Rafael Nadal, un titán del mundo del tenis, se encuentra en medio de una tormenta de críticas por su última aventura fuera de las pistas.
El nuevo nombramiento del jugador español de tenis como imagen de la Federación de Tenis de Arabia Saudita ha encendido un debate.
Los críticos lo perciben como una validación de la discutida diplomacia deportiva saudí, a menudo denominada "lavado deportivo".
¿Qué hizo Arabia Saudita a nivel deportivo?
Arabia Saudita, un país que cuenta con grandes reservas de petróleo, está exhibiendo su destreza financiera en la escena deportiva mundial desde hace unos años.
Lograron canalizar miles de millones hacia el golf, el fútbol y la Fórmula 1, e incluso crearon audazmente un rival del ilustre circuito de la PGA.
El Reino también está dando un lavado de cara a su liga nacional de fútbol, reclutando estrellas internacionales para añadir brillo y encanto global.
Sin embargo, el pulido exterior deportivo de la nación no ha escapado a la mirada escrutadora de las organizaciones de derechos humanos.
Consideran que el gasto deportivo saudí es una astuta estratagema destinada a distraer la atención de su controvertido historial en materia de derechos humanos.
¿Rafael Nadal será otra pieza para mejorar la imagen del país?
Para Arabia Saudita, el nombramiento de Rafael Nadal no es más que otra pieza del gran rompecabezas de la diplomacia deportiva saudí, elaborada para mejorar la imagen del país e impulsar el crecimiento económico.
Nadal, famoso por su tenacidad en la cancha, navega ahora por aguas desconocidas, con su nuevo papel de embajador al servicio de un as cargado de polémica.
A medida que se desarrolla la conversación, el mundo observa con detenimiento, anticipando la próxima jugada de Rafael Nadal en este partido de alto riesgo de la diplomacia deportiva de Arabia Saudita.