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Polémica decisión del papa Francisco sobre la comunidad LGBT+ mantiene a los católicos divididos

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Imagen de archivo del papa Francisco. | Foto: EFE/ETTORE FERRARI

El papa Francisco aprobó el pasado lunes que los sacerdotes católicos puedan
administrar bendiciones a las parejas del mismo sexo, así como a las parejas en
situación “irregular”, siempre y cuando dichas bendiciones no sean parte de un ritual o liturgia de la Iglesia.

El documento de ocho páginas, que aclara que la nueva directriz no debe confundirse con el sacramento del matrimonio, tiene el propósito de establecer que Dios “acoge a todos”.

¿Quién hizo la declaración aprobada por el papa?

La declaración fue elaborada por el cardenal argentino Víctor Manuel Fernández,
actual prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, y es la primera que el antiguo Santo Oficio pública desde hace 23 años. La última fue Dominus Iesus en 2000.

No obstante, la Iglesia aclara que este nuevo paso, considerado por algunos
medios como “histórico”, no supone una legitimación del amor entre personas del mismo sexo.

Fernández comentó, según el diario italiano La Stampa: “No
pretendemos legitimar nada sino sólo abrir la vida a Dios, pedir su ayuda para vivir mejor, y también invocar al Espíritu Santo para que se puedan vivir con mayor fidelidad los valores del Evangelio”.

En 2021, la congregación, bajo la dirección del español Luis Ladaria, había
estipulado que la Iglesia consideraba "pecado" las uniones del mismo sexo. Esto
causó roces con el papa Francisco quien desde el inicio de su pontificado busca que la Iglesia sea más abierta.

La “bendición”, indicó la Santa Sede, sólo puede aplicarse a quienes "no pretenden una legitimación de su propia condición, sino que ruegan que todo lo que es verdadero, bueno y humanamente válido en sus vidas y en sus relaciones sea enriquecido, sanado y elevado por la presencia del Espíritu Santo".

Esta no puede estar vinculada a una ceremonia de matrimonio civil. Tampoco puede realizarse con vestimentas, gestos o palabras “propias de una boda”.

Se pretende que sí pueda otorgarse en santuarios, durante peregrinaciones u
oraciones grupales entre personas que se hayan congregado en actividades
eclesiásticas. Esta decisión se suma a un histórico movimiento de la Congregación para la Doctrina de la Fe, que el mes pasado certificó que las personas trans y los hijos de parejas del mismo sexo pueden ser bautizados.

En declaraciones a Euronews, la corresponsal para el Vaticano de "Il Messaggero",
Franca Giansoldati, dijo que la medida supone "un importante paso adelante" pero vaticina "muchas objeciones" en el seno de la Iglesia, "que nunca ha estado tan dividida como hoy en día".

La respuesta del movimiento LGBT+ a la decisión del papa

Colectivos y defensores de los derechos de la población LGBT+ en Latinoamérica
celebraron con reservas el anuncio del Vaticano de aceptar la "posibilidad de
bendecir" a parejas "en situación irregular" o del mismo sexo sin equipararlas al
matrimonio, porque lo consideran "insuficiente".

La Red Nacional de Grupos Católicos LGTB+ de Brasil, país en el que el matrimonio entre personas del mismo sexo está reconocido desde 2011, celebró en un comunicado "con entusiasmo" el anuncio del Vaticano que "reconoce y valida la existencia de familias" LGTB en un escenario en el que "aún es posible y deseable avanzar mucho".

El Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh) de Chile, donde el matrimonio igualitario se aprobó en 2021, consideró que la decisión es una "medida tan tardía, como contradictoria" y criticó que "daña la dignidad de quienes son creyentes.

Esta es una nueva e intolerable forma de exclusión, que se pretende pasar como antidiscriminatoria, cuando en realidad es una medida apartheid", lamentó el encargado de derechos humanos del Movilh, Ramón Gómez, a través de un comunicado.

Esta histórica apertura del papa Francisco a la bendición de las parejas del mismo sexo o en situación “irregular” ha sido acogida con satisfacción por muchas conferencias episcopales del mundo, pero el ala más conservadora la califica de “blasfemia” y otros obispos, como los africanos, muestran su rechazo.

La respuesta del catolicismo conservador

El último en mostrar su total contrariedad ha sido el cardenal Gerhard Ludwig Müller, quien fue prefecto de la Doctrina de la Fe, observó que la bendición de parejas homosexuales “es una blasfemia”, en una entrevista publicada en el diario italiano La Repubblica.

“Digo esto no en base a mi autoridad oficial o personal sino en base
a la autoridad de la revelación divina. En las Sagradas Escrituras, el apóstol Pablo afirma que el comportamiento inmoral, incluidas las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo, es objetivamente la expresión de adoración a la criatura y no al Creador”, explica el purpurado.

Y añade: “Si las relaciones sexuales fuera del matrimonio contradicen la voluntad de Dios, entonces no pueden ser bendecidas, es decir, declaradas buenas según la voluntad del Creador”.

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