Aproximadamente 5.000 inmigrantes de América Central, Venezuela, Cuba y Haití comenzaron una caravana el lunes hacia el norte desde la frontera sur de México.
Señalan su descontento por los largos tiempos de procesamiento de visas en el principal centro de procesamiento de migración de México en Tapachula, ubicado cerca de la frontera con Guatemala.
El sistema migratorio mexicano, sobrecargado por una inmensa demanda, somete con frecuencia a los solicitantes de visado a largos periodos de espera, a menudo de semanas o meses, sin la oportunidad de ganarse la vida.
Esta situación provocó un suceso sin precedentes el lunes, cuando los migrantes formaron una larga cola a lo largo de la autopista. Escoltas policiales vigilaban intermitentemente que no se bloqueara la carretera y disuadían de hacer autostop.
Esta marcha de inmigrantes registró uno de los mayores números de participantes desde junio de 2022. A pesar de las notables caravanas de migrantes de 2018 y 2019, la situación se ha intensificado con la llegada de casi 10.000 inmigrantes a la frontera estadounidense en las últimas semanas.
El motivo de los inmigrantes para emprender caravana al norte
“Llevamos como tres meses viajando y vamos a seguir. En Tapachula nadie nos ayuda”, comentó a AP News Daniel González, inmigrante venezolano, demostró su determinación a continuar el viaje.
Tradicionalmente, México ha dejado que los manifestantes se agoten antes de ofrecerles transporte de vuelta a casa o a centros de procesamiento alternativos.
Irineo Mújica, uno de los organizadores de la caminata, subrayó las duras condiciones en las que a menudo sobreviven los inmigrantes en las calles de Tapachula.
Propuso visados de tránsito que permitan a los inmigrantes cruzar México y llegar a la frontera estadounidense.
“Con este tipo de acciones estamos tratando de salvar vidas. Ellos (las autoridades) han ignorado el problema y han dejado a los migrantes varados", comentó Mújica.
La situación de Leonel Olveras, un inmigrante hondureño de 45 años, ejemplifica las dificultades a las que se enfrentan los manifestantes.
“Aquí no reparten papeles. Nos piden que esperemos meses. Es muy largo", dijo Olveras.
La ruta
Mújica informó más tarde de que el grupo había recorrido aproximadamente 14 kilómetros y había hecho una pausa para pasar la noche en la localidad de Álvaro Obregón. El grupo tiene previsto seguir avanzando en los próximos días, teniendo en cuenta el número de mujeres y niños implicados.
La frontera suroeste de Estados Unidos se enfrenta a una oleada de migrantes sudamericanos. Estas personas atraviesan el traicionero paso del Darién entre Colombia y Panamá antes de avanzar hacia el norte. Hasta septiembre, las estadísticas panameñas revelaron que 420.000 inmigrantes, ayudados por contrabandistas colombianos, habían cruzado el paso este año.