los gastos. Estos momentos no se afrontan de igual forma cuando se tiene “un colchón financiero”.
Eso nos lleva a la segunda razón para ahorrar, hay que tener dinero guardado para afrontar crisis personales o familiares. Ahorrar es algo que debemos hacer en la medida de lo posible, ajustando el presupuesto familiar.
“En periodos en los cuales uno tiene buenas condiciones económicas (se debe) ahorrar un poquito, para efectos de anticipar periodos de no tan buena condición económica. Y en esos periodos de mala condición económica hacer uso de esos recursos”, recomendó Urzúa.
No obstante, agregó que si los momentos de condiciones adversas se hacen más comunes más deberían ahorrar las personas por precaución.
La Oficina para la Protección Financiera del Consumidor (CFPB, por sus siglas en inglés), una agencia del gobierno de los Estados Unidos, reseñó en su página web que es importante ahorrar para emergencias.
“Las emergencias financieras sucederán; es sólo cuestión de cuándo pueden suceder. Esté preparado iniciando una cuenta de ahorros para manejar reparaciones, reemplazos, viajes inesperados, pérdida de empleo, etc”, se lee en el portal informativo.
―La pregunta del millón… ¿Hay una fórmula para saber cuánto debemos ahorrar?
―No, no hay fórmula. Por supuesto hay modelos de ahorro con incentivos tributarios que tienen algunas restricciones. Pero aventurarse a decir “usted debe ahorrar este porcentaje de sus ingresos mensuales”, no. Es mucho más complicado que eso, particularmente con el componente de incertidumbre. Es un esfuerzo adicional y cada uno sabrá cuán fácil es ajustar su presupuesto familiar. No hay ninguna regla en específico.
Además de la respuesta de Urzúa, otra referencia a considerar la tiene la CFPB. La agencia federal hace referencia a sugerencias de ahorrar el equivalente de los gastos de tres a seis meses. Sin embargo, si eso es muy difícil se puede comenzar por colocar una meta de ahorro considerando un monto que pueda alcanzar para cubrir las necesidades urgentes en caso de una emergencia.
Luego, al llegar a ese monto ahorrado se fijan metas más altas.
―Alguien que nunca ha ahorrado, ¿cómo puede comenzar?
―El ahorro se tiene que hacer a través del sistema financiero. Lo primero pasa por elegir una institución financiera que tenga un buen sistema de asesoramiento. Si estoy dispuesto y tengo la posibilidad de empezar a ahorrar, debo comenzar a preguntar en el banco o en otra institución cuáles son los sistemas de asesoría y con cuánta rapidez puedo tener acceso a la información.
Lo primero es contactar al banco en el cual tenemos una cuenta. Es importante que esas instituciones sean sólidas. No debes confiar en aquellas que no están acreditadas: sería un grave error. Aquellas que sí lo están tienen coberturas y seguros para proteger los ahorros.
“Mantenga su dinero en un lugar seguro, como un banco o cooperativa de crédito con garantía federal”, advierte la CFPB.
―¿Cómo equilibrar los gastos en familia, hay una forma de saber si gasto apropiadamente?
―Si yo constantemente tengo que estar utilizando mi tarjeta de crédito para poder terminar el mes es una señal de que tiene que haber algún tipo de ajuste en el gasto. Eso me parece esencial. Niveles de gastos superiores al ingreso, que obligan a endeudarse, lo que hace es incurrir en un costo adicional (con las tasas de interés) que aprieta más el cinturón. Creo que lo importante es entender que tener un presupuesto deficitario constantemente, todos los meses, no es sostenible. Por lo tanto el gasto debe ir ajustándose para tener algún grado de equilibrio en los presupuestos familiares.

Aquí hay que entender que hay periodos buenos y malos, y que en los buenos hay que ahorrar y aprovechar el crédito, pero siempre teniendo una reserva que se puede utilizar en momentos de incertidumbre, comentó Urzúa.
―¿Cómo usar el crédito apropiadamente?
―Es una fuente de financiamiento constante, pero que tiene un costo. (Debemos) tener tarjetas de crédito con bancos con alta reputación y certificados. Toda tarjeta de crédito debe saber utilizarse. Tiene un costo y un interés asociado. Ya terminó el periodo de tasas de interés bajas.
Presupuesto al inicio, durante y al terminar el mes
El economista aclaró que no hay que hacer un presupuesto únicamente al inicio o final del mes, sino en todo momento, constantemente. Se debe “tener una disciplina financiera, saber cuáles son los ingresos y los gastos para alcanzar un equilibrio”, aconsejó.
“Hoy es muy fácil, y nos pasa a todos, que con el uso de las tarjetas de crédito empiezas a hacerte socio de cosas y te empiezan a cobrar y no te das cuenta. Ese tipo de cosas hay que tratar de mantenerlas muy acotadas y eso obliga a sentarse constantemente, mirar cuáles son los cargos y conocer los gastos que se están haciendo, y ajustar lo que sea necesario”.

En gastos pequeños se nos puede estar yendo el dinero que fácilmente podría ser ahorrado, ya sea el café que siempre compras por la mañana o algún servicio online con suscripción mensual.
Se hace más cuesta arriba ahorrar, por ejemplo, si siempre estamos gastando de más o no controlamos el gasto. Menos si estamos llenos de deudas. Si somos inmigrantes, equilibrar bien el ahorro, los gastos y las deudas nos impulsará a lograr metas y alcanzar el sueño americano.
―¿Qué debemos hacer si estamos endeudados?
―Ajustar lo antes posible. Tratar de encontrar fuentes de refinanciamiento. A veces podemos encontrar un crédito más barato para pagar un crédito más caro, pero eso hay que hacerlo con mucho cuidado. Pero al final del día hay que evitar llegar a esa situación porque genera un círculo complejo y la acumulación de intereses no va a parar.
―Y si ya estamos ahorrando… ¿Cómo se protegen los ahorros ante la inflación? ¿cuándo analizar invertir?
―La inflación ha sido un fenómeno que ha afectado sin duda el presupuesto mundial. Es un impuesto porque disminuye el valor de tus recursos y, por lo tanto, cubrirse frente a ese impuesto es importante. Hay distintas formas de hacerlo: el desarrollo de los activos financieros en EEUU es amplio. Existen muchas formas de invertir: desde instrumentos de renta fija, como pueden ser Bonos del Tesoro, o directamente intentar entrar al mercado accionario.
Atención, en este punto es importante asesorarse bien y no tomar riesgos innecesarios o, más bien, no calculados y digeridos. “Existen muchas oportunidades de inversión y ahorro con mucha facilidad en las plataformas digitales. Yo puedo mover dinero de mi cuenta de débito a mi cuenta de inversión”, por ejemplo, dijo Urzúa.
El experto llama a las personas a informarse, conseguir apoyo y soporte técnico antes de tomar decisiones de inversión. Un buen asesor puede guiarte y ofrecer diversas alternativas. Pero recuerda que “no es una buena idea poner todos los huevos en una misma canasta”.
Todos conocemos o hemos escuchado que existen criptomonedas, pero aquellas como el Bitcoin o el Ethereum son monedas digitales volátiles. Es decir, su precio puede subir o bajar de un momento a otro y puedes perder dinero si se desploman. Hay otras de tipo “estable”, como el Tether, pero su precio está anclado a 1 dólar por unidad. Es decir, no te protegen de la inflación.
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