En una firme declaración, la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) expresó su oposición a la violencia entre hinchas, en reacción a los recientes altercados entre aficionados de Boca Juniors (Agentina) y Fluminense (Brasil) en Río de Janeiro a pocos días de celebrarse la final de la Copa Libertadores.
Conmebol instó a los hinchas a disfrutar de la euforia y la fiesta que invariablemente trae consigo el fútbol y eviten en caer comportamientos violentos.
Esta declaración se produjo tras un episodio en el que un grupo considerable de seguidores del Fluminense supuestamente agredió a hinchas del Boca Juniors en la playa de Copacabana, expulsándolos por la fuerza.
A pesar del refuerzo de la presencia policial en Copacabana para frustrar los incidentes, las autoridades tuvieron que desplegar gases lacrimógenos para dispersar a las agresivas multitudes de ambos bandos, según reportes internacionales.
Brasil y Agentina: una histórica rivalidad
Las redes sociales se inundaron de imágenes del incidente y los aficionados argentinos expresaron su descontento por la violencia soportada. Tras la reyerta, un argentino fue detenido, aunque la policía se abstuvo de revelar los motivos de la detención.
Según datos de EFE, estos incidentes se produjeron cerca de un quiosco de playa propiedad de tres argentinos, que los hinchas de Boca habían elegido como punto de encuentro. Esto ocurrió a pesar de que la Conmebol había organizado un Fan Fest en la misma playa de Copacabana.
Como reacción a la escalada de tensiones, autoridades de Río de Janeiro reforzó sus fuerzas policiales en los lugares de reunión de los hinchas argentinos. Esta acción se produjo tras un episodio ocurrido el lunes, en el que una pareja de turistas fue asaltada y robada por tres miembros de la peña del Fluminense, que fueron capturados posteriormente.
Aunque las autoridades brasileñas siguen sin estar seguras del recuento exacto de aficionados argentinos que llegarán a Río de Janeiro para la final de la Libertadores, los funcionarios consulares prevén que cerca de 100.000 argentinos podrían viajar a la ciudad brasileña. Además, creen que es posible que una parte significativa de estos aficionados ni siquiera posea entradas para el partido.
Para garantizar la seguridad, el gobierno local reforzó el habitual cuerpo de patrullas policiales con 2.400 agentes más para preservar la seguridad no sólo en las inmediaciones del estadio de Maracaná, sino también en los puntos de reunión de los aficionados.
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