La economía estadounidense creció 3,1% en 2023, superando los temores de recesión y ofreciendo un panorama optimista a los consumidores y a las empresas antes de un año electoral crucial.
El PIB creció a una tasa anual del 3,3% según la Oficina de Análisis Económico, mucho más rápido de lo que muchos habían anticipado en los últimos tres meses del año.
"Esto va más allá de lo que podría imaginar: el PIB es fuerte y la inflación es baja (…) Es un verdadero momento de tener el pastel y comérselo también", declaró a The Washington Post Beth Ann Bovino, economista jefe del US Bank.
La resiliencia de la economía ha sido impulsada por un vigoroso gasto de los consumidores. Un mercado laboral fuerte y salarios en aumento han hecho posible que muchos hogares sigan desembolsando dinero (particularmente en servicios como hoteles, viajes y salir a cenar) incluso en tiempos de inflación elevada.
- Ese gasto de los estadounidenses comunes y corrientes representó la mayor parte del crecimiento de la economía en el cuarto trimestre.
- El aumento del gasto gubernamental, a nivel estatal, local y federal, así como mayores exportaciones y más inversiones privadas y residenciales también elevaron la última lectura del PIB, que resume los bienes y servicios producidos en la economía estadounidense.
- Las cifras de crecimiento económico son un impulso político para el presidente Joe Biden, ya que cada año de su mandato ha visto un crecimiento del PIB, a pesar de algunos trimestres difíciles.
La expansión del 3,3% del año pasado supera el crecimiento del PIB en todos los años del mandato del presidente Donald Trump, incluido 2019, cuando la economía creció un 2,95%.
Aumento en la economía de EEUU
Sin embargo, es poco probable que este ritmo de crecimiento pueda continuar. Se espera que la expansión económica se desacelere este año, a medida que los mayores costos de endeudamiento pasan factura al gasto de los hogares y las empresas.
También hay otros riesgos cercanos: los consumidores se están endeudando más para financiar sus gastos y es probable que las empresas tengan demasiado inventario disponible. Y los riesgos geopolíticos, incluido el conflicto en Medio Oriente, también son una amenaza inminente para la economía global.
Por ahora, el fuerte crecimiento económico ha distinguido a Estados Unidos de sus pares. Europa y Gran Bretaña están al borde de la recesión, y China (la segunda economía más grande del mundo) se encuentra en una posición resbaladiza.
En general, se espera que el crecimiento económico en las economías avanzadas se desacelere este año, a 1,4%, según el Fondo Monetario Internacional.
La política gubernamental jugó un papel importante en el apoyo a la economía el año pasado. Los esfuerzos de la administración Biden para financiar nuevos proyectos de infraestructura y energía limpia han creado nuevos empleos y estimulado 640 mil millones de dólares en inversiones privadas en todo el país.
Predicciones para el 2024
Se espera ampliamente que la economía continúe desacelerándose en 2024, después de dos años de tórrida expansión pospandemia, cuando el PIB creció un 5,95% en 2021 y un 2,06% en 2022.
Aunque algunos economistas todavía esperan una recesión leve este año, muchos parecen optimistas de que la economía puede estabilizarse sin grandes pérdidas de empleos o una desaceleración prolongada.
"Estamos descendiendo a niveles más sostenibles, tanto en la economía como en el mercado laboral. Esperamos una desaceleración controlada y constante, no una recesión", declaró a The Washington Post Satyam Panday, economista jefe para Estados Unidos de S&P Global Ratings.
La Reserva Federal aumentó agresivamente las tasas de interés desde el año pasado en un intento por desacelerar la economía lo suficiente como para reducir la inflación.
Aunque sus esfuerzos están funcionando, muchos estadounidenses todavía se están recuperando del impacto de las facturas en las tiendas de comestibles y en los surtidores de gasolina, donde los costos siguen siendo elevados con respecto a los precios previos a la pandemia.
Aun así, hay señales de que los estadounidenses poco a poco están empezando a sentirse mejor con respecto a la economía a medida que la inflación disminuye. Además, el nivel de confianza del consumidor repuntó en noviembre y diciembre.