De acuerdo a medios internacionales el papa Francisco ordenó al Vaticano reabrir el caso de un famoso sacerdote-artista acusado de abusos sexuales. Así como espirituales y psicológicos a mujeres adultas, y eliminó la prescripción de sus denuncias.
El caso del sacerdote Marko Ivan Rupnik volvió a ser noticia el jueves 26 de octubre cuando una diócesis de Eslovenia confirmó que lo había aceptado en su seno. Esto luego de su expulsión de la orden jesuita a mediados de año.
El escándalo en el Vaticano se desprende de sospechas de que Rupnik recibió un trato favorable de la Santa Sede. Donde hay un papa jesuita y miembros de la misma orden encabezan la oficina de crímenes sexuales que investigó a Rupnik. Y desistió de juzgarlo por considerar que las denuncias en su contra eran demasiado antiguas.
Según la publicación el Vaticano dijo que la comisión de prevención de abusos creada por Francisco descubrió “problemas graves” en el manejo inicial del caso. En particular por la “falta de comunicación con las víctimas”. Los términos son significativos porque anteriormente las autoridades eclesiásticas se negaban a considerar a las mujeres que denunciaron a Rupnik como “víctimas”.
En consecuencia, Francisco pidió al dicasterio para la Doctrina de la Fe, que maneja los casos de delitos relacionados con abusos bajo el derecho canónico, que “revise el caso y decidió levantar la prescripción del delito para permitir que se lleve a cabo un proceso”.
Rupnik terminó siendo excomulgado por el Vaticano en mayo de 2020 por usar el confesionario para absolver a una mujer con la que había mantenido relaciones sexuales. El cual es uno de los delitos más graves bajo el código legal de la Iglesia Católica.
Pero cuando se presentaron otras nueve denuncias en su contra un año después, que se remontaban a 30 años atrás, la oficina de crímenes sexuales se negó a eliminar la prescripción. El dicasterio, cuyo fiscal también es jesuita, decidió no juzgarlo por delitos imprescriptibles como el falso misticismo.
La orden jesuita lo expulsó a mediados de año, cuando se presentaron nuevas acusaciones de mujeres adultas. Después de realizar su propia investigación, los jesuitas dijeron que las denuncias eran “altamente verosímiles”. Pero que las normas canónicas vigentes les impedían aplicar sanciones más fuertes.
Puede leer: El Vaticano aprobó la renuncia de obispo polaco tras escándalo sobre una orgía