Investigaciones muestran que los precios en EEUU son casi el doble que en otros países desarrollados.
El plan de Florida para ahorrar dinero importando medicamentos desde Canadá, autorizado este mes por la Administración de Alimentos y Medicamentos, ha renovado la atención sobre el costo de los medicamentos recetados en EEUU.
Investigaciones han encontrado consistentemente que los precios de los medicamentos en EEUU son significativamente más altos que en otros países ricos. En 2018, eran casi el doble que en Francia y Gran Bretaña, incluso teniendo en cuenta los descuentos que pueden reducir sustancialmente lo que pagan los planes de salud estadounidenses y los empleadores.
"El mercado estadounidense es el banco para las compañías farmacéuticas", dijo Ameet Sarpatwari, experto en política farmacéutica de la Escuela de Medicina de Harvard. "Hay una clara percepción de que el mejor lugar para intentar extraer ganancias es EEUU debido a su sistema existente y su disfunción."
Hay varias razones por las cuales los medicamentos en EEUU cuestan tanto. Entre ellas podemos resaltar:
No hay un comprador centralizado dispuesto a retirarse
Otros países ricos dependen de un único cuerpo negociador, generalmente el gobierno, para decidir si aceptan el precio que una empresa farmacéutica quiere cobrar. En EEUU, las negociaciones con los fabricantes de medicamentos están divididas entre decenas de miles de planes de salud, lo que resulta en mucho menos poder de negociación para los compradores.
Otros países también realizan análisis cuidadosos sobre cuánto beneficio adicional ofrece un nuevo medicamento en comparación con los medicamentos ya en el mercado, y a qué costo. Si el costo es demasiado alto y el beneficio demasiado bajo, esos países están más dispuestos a rechazar un nuevo medicamento.
"Nuestra falta de consolidación en la negociación es una razón clave por la cual pagamos más que otros países, pero también existe una falta de voluntad para negociar con firmeza", dijo Stacie Dusetzina, experta en política de salud de la Escuela de Medicina de la Universidad Vanderbilt.
La Ley de Reducción de la Inflación, promulgada en 2022, autorizó a Medicare a negociar directamente con las compañías farmacéuticas sobre los precios de un pequeño número de medicamentos que ya tienen años de haber ingresado al mercado estadounidense. Los analistas de políticas de salud dicen que es un primer paso, pero se necesita una autoridad de negociación mucho más amplia para hacer mella en los precios generales de los medicamentos.
Las compañías farmacéuticas argumentan que los precios más altos vienen con un beneficio adicional: análisis financiados por la industria han encontrado que los pacientes en EEUU obtienen medicamentos más rápido y con menos restricciones de seguros que en otros países.
No existen controles de precios
Algunos países establecen límites sobre el monto que pagarán por los medicamentos. Francia, por ejemplo, limita el crecimiento de las ventas de las compañías farmacéuticas: si las ventas exceden ese umbral, el gobierno recibe un reembolso.
Las compañías farmacéuticas en EEUU han evitado restricciones legales sobre los precios para los pacientes cubiertos por seguros comerciales y en los precios iniciales de introducción al mercado cuando los medicamentos se lanzan inicialmente.
"Los medicamentos son tan caros en EEUU porque lo permitimos", dijo Michelle Mello, profesora de derecho y política de salud de la Universidad de Stanford. "Diseñamos un sistema en términos de costos de medicamentos que es todo motores, sin frenos."
El sistema crea incentivos perversos
Las compañías farmacéuticas no son las únicas que ganan dinero con los altos costos de los medicamentos. Los médicos, hospitales y una variedad de intermediarios también ven mayores ingresos cuando los costos se disparan.
Un ejemplo básico: bajo las políticas de Medicare para algunos medicamentos, los médicos pagan por adelantado por los medicamentos, como la quimioterapia, que se administran a los pacientes por vía intravenosa en los consultorios. Para recuperar sus costos, envían una factura a Medicare tanto por el costo del medicamento como por un porcentaje de ese costo, establecido por Medicare, para cubrir sus gastos generales. Ese sistema de facturación crea un incentivo para que un médico elija un medicamento más caro. Por ejemplo, una tasa de Medicare del 6% sobre un medicamento de $10,000 pagaría $600, mucho más que la tarifa de $6 pagada por infundir un medicamento de $100.
