El panorama médico es testigo de otro gran avance con la creación de diminutos robots, conocidos como "antrobots", fabricados a partir de células humanas que pueden reparar el tejido neural lesionado.
Fabricados a partir de células traqueales humanas, los antrobots son la innovadora creación de un equipo de investigación centrado en el futuro de la medicina personalizada.
Alex Hughes, bioingeniero de la Universidad de Pensilvania, ve esta revolucionaria investigación como un paso hacia la "ingeniería de tejidos 2.0".
Hughes interpreta este avance como una estrategia sintética para gestionar múltiples procesos de desarrollo.
Anteriormente, Michael Levin, biólogo del desarrollo de la Universidad de Tufts, y su equipo habían diseñado pequeños robots utilizando grupos de células embrionarias de rana, apodados 'xenobots'.
Sin embargo, la aplicación médica de los xenobots estaba algo restringida debido a su origen no humano y a la necesidad de moldearlos manualmente.
Para superar estos obstáculos, los investigadores han diseñado ahora antrobots autoensamblables, para explorar sus posibles beneficios terapéuticos utilizando tejido humano cultivado en laboratorio.
En un procedimiento cautivador, el equipo cultivó esferoides de células de piel traqueal humana en un gel durante dos semanas.
Después, los racimos se cultivaron durante una semana más en una solución menos densa.
Esta transición provocó que las diminutas estructuras en forma de pelo, los cilios, de las células se desplazaran del interior al exterior del esferoide.
Estos cilios actuaron como remos, permitiendo a los antrobots, cada uno compuesto por varios cientos de células, nadar siguiendo diversos patrones.
Para probar su potencial terapéutico, se combinaron varios antrobots en un plato pequeño, donde se unieron para formar un "superbot".
A continuación, se colocó este superrobot sobre una capa de tejido neural dañado. Sorprendentemente, en tres días, las neuronas se habían regenerado por completo bajo el superrobot.

Gizem Gumuskaya, bióloga del desarrollo en Tufts y coautora del estudio, se mostró sorprendida por los resultados, ya que las células antrobot eran capaces de ejecutar esta función de reparación sin ninguna modificación genética.
Proyectándose hacia el futuro, el equipo anticipa que los antrobots fabricados a partir del tejido del propio paciente podrían tener diversos usos médicos, como la limpieza de arterias, el suministro de fármacos e incluso la eliminación de mucosidades.
El potencial se extiende aún más al contemplar el desarrollo de biobots -robots fabricados a partir de material biológico- mediante la incorporación de diferentes tipos de células y el examen de otros estímulos.
Estos biobots podrían tener aplicaciones potenciales en la construcción sostenible y la exploración espacial.
Levin sostiene que la comprensión de las capacidades de estos colectivos celulares puede sentar las bases no sólo del control de los robots individuales, sino también de la medicina regenerativa, lo que podría conducir a avances revolucionarios como la regeneración de extremidades.
Este estudio pionero, publicado en Advanced Science, anuncia de hecho un nuevo capítulo en la medicina personalizada y la ingeniería de tejidos.
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