Tomar decisiones financieras puede ser difícil en tiempos turbulentos y de incertidumbre económica a nivel mundial. ¿Te conviene tomar un préstamo? ¿Puede resultar beneficioso usar las tarjetas de crédito más de lo habitual? ¿Es realmente momento de endeudarse? Estas son preguntas que todos nos hemos hecho en algún momento.
El Tiempo Latino consultó con el reconocido economista español Daniel Lacalle e indagó en información oficial del gobierno para tratar de dar algunas respuestas y arrojar luz en un tema que preocupa a la mayoría: las finanzas personales.
“Cada persona debe pensar en las condiciones en las que están sus finanzas en general cuando se quiere tomar crédito o un préstamo. Es decir, la seguridad de sus ingresos, su capacidad de pago y obviamente las circunstancias. No tomar un préstamo para gastos corrientes”, advirtió Lacalle.
La clave está en tener asegurada su capacidad de poder cancelar la deuda. Lo que dejó en claro es que cada persona es un mundo distinto y la decisión es personal. “Lo más importante es que la gente lo analice y sepa en qué lo va a gastar”, agregó.
Tarjetas de crédito y préstamos: en qué usarlos y el valor de pagar a tiempo
El gobierno dispuso del sitio web MyMoney.Gov, en el que reúne material explicativo de más de 20 entidades federales para aumentar el acceso de las personas a los servicios financieros, y que sepan cómo manejarse en este aspecto.
Para ello se basa en la Comisión Federal de Comercio, cuya página web habla de todos los temas relacionados con dinero prestado. “Cuando se dice que una persona usa crédito, generalmente significa que usa una tarjeta de crédito, aunque también podría significar que tiene un préstamo”, explica el organismo.
Lo usual es usar una tarjeta de crédito para pagar gastos cotidianos como la gasolina, los alimentos o los servicios. En cuanto a los préstamos, en cambio, señala que se utilizan para cosas más costosas como muebles, estudios, un auto o una casa. Lo que hay que tener en cuenta en ambos casos son los intereses. Es decir, el precio de pedir dinero prestado.

“Es recomendable usar la tarjeta siempre que no se vaya acumulando el saldo. Debemos ser conscientes de que acumular el saldo supone un coste exponencial altísimo y que no conviene dejar un saldo impago”, aconsejó Lacalle.
“Es mejor retrasar las decisiones de compra o ajustar los gastos antes de tomar el riesgo”, añadió.
El pago de intereses, un costo al que hay que enfrentarse con inteligencia
“Los intereses son lo que usted paga por usar el dinero de otro”, explica la página oficial. Hay distintos tipos de interés, por lo que hay que fijarse en la tasa de porcentaje anual (APR, por sus siglas en inglés). Lo más recomendable es acudir a la entidad financiera y ver cuál ofrece la tasa más conveniente.
En cuanto a las tarjetas de crédito, hay tres caminos para elegir a la hora de pagar el resumen mensual. El primero es desembolsar la totalidad del monto, lo que significa que no se tendría que pagar intereses. El otro es pagar solamente el pago mínimo. Esto significa que el usuario pagará intereses sobre lo que no pague. Esa cantidad se llama saldo. Si sólo se paga el mínimo, el crédito costará más caro.
“Esa estrategia de ‘voy a pagar una cantidad mínima y luego dejo el resto’ no la recomiendo nunca. Cuando se hace el análisis de la cantidad que se va acumulando, la cuenta es muy elevada”, sostuvo el experto.
Finalmente, la tercera vía y la menos aconsejable: cancelar menos del monto mínimo adeudado. Ante este escenario, el gobierno es claro: “Le podrían aumentar la tasa de interés, podría tener que pagar cargos y su crédito le costará mucho dinero”.
Lo ideal es usar el crédito con montos que se puedan pagar. Nunca excederse.

