La aparición de un nuevo antibiótico, la zoliflodacina, aporta un nuevo optimismo a la lucha contra la gonorrea farmacorresistente.
Esta infección de transmisión sexual desafía persistentemente a los tratamientos médicos, creando resistencia contra ellos. En medio de la creciente preocupación de los expertos en salud pública por la rápida evolución de las cepas farmacorresistentes, la zoliflodacina brilla como un faro de esperanza.
La gonorrea reclama el puesto de la segunda infección de transmisión sexual (ITS) más prevalente en Estados Unidos.
Conocida por su capacidad para desarrollar rápidamente resistencias, la infección ha reducido el arsenal de antibióticos eficaces a una terapia dual de ceftriaxona inyectable y azitromicina en pastillas.
Sin embargo, estudios recientes apuntan a la disminución de la eficacia de esta última línea de defensa, enviando señales de alarma a la comunidad médica.
En un hito notable para la ciencia médica, un ensayo clínico en fase avanzada de la zoliflodacina mostró resultados prometedores.
Se demostró que cura las infecciones de gonorrea no complicadas con la misma eficacia que el tratamiento actual.
Lo que se sabe sobre el nuevo tratamiento para la gonorrea
El fármaco es el producto de la Global Antibiotic Research & Development Partnership, una organización suiza sin ánimo de lucro, junto con la estadounidense Innoviva Specialty Therapeutics.
Jeffrey Klausner, experto en enfermedades infecciosas, destacó a NBC News la importancia de la zoliflodacina, afirmando que ofrece “una nueva herramienta en la caja de herramientas del tratamiento de la gonorrea y, si se utiliza con prudencia, un escudo contra la propagación de infecciones resistentes”.
La Organización Mundial de la Salud calcula que cada año se producen más de 82 millones de nuevos casos de gonorrea. Por lo tanto, la posible aprobación de la zoliflodacina para 2025 es un acontecimiento fundamental.
En EEUU registró un fuerte aumento de los casos de gonorrea del 28% desde 2017, que ascendió a 710.151 casos diagnosticados en 2021, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.
La gonorrea, que puede infectar los genitales, el recto y la garganta, conlleva un alto riesgo de infertilidad y aumenta el riesgo de transmisión del VIH si no se trata. La infección afecta de forma desproporcionada a adolescentes, adultos jóvenes y a la población masculina homosexual y bisexual.
Casos resistentes
Informes recientes del Departamento de Salud Pública de Massachusetts ponen de relieve la urgencia de la situación. Se han registrado dos casos de gonorrea resistentes o que muestran una respuesta reducida a cinco clases de antibióticos, lo que pone de relieve la necesidad de nuevas estrategias de tratamiento como la zoliflodacina.
La zoliflodacina, miembro de una nueva clase de antibióticos, ofrece un nuevo enfoque para hacer frente a la gonorrea. Demostró su eficacia contra cepas muy resistentes de la infección en estudios de laboratorio.
A pesar de su menor eficacia en el tratamiento de las infecciones de garganta en comparación con las zonas genital o rectal, Margaret Koziel, directora médica de Innoviva, sigue siendo optimista sobre el rendimiento del fármaco en el ensayo clínico.
El potencial de la zoliflodacina va más allá de su eficacia. Según Jean-Michel Molina, especialista en prevención de ITS, la administración oral del fármaco, en contraste con la inyección intramuscular de la ceftriaxona, constituye una ventaja significativa.
La introducción de la zoliflodacina llega en un momento crítico, ya que la Organización Mundial de la Salud incluye a los patógenos resistentes a los medicamentos, incluida la gonorrea, entre las 10 principales amenazas para la salud pública mundial.
Los esfuerzos de la Asociación Mundial para la Investigación y el Desarrollo de Antibióticos señalan un camino prometedor en la búsqueda esencial de nuevos antibióticos, sobre todo teniendo en cuenta la reticencia de las empresas farmacéuticas a invertir debido a los bajos márgenes de beneficio.