Etiopía se enfrenta actualmente a una grave crisis humanitaria como consecuencia de la sequía y la suspensión de la ayuda, que ha provocado víctimas mortales en las regiones septentrionales de Tigray y Amhara. Según informaron funcionarios locales a la BBC, más de 50 vidas se han cobrado estas adversidades.
El Cuerno de África ha sufrido la desgracia de cinco temporadas de lluvias fallidas sucesivas desde 2019, según datos de la ONU. La crisis de la sequía en Etiopía se ha visto agravada por la retención de la ayuda por parte de EEUU y la ONU, tras las acusaciones de malversación. Esto ha agravado posteriormente la crisis humanitaria.
La crisis humanitaria en Etiopía se ha reflejado en su mayoría en Tigray que se está llevando la peor parte de estas crisis, con 46 víctimas registradas sólo en la ciudad de Yechila. Esta región aún se está recuperando de una guerra civil de dos años que terminó hace un año. La aparición de un nuevo conflicto en Amhara, unida a la suspensión de las ayudas y a la sequía, ha provocado la muerte de más de 4.000 cabezas de ganado.
En un cruel giro del destino, mientras el norte de Etiopía está reseco, las regiones del sur y del este sufren inundaciones repentinas. La ONU reveló a través de un comunicado en X, antes conocido como Twitter, que 370.000 personas han sido desplazadas debido a estas inundaciones. Al menos 43 personas han perdido la vida en la región oriental de Somalia debido a los corrimientos de tierra y las inundaciones.
La guerra en Tigray provocó una reducción significativa de la ayuda humanitaria, lo que causó un número desconocido de muertes. Se calcula que unas 500.000 personas pueden haber perdido la vida debido a la guerra, la falta de suministros médicos y las condiciones similares a la hambruna. El cese de la guerra, resultado de un acuerdo de paz entre el gobierno etíope y el Frente de Liberación del Pueblo de Tigray (TPLF), con la mediación de la Unión Africana (UA), propició la reanudación de la ayuda hasta su brusca interrupción en junio.
Estados Unidos se ha comprometido a reanudar las entregas generalizadas de alimentos en diciembre, tras realizar importantes reformas para garantizar que la ayuda llegue a los más necesitados.
Simultáneamente, África oriental se tambalea bajo graves perturbaciones climáticas, como señaló Fati N'Zi-Hassane, directora de Oxfam en África. Las inundaciones repentinas y las lluvias torrenciales se han cobrado 130 vidas en Etiopía, Kenia y Somalia, y la ONU ha calificado la situación de "acontecimiento único en un siglo". Somalia, tras haber sufrido sequías devastadoras, se enfrenta ahora a la ira de las inundaciones, siendo Beledweyne, donde se desbordó el río Shabelle, la más afectada.
El fenómeno de El Niño, resultado del calentamiento del océano Pacífico y asociado a inundaciones, ciclones, sequías e incendios forestales, está provocando el caos en África Oriental. Mientras Etiopía se enfrenta a estas crisis climáticas y humanitarias, la comunidad internacional espera con impaciencia una ayuda rápida y eficaz.
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