En los últimos meses, algunos turistas estadounidenses que viajan a Colombia han sido secuestrados y asesinados. Solo en Medellín, entre noviembre y diciembre, ocurrieron ocho “muertes sospechosas” de ciudadanos estadounidenses.
Uno de estos casos es el del comediante y artista estadounidense Tou Ger Xiong, de 50 años, quien fue secuestrado para pedir rescate, golpeado y luego arrojado por un acantilado.
Su cadáver fue encontrado el 11 de diciembre en una de las zonas más peligrosas de Medellín.
Tou Ger Xiong llegó a Colombia como turista a finales de noviembre y alquiló un departamento en El Poblado, uno de los barrios más populares para extranjeros en Medellín.
La fiscalía reconstruyó que había sido atado y torturado en un apartamento antes de ser llevado a una zona boscosa y arrojado por un acantilado. Tenía heridas de arma blanca en el pecho y la cara, y su cráneo había sido aplastado con una piedra.
Eh Xiong, de 56 años, viajó desde su casa en Minnesota a Medellín a finales de diciembre para tratar de entender qué le había sucedido a su hermano.
Los detectives locales señalaron el lugar en el pasto cerca de un arroyo donde se encontró el cuerpo. Eh Xiong caminó hacia allí, escuchando el agua fluir, pensando en los momentos finales antes de la muerte de su hermano.
El hermano afligido fue a este arroyo para realizar un ritual tradicional hmong para liberar el espíritu de una persona fallecida. Quemó incienso y papel dorado mientras rezaba una oración.
“Hoy me aventuro aquí a este lugar tranquilo... donde tomaste tu último respiro de aire fresco (…) Lamentablemente, estoy aquí ahora, dándome cuenta de que no estuve a tu lado antes", expresó Xiong de acuerdo con The Washington Post.
Una de las cuatro arrestadas por este asesinato fue Sharit Gisela Mejía, de 19 años, quien había conocido a Xiong por una aplicación de citas.
Incremento de secuestros de estadounidenses en Colombia
La Embajada de Estados Unidos en Bogotá declaró que los incidentes ocurridos en los últimos meses parecían no tener relación, pero que varios involucraban circunstancias similares.
“Los delincuentes utilizan aplicaciones de citas para atraer a las víctimas a reunirse en lugares públicos como hoteles, restaurantes y bares, y luego asaltarlas y robarlas”, advirtió la embajada en un comunicado.
"Numerosos ciudadanos estadounidenses en Colombia han sido drogados, robados e incluso asesinados por sus parejas colombianas", agregó.
El turismo en este país ha crecido de manera constante desde la firma de acuerdos de paz en 2016 con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, también conocidas como FARC.
El país comenzó a promover áreas que antes eran demasiado peligrosas para visitar y rápidamente llegaron extranjeros. El gobierno también ofrece nuevas visas de “nómada digital” para alentar a los estadounidenses y otros extranjeros a vivir en Colombia.
Anteriormente, este país era famoso por los secuestros. Las FARC, entonces el grupo rebelde de izquierda más grande del país, utilizaron la táctica para obtener ingresos y ventajas políticas.
Según la Policía Nacional de Colombia, entre 1996 y 2006 alrededor de 23.144 personas fueron secuestradas por las FARC y otras organizaciones criminales. En promedio 5,7 personas por día.
Pero la protesta pública, junto con la creación de entidades especializadas contra los secuestros, ayudó a reducir los secuestros en un 92% para 2013, según el entonces jefe de policía del país.
Ahora, a medida que otros grupos armados han ganado más control en lugares donde las FARC se retiraron, los secuestros han vuelto a aumentar. El año pasado, el número de personas secuestradas se disparó a 287, según muestran las cifras de la policía , un incremento que el país no había visto desde 2014.
Extorsión: uno de los móviles
Elizabeth Dickinson, analista senior de International Crisis Group, explicó a The Washington Post que los grupos criminales armados en Colombia están extorsionando a familias y empresas con “impuestos” de protección como una forma de diversificar sus carteras de generación de dinero e infundir miedo en la comunidad.
A veces estos grupos secuestran a familiares y los mantienen como rehenes hasta que se paga la extorsión.
El mes pasado, en un intento por avanzar en las conversaciones de paz con el gobierno del presidente Gustavo Petro, el ELN anunció que ya no retendría personas para pedir rescate, siempre y cuando el gobierno financie proyectos que ofrezcan fuentes alternativas de ingresos.
Incluso en entornos urbanos, los secuestros no ocurren al azar, explicó Dickinson. A menudo, forman parte de una red organizada de control, ya que los grupos criminales urbanos pretenden reclutar más miembros y generar más ingresos.
“Este tipo de eventos afectan desproporcionadamente la percepción de seguridad que tienen los ciudadanos porque es una práctica que Colombia pensaba que había superado, pero claramente ha regresado”, expresó Dickinson.