El mundo del boxeo, casi siempre dominado por historias de coraje y superación, ha visto surgir a figuras que inspiraron a lo largo de los años, aun cuando fueron atravesadas por la tragedia. Una de esas es la de Prichard Colón, un joven boxeador de Puerto Rico cuya vida dio un giro dramático durante una pelea en 2015, en la que recibió un golpe en la cabeza -por fuera del reglamento- por parte de su adversario. Eso le ocasionó un coágulo cerebral y lo dejó en coma por más de siete meses.
Hoy, Prichard está postrado en una silla de ruedas motorizada y debe hacer fisioterapia todos los días de su vida. El daño en su cuerpo es irreversible. Sin embargo, no se rinde y a través de las redes sociales muestra los pequeños avances en sus movimientos. La promesa del boxeo latinoamericano se convirtió en una tragedia irremediable en apenas segundos.
Un exitoso camino a la tragedia
Colón nació el 25 de octubre de 1993 en el municipo de Orocovis, en el centro de Puerto Rico. Desde una edad temprana mostró un talento innato para el boxeo. Siguiendo los pasos de su padre, Richard Colón Sr., quien había sido un boxeador amateur, Prichard comenzó a entrenar en el gimnasio local. Su dedicación y habilidades lo destacaron en los torneos juveniles de Puerto Rico, lo que lo convirtió en una figura prometedora en el mundo de ese deporte.
En 2013, con tan solo 20 años, dio un paso importante al convertirse en boxeador profesional. En ese momento expresó su determinación y un objetivo claro: "Quiero ser campeón del mundo y seré campeón del mundo. He dedicado toda mi vida a este deporte y he sacrificado todo por el boxeo. Estoy seguro de que seré campeón mundial", afirmó el púgil en la previa a su primer combate contra Xavier Lasalle. Hasta ese punto llegó luego de obtener la medalla de oro en el Campeonato Panamericano Juvenil del 2009, en la categoría 64 kilos.
Durante su primer año como profesional, Colón no defraudó a quienes creían en él. Aquel año peleó en cinco combates y los ganó todos. De hecho, finalizó cuatro de ellos por nocaut. Su estilo agresivo y su compromiso con el deporte lo convirtieron en una figura destacada.

El 2015 y el golpe casi letal que arruinó el futuro de Prichard Colón
Para septiembre de 2014, su historial ascendía a 12 victorias y ninguna derrota. Nada lo hacía suponer el difícil momento que estaría por vivir. El 17 de octubre del siguiente año marcó un antes y un después: después de vencer a Vivian Harris por nocaut en Canadá, Prichard tenía un historial impecable de 16 victorias y ninguna derrota.
Con ese curriculum llegó al EagleBank Arena de Fairfax, Virginia, para enfrentar a Terrel Williams en un combate que se anunciaba como uno de los más esperados de la noche, ya que ambos púgiles estaban invictos y se disputaban el reconocimiento en la división super mediano. Pero lo que sucedió en el cuadrilátero esa noche fue más allá de lo que cualquiera podría haber imaginado.
El combate estuvo marcado por controversias desde el principio, con Williams lanzando golpes ilegales para desestabilizar mentalmente a Colón. A pesar de los asaltos polémicos, Prichard parecía tener la ventaja al llegar al quinto asalto. Sin embargo, la paciencia del boricua se agotó cuando Williams continuó con los ataques ilegales, hasta que respondió con un golpe bajo. El árbitro John Cooper amenazó con sancionar a ambos púgiles y calmó las aguas por algunos minutos. Pese a eso, la tensión en el ring seguía creciendo.
Fue en el séptimo asalto cuando Williams asestó un fuerte derechazo en la nuca, conocidos como golpes de conejo, que terminó por derribar al puertorriqueño. El combate se volvía cada vez más personal para ambos boxeadores hasta que finalmente todo estalló.
“Golpes de conejo”
El combate se interrumpió cuando Williams impactó otro fuerte golpe en la nuca de Colón, lo que lo dejó en el suelo. A pesar de los intentos de Prichard de continuar, no pudo ponerse de pie por sí mismo. El médico examinó a Colón en su esquina y determinó que podía continuar la pelea, pero las secuelas del golpe ilegal ya eran evidentes.
Los videos del enfrentamiento son dramáticos y se puede ver el estado en el que ya se encontraba el joven. Finalmente, en el noveno round, Prichard cayó al suelo en dos ocasiones, y fue en ese momento cuando el combate se detuvo.
Colón fue finalmente descalificado, lo que marcó su primera derrota como profesional. Pero fue después de la pelea que Prichard comenzó a experimentar problemas de salud graves. Se quejaba de mareos y dolores en la parte posterior de la cabeza. Fue llevado al hospital, donde se le diagnosticó un hematoma subdural, resultado de una hemorragia cerebral. La situación era crítica, y Colón fue sometido a una cirugía de emergencia para aliviar la presión en su cerebro.

El daño sufrido por Prichard Colón fue irreversible, y 221 días después de haber ingresado en coma, despertó en estado vegetativo. Su familia, en especial su madre Nieves Meléndez, asumió la responsabilidad de cuidarlo a tiempo completo, enfrentando la dura realidad de que su hijo necesitaría atención constante.
La lucha por la recuperación
La vida de Prichard cambió drásticamente después de esa fatídica pelea en 2015. Las sesiones de entrenamiento y las peleas se transformaron en ejercicios de kinesiología destinados a recuperar la movilidad de sus extremidades. Su lucha pasó de ser en el ring a ser una batalla diaria por recuperar su salud y su movilidad.
A lo largo de los años, Prichard se sometió a múltiples cirugías y procedimientos médicos para abordar las secuelas de su lesión cerebral. En julio de 2021, se le implantó una placa en el lado izquierdo de su cráneo para evitar un hundimiento adicional. Su madre, Nieves, se convirtió en su cuidadora a tiempo completo, brindándole atención constante, administrando sus medicamentos y asegurándose de que recibiera la atención que necesitaba.
El golpe que cambió el reglamento
El trágico episodio del púgil boricua en tuvo un impacto en el mundo del boxeo. Al año siguiente, en 2016, el Consejo Mundial de Boxeo implementó oficialmente la regla "Prichard Colón".
Esta regla implica una reunión previa a la pelea en la que el árbitro visita los vestuarios de los boxeadores para advertirles sobre los golpes ilegales y proporcionar instrucciones técnicas. Esta medida se tomó con el objetivo de prevenir futuras tragedias como la que afectó al joven.
El caso de Prichard también ha llevado a reflexionar sobre los riesgos y desafíos que enfrentan los boxeadores profesionales. Tanto Prichard como su familia han abogado por reformas en el boxeo que prioricen la seguridad de los púgiles y eviten situaciones peligrosas en el cuadrilátero. Richard Colón, el padre, ha llevado su mensaje a las conferencias de pesaje y ha instado a un mayor respeto por las reglas del deporte.
Terrel Williams, el boxeador que dejó al puertorriqueño en una silla de ruedas, expresó su pesar por lo sucedido y admitió que el incidente cambió su vida también. Aunque ambos boxeadores tenían rivalidades en el ring, el estadounidense señaló la importancia de la conciencia sobre la seguridad y el bienestar de los boxeadores.
Prichard ha demostrado una resiliencia excepcional. Su trágica lesión y su valiente lucha han llevado a reformas en el boxeo y a un mayor enfoque en la seguridad de los púgiles. Su madre Nieves ha estado a su lado en todo momento y, a pesar de las circunstancias, Prichard ha mantenido su espíritu incansable y sigue haciendo lo que mejor le sale: luchar.
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