El historial y puntaje crediticio ¿Por qué son importantes?
Para acceder al crédito es necesario presentar una solicitud ante la entidad financiera o un negocio, quienes para otorgarlos tienen en cuenta el llamado historial crediticio del solicitante.
Se trata de un informe elaborado por tres grandes compañías (TransUnion, Equifax y Experian) que detalla básicamente cómo maneja el dinero. Establece cuántas tarjetas de crédito tiene la persona, qué préstamos solicitó, cuánto dinero debe y si paga sus facturas en fecha. A esa información se puede acceder de manera gratuita en la página AnnualCreditReport.com.
Luego, esas compañías establecen un puntaje crediticio, que es un número que después permitirá acceder el crédito o el préstamo necesitado. Es importante tener una cifra alta y un buen historial de crédito, ya que facilita el acceso a dinero prestado.
Los puntajes bajos están alrededor de 300; los altos oscilan entre 700 y 850. Un buen informe crediticio abre las puertas del cielo.
“Sin un historial de crédito, puede ser más difícil conseguir un trabajo, un apartamento o incluso una tarjeta de crédito. Parece una locura: usted necesita crédito para conseguir crédito”, dice la página oficial. El historial crediticio nace con pedir una tarjeta o solicitar un préstamo.
Las claves para tener un buen puntaje crediticio:
- Pagar las facturas en fecha.
- Disminuir la cantidad de dinero adeudado, especialmente en las tarjetas de crédito. Deber mucho dinero daña el historial de crédito.
- No sacar nuevas tarjetas de crédito si no es necesario.
- No cerrar las cuentas de las tarjetas de crédito viejas. Tener crédito por mucho tiempo mejora la calificación.
La casa propia: cuándo es momento de comprar y adquirir una hipoteca
Comprar una casa es, quizá, la meta de millones de personas, para los inmigrantes representa el sueño americano. La clave está en saber cuándo es momento para hacerlo o decidir si es conveniente tomar un crédito hipotecario.
La Oficina para la Protección Financiera del Consumidor (CFPB, por sus siglas en inglés), una agencia del gobierno de los Estados Unidos, da cinco consejos básicos para prepararse ante el desafío de adquirir una propiedad.

- Determinar cuándo se quiere comprar una casa y cuánto dinero se puede ahorrar para el pago inicial y otros costos.
- Revisar los informes de crédito para saber cuáles son los puntajes de crédito. Al revisar estos informes el interesado podrá observar el estado actual del historial crediticio y ver si existe alguna información incorrecta que pueda perjudicar los puntajes.
- Aumentar el historial crediticio: una vez se hayan revisado los informes es probable que se quieran mejorar antes de solicitar un préstamo.
- Pagar las deudas: al solicitar una hipoteca, el prestamista evalúa cuánta deuda en total tiene la persona en comparación con sus ingresos.
- Ahorrar dinero, mientras se cancelan las deudas, para cubrir los costos de comprar una casa. Para ello, abrir una cuenta de ahorros en un banco o cooperativa de crédito para mantener el dinero en un mismo lugar.
“Lo primero a tener en cuenta es la seguridad de los ingresos. Saber que la capacidad de pagar esa hipoteca no nos suponga que sea una cantidad enorme de lo que gastamos cada mes, porque cualquier pequeño evento nos puede hacer luego entrar en problemas”, explicó Lacalle.
El economista dijo que un punto importante es saber “la capacidad de hacer líquido” el bien adquirido. Es decir, si las cosas salen mal, ver si se puede vender.
En resumen, para comprar una propiedad o sacar un préstamo hipotecario lo mejor es tener claro cuánto se puede pagar, el nivel de ingresos, gastos y prioridades de ahorro familiares.
Adiós a las deudas
Tener deudas controladas es positivo para el historial crediticio. Sin embargo, cuando la situación se sale de control, las consecuencias pueden ser severas. Ante esta situación, el gobierno recomienda comenzar con hacer un presupuesto que indique cuánto se gana cada mes y cuáles son los gastos.
También se puede llamar a la compañía acreedora y exponer las dificultades de pago. En ese caso, se podría negociar un plan de pagos. Lo importante es llamarlos antes de que ellos lo hagan. Lacalle, por su parte, aconseja consultar con alguien experto en el tema.
“Hay muchos sistemas para consolidar deudas y para reestructurarlas. Lo más recomendable es buscar la asesoría de alguien especializado, que las periodifique y llegue a una reestructuración que permita un pago mensual más aliviado”, destacó.
Se trata de algo que es muy habitual en los países desarrollados y en América Latina, en la que se pueden consolidar deudas que se tengan con tarjeta de crédito, hipoteca o del automóvil. “Hay que ponerla toda junta, reducir el pago mensual y periodificar a más largo plazo el repago”, concluyó.
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