Con la llegada del invierno, numerosas familias inmigrantes de Chicago se encuentran sin hogar. La Iglesia Luterana del Buen Pastor ofreció una solución inmediata transformando su sótano en un refugio seguro para estas familias.
Esta acción de emergencia subraya el desafío permanente al que se enfrentan Chicago y otras ciudades estadounidenses para proporcionar alojamiento suficiente a un número cada vez mayor de solicitantes de asilo a medida que se acerca el invierno.
En el último año, más de 20.000 inmigrantes, principalmente dirigidos por el gobernador de Texas, Greg Abbott, han llegado a Chicago.
Más de 3.000 de estas personas viven actualmente en aeropuertos y comisarías, a la espera de que se les asigne un refugio. Sin embargo, las condiciones de hacinamiento han obligado a algunos a instalar tiendas de campaña en zonas cercanas.
Las organizaciones de voluntarios, actores clave en la prestación de socorro, están compartiendo consejos de supervivencia invernal con los inmigrantes que no están familiarizados con el frío intenso.
Un número significativo de estas personas proceden de Venezuela, donde la agitación política y económica ha sumido a millones de personas en crisis. Al menos 7,3 millones han abandonado el país, y muchos corren el riesgo de tomar una ruta peligrosa a pie hacia Estados Unidos.
El invierno: una amenaza para los inmigrantes
El alcalde Brandon Johnson propuso tiendas de campaña acondicionadas para el invierno y más refugios, similares a las iniciativas de Nueva York, pero la respuesta ha sido criticada por su lentitud e ineficacia.
"La buena voluntad y la caridad no pueden solucionar los problemas sistémicos (…) Esto es una falta de infraestructura y una falta de planificación", afirmó Annie Gomberg, que forma parte de una red de voluntarios que coordina comidas y ropa en las comisarías.
Nueva York y Denver podrían enfrentarse pronto a crisis similares a medida que bajen las temperaturas y aumente su población inmigrante.
Entre estos migrantes se encuentra Gleicy Martínez, venezolana y madre de dos hijos, que a principios de noviembre vivía en una tienda de campaña frente a una comisaría de Chicago.
“La nieve nos pilló inesperadamente. No sabíamos que iba a nevar", declaró a AP News el 1 de noviembre.
Los funcionarios municipales están trabajando en soluciones. Desde que el alcalde Johnson asumió el cargo en mayo, se han abierto más de una docena de refugios y la administración está buscando ubicaciones para tiendas de campaña preparadas para el invierno.
Johnson calcula gastar 255 millones de dólares en la crisis migratoria en 2023.
Nueva York y Denver
Mientras tanto, en Nueva York, miles de inmigrantes viven en tiendas de campaña climatizadas instaladas en solares vacíos y antiguas pistas de aeropuertos.
Sin embargo, las autoridades locales están contemplando la posibilidad de suspender un acuerdo legal que garantiza el alojamiento nocturno, lo que podría obligar a los inmigrantes a salir a la calle, una situación que el alcalde Eric Adams califica de "terrible".
En Denver, los migrantes están desafiando el duro invierno en tiendas de campaña, y la ciudad ha suspendido temporalmente sus límites de estancia en refugios durante el frío extremo.
En los suburbios de Oak Park, Chicago, la reverenda Kathy Nolte, de la Iglesia Luterana del Buen Pastor, espera que su refugio improvisado sea sólo una solución temporal. Su deseo es que los inmigrantes tengan calor, espacio personal y, finalmente, un lugar al que llamar hogar.