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La auténtica historia del video del elector de las primarias venezolanas que buscan detener

Una fila, un video y un cúmulo de malentendidos han desencadenado un escándalo que trasciende fronteras, sacudiendo la vida de Luis Óscar Hermoso Díaz, un venezolano residente en Santiago de Chile. La grabación en la que aparece este elector, aguardando su turno para votar en las elecciones primarias, ha evolucionado inesperadamente en un drama que pone en jaque no solo su integridad, sino la paz de toda su familia.

El fiscal general de Venezuela, en un acto que ha resonado con vehemencia, difundió por medio de dos tuits acusaciones graves y descalificativos como "cobarde", "incitación al odio", "exterminio" y "depravado", palabras que pesan con el plomo de la condena previa a cualquier defensa. Hermoso Díaz, apabullado por este cúmulo de epítetos, anhela la oportunidad de esgrimir su verdad ante un principio fundamental de justicia.

La versión de los hechos de Hermoso Díaz, obtenida de primera mano, revela un hombre inadvertidamente arrastrado al ojo del huracán mediático. Sus relatos han destapado la angustia que ahora aprisiona a su familia: una esposa atemorizada y niños consternados, cuya tranquilidad ha sido abruptamente perturbada. Hasta el 22 de octubre, este venezolano era reconocido como un aplicado educador y un músico que adornaba las noches de Santiago con su arte, buscando así sumar ingresos para el bienestar de los suyos.

Con una voz que delata fatiga pero también determinación, Hermoso Díaz me confió: "Nunca compartí el video en redes sociales abiertas, solo lo incluí en mi estado de WhatsApp, destinado únicamente a mis contactos". Su objetivo era compartir una broma inocente, haciendo eco de un guion de película, sin hacer referencia alguna a figuras políticas o autoridades de cualquier país. La revisión del video confirma que no se hace mención de ningún individuo en específico.

"Era un chiste para mis amigos, puro humor venezolano", aclara Hermoso Díaz, quien sospecha que alguien de su círculo cercano compartió la grabación con un periodista afín al gobierno, y de ahí llegó a oídos del Ministerio Público.

La reacción del fiscal ha sido instar su captura, sin haber oído su defensa. Ahora, Hermoso Díaz solicita la protección de las autoridades chilenas y organismos internacionales como el Instituto Nacional de Derechos Humanos y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para salvaguardar su bienestar y el de su familia.

El hombre que ahora se presenta como "amenazante", "depravado" y "exterminador" es en realidad un profesor de educación comercial y un humorista musical, que se ve obligado a enfrentar interrogatorios en su lugar de trabajo, responder las inquietudes de sus alumnos y, sobre todo, mantener la fortaleza ante su familia durante la tormenta más severa que ha tenido que encarar.

La exposición pública, sumada a las intimidaciones y la invasión a su privacidad, han transformado su residencia venezolana en Santiago en una morada de desasosiego. Ahora, la atención está puesta en las autoridades internacionales, de quienes se espera una respuesta a sus peticiones de defensa y protección a su integridad física y moral.

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