Una investigación de la Universidad de Glasgow reveló detalles sobre la soledad y sus riesgos para la salud.
Publicado en BMC Medicine el 10 de noviembre, el estudio aporta pruebas contundentes de que los individuos que carecen de contacto regular con familiares o amigos tienen un riesgo significativamente mayor de muerte prematura con un 39%.
El análisis sobre la soledad consistió en un examen minucioso de los patrones de actividad social de 458.146 participantes del Biobanco del Reino Unido, con edades comprendidas entre los 40 y los 70 años de edad, durante un periodo de 12,6 años. Al final del estudio, 33.135 participantes habían fallecido.
Proceso de estudio de los participantes
El equipo de investigación, dirigido por el catedrático de cardiología Jason Gill, analizó las respuestas de los participantes a cinco preguntas clave relacionadas con las interacciones sociales y los sentimientos de soledad. El cuestionario exploraba la frecuencia de sus encuentros con familiares y amigos, su participación en actividades de grupo semanales, sus condiciones de vida y sus experiencias subjetivas de soledad y confianza.

Aunque los sentimientos de soledad y falta de confianza son factores de angustia emocional, el estudio subrayó que es el aislamiento social objetivo la falta de contacto regular con los seres queridos, lo que se correlaciona con un mayor riesgo de mortalidad.
Los hallazgos son especialmente preocupantes en el caso de las personas que viven solas y carecen de interacciones mensuales con familiares o amigos, debido a que se enfrentan a este riesgo.
Seguridad
El Dr. Hamish Foster, investigador de la Universidad de Glasgow, destacó el papel vital de una red de seguridad social para prolongar la vida. El estudio descubrió que sin este apoyo emocional, los individuos no obtenían ningún beneficio de la participación en actividades semanales en grupo.
Las conclusiones del estudio enfatizaron en que la correlación entre la mortalidad prematura y el aislamiento social es más compleja de lo que se suponía hasta ahora. Los investigadores afirmaron que no existe una solución única para estos problemas y que una comprensión global de la soledad y sus riesgos para la salud es crucial para desarrollar estrategias de intervención eficaces.
En respuesta a la pregunta de si estos hallazgos podrían aplicarse a individuos más jóvenes que experimentan un aislamiento social significativo, los investigadores aclararon que serían necesarios más estudios centrados en grupos de edad más jóvenes.
Además, los autores del estudio aclararon que sus conclusiones no deben malinterpretarse en el sentido de que los residentes de centros de mayores son inmunes a los riesgos para la salud de la soledad debido a las mayores oportunidades de interacción.
Su investigación se centró principalmente en individuos que vivían solos en sus residencias.
De cara al futuro, los investigadores pretenden investigar formas de fomentar las interacciones sociales para mitigar los riesgos para la salud de la soledad y aplicar estrategias para combatir el aislamiento social basadas en sus hallazgos.
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