Los expertos también ven incentivos desalineados provenientes de los administradores de beneficios farmacéuticos, o PBMs, grandes empresas que negocian con los fabricantes en nombre de los empleadores y los planes de salud que pagan la mayoría de las facturas de los medicamentos recetados.
Los PBMs ganan más dinero en honorarios de los fabricantes cuando el precio de fábrica de un medicamento es más alto. A veces requieren que los pacientes tomen un medicamento con un precio de etiqueta más alto incluso cuando hay una alternativa más barata disponible.
El sistema está fragmentado y es complejo
Los ejecutivos de la industria farmacéutica a menudo se quejan de que son culpados injustamente por precios altos, mientras otros actores del mercado, incluidos los PBMs y aseguradoras, están obteniendo ganancias de una mayor parte del gasto en medicamentos y cargando a los pacientes con altos costos de bolsillo.
"EEUU es el único país que permite que intermediarios, como los PBMs, se beneficien de los medicamentos sin control", dijo Alex Schriver, un funcionario de Pharmaceutical Research and Manufacturers of America, o PhRMA, el principal grupo de cabildeo de la industria farmacéutica.
Los fabricantes retienen solo la mitad del ingreso que, quienes requieren atención médica, gastan inicialmente en medicamentos recetados, antes de que se apliquen los descuentos; según un estudio de 2022 financiado por PhRMA.
El sistema es tan confuso que los médicos y pacientes que intentan decidir entre medicamentos aparentemente comparables no tienen una forma fácil de determinar cuál será su costo real en la farmacia.
Incluso los investigadores tienen problemas para descifrar el sistema en su intento por identificar problemas y encontrar soluciones; en particular los acuerdos complejos hechos entre fabricantes de medicamentos, intermediarios y aseguradoras.
El juego con las patentes mantiene los precios altos durante más tiempo
En todo el mundo, los países emiten patentes a las compañías farmacéuticas que les otorgan monopolios temporales durante los cuales competidores genéricos de menor precio no pueden ingresar al mercado. Pero en EEUU, las empresas farmacéuticas han tenido especialmente éxito en encontrar formas de prolongar ese período de monopolio, mediante tácticas como acumular patentes para proteger invenciones que solo están tangencialmente relacionadas con el medicamento en cuestión.
Por ejemplo, la compañía farmacéutica AbbVie retrasó la competencia para su exitoso medicamento antiinflamatorio Humira durante cuatro años más en EEUU que en Europa. Las patentes fueron un factor clave: varias de las solicitudes de patente de AbbVie fueron rechazadas por los evaluadores de patentes de Europa o revocadas después de ser impugnadas, según un análisis de la Iniciativa para Medicamentos, Acceso y Conocimiento, una organización sin fines de lucro que rastrea patentes de medicamentos.
AbbVie declinó hacer comentarios para este artículo.
Los precios de los medicamentos son lo que el mercado puede pagar
Los ejecutivos de la industria farmacéutica a menudo dicen que sus precios reflejan el valor que sus productos proporcionan a la sociedad. Por ejemplo, una cura única de $3 millones puede ser una ganga si termina evitando $10 millones en facturas hospitalarias y salarios perdidos.
Pero una comparación con otros recursos valiosos muestra cómo ese modelo podría enviar los precios hacia una espiral fuera de control. "Si permitiéramos que las empresas de agua nos cobraran el valor total del agua en nuestras vidas, la sociedad se desmoronaría muy rápidamente", dijo Christopher Morten, un experto en derecho farmacéutico de la Universidad de Columbia.
Las compañías farmacéuticas también dicen que los precios de los medicamentos reflejan los enormes y crecientes costos de realizar ensayos clínicos y la necesidad de recuperar inversiones costosas en medicamentos fallidos. Pero los académicos no han encontrado relación entre cuánto gastan las compañías farmacéuticas en investigación y cuánto cobran.
La realidad, dicen los expertos, es que las compañías establecen sus precios al nivel máximo que les permita el mercado.
Rebecca Robbins y Christina Jewett - The New York Times
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