La Organización Meteorológica Mundial (OMM) ha anunciado en la COP28 este jueves que el 2023 será probablemente el año más caliente jamás registrado, con un alarmante aumento del calentamiento global de aproximadamente 1,4 grados centígrados (2,5º Fahrenheit) por encima de los niveles preindustriales, un sombrío recordatorio de la escalada de la crisis climática.
El informe preliminar de la OMM sobre el estado del clima mundial ha identificado 2023 como el año que superará todos los récords anteriores, incluso el antiguo poseedor del récord, 2016, cuando la temperatura de la Tierra se situó alrededor de 1,2C por encima de la media preindustrial.
Esta inquietante revelación ha aumentado la urgencia de que los líderes mundiales aceleren las estrategias de eliminación de los combustibles fósiles en la inminente cumbre anual sobre el clima COP28 de Dubai, organizada por Naciones Unidas.
"Niveles récord de gases de efecto invernadero, temperaturas globales, aumento del nivel del mar y mínimos de hielo marino en la Antártida: estamos asistiendo a una crisis climática en tiempo real", alertó el Secretario General de la OMM, Peterri Taalas.
Sin embargo, el informe indica que aún no hemos superado el límite de calentamiento global a largo plazo de 1,5ºC, considerado por los científicos como el umbral crítico para evitar un cambio climático catastrófico según el Acuerdo de París de 2015.
Para superar este límite, la tendencia al calentamiento tendría que mantenerse durante un periodo prolongado.
No obstante, la experiencia de un año de 1,4ºC ofrece un escalofriante anticipo del sombrío futuro de un mundo permanentemente 1,5ºC más cálido. En 2023, el hielo marino de la Antártida se redujo a su extensión máxima invernal más baja jamás registrada, alrededor de 1 millón de kilómetros cuadrados menos que el récord anterior.
Los glaciares suizos habrían perdido casi el 10% del volumen que les quedaba en sólo dos años. Además, Canadá vio cómo los incendios forestales arrasaban una superficie sin precedentes, cubriendo aproximadamente el 5% de sus bosques.
El doble impacto del cambio climático impulsado por la combustión de combustibles fósiles y la aparición del patrón climático natural de El Niño en el Pacífico Oriental empujaron al mundo hacia zonas de temperaturas desconocidas en 2023.
Los científicos advierten de que la situación puede empeorar el año que viene, ya que los efectos de El Niño podrían alcanzar su punto álgido durante el próximo invierno, lo que podría provocar temperaturas aún más altas en 2024.
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