El United Auto Workers (UAW) llegó a un acuerdo contractual tentativo con el último de los tres grandes fabricantes de automóviles, General Motors, con lo que la industria está cerca de poner fin a una huelga histórica de seis semanas que ha sacudido la economía y ha generado ganancias récord para los trabajadores.
Personas familiarizadas con las conversaciones confirmaron el acuerdo y declararon a The Washington Post bajo condición de anonimato porque el acuerdo aún no es público.
Esta decisión se produjo después de acuerdos tentativos similares con Ford y el fabricante de Jeep Stellantis. Si todos los acuerdos son ratificados por los trabajadores del UAW, pondrán fin a la primera huelga del sindicato contra los tres fabricantes de automóviles al mismo tiempo.
Los acuerdos marcan los mayores logros que el sindicato ha obtenido en décadas, incluidos aumentos del 25% en los salarios base durante cuatro años y medio.
Cuando se le preguntó sobre el acuerdo mientras abordaba el Air Force One el lunes por la mañana, el presidente Biden levantó el pulgar. "Creo que es genial", dijo.
La administración Biden ha pasado semanas presionando para resolver el paro laboral, preocupada por la estabilidad de una industria que aporta el 3% del producto interno bruto del país.
El acuerdo de UAW con General Motors
El acuerdo con GM se produce después de que el sindicato intensificara inesperadamente su huelga contra el fabricante de automóviles el sábado por la noche, saliendo de una fábrica de GM en Spring Hill, Tennessee, durante un aparente estancamiento en las conversaciones.
El UAW amplificó lentamente su paro laboral después de haberlo iniciado el 15 de septiembre.
Los trabajadores en huelga de las tres empresas volverán a sus puestos de trabajo mientras el sindicato organiza las votaciones de ratificación, un proceso que podría llevar una semana o más. Si los trabajadores rechazan los acuerdos, volverán a los piquetes.
Los contratos se producen después de un largo período en el que los salarios del UAW no estaban a la altura de la inflación, y luego de que el sindicato renunciara a muchos de sus grandes beneficios en la época de la Gran Recesión, cuando los fabricantes de automóviles luchaban por sobrevivir.
El paro laboral rápidamente se extendió y afectó a muchos trabajadores más allá de los piquetes. Los Tres Grandes fabricantes de automóviles han despedido temporalmente a miles de trabajadores que no estaban en huelga en las últimas semanas, diciendo que no pueden realizar su trabajo porque dependen de las instalaciones en huelga.
Los proveedores de autopartes también han despedido a miles de personas a medida que se agotaron sus pedidos de los Tres Grandes.
"Estos proveedores en dificultades no han pagado a los subproveedores o están casi sin efectivo", declaró Ambrose Conroy, experto en automoción y fundador de Seraph Consulting.
Algunos necesitarán apoyo financiero para reanudar la producción y podrían enfrentar demandas de salarios más altos por parte de los empleados debido a los acuerdos con el UAW, añadió.
