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Dejar de fumar trae beneficios inmediatos: a los 20 minutos se reflejan los primeros cambios

Dejar de fumar trae beneficios casi instantáneos: mejora la respiración, aumenta la energía y reduce el riesgo de enfermedades graves

Beneficos de dejar el tabaquismo. Foto de Pixabay
Beneficos de dejar el tabaquismo. Foto de Pixabay

Entre las 24 y 48 horas siguientes, se reduce de forma significativa el monóxido de carbono, aliviando determinados síntomas como la cefalea, la astenia o los trastornos de sueño.

Cáncer de pulmón, bronquitis crónica, hipertensión arterial o infarto de miocardio, son sólo algunas de las muchas enfermedades que se asocian al tabaco, causante de la muerte de más de 480.000 personas, solo en los Estados Unidos, cada año. Sí, el cuerpo sufre (y mucho) la presencia de la nicotina dentro de él.

A pesar de ello, siempre se está a tiempo de reparar buena parte del daño que causa el tabaquismo. Y es que ya desde el primer día, el organismo nota los beneficios de dejar de fumar. Eso sí, aunque deben pasar varios meses para que el cuerpo se acostumbre al nuevo estilo de vida, se necesita no fumar un año para ser considerado exfumador.

Los efectos por dejar de fumar

Los efectos más inmediatos al dejar este hábito se reflejan en el sistema cardiovascular a los 20 minutos.

“La presión arterial y la frecuencia cardíaca se normalizan, además de la temperatura corporal”

Señala Juan Pablo de Torres, codirector del departamento de Neumología del Cáncer Center Clínica de la Universidad de Navarra (España).

Entre las 24 y 48 horas siguientes,

“se reduce de forma significativa el monóxido de carbono (un gas tóxico que se genera en la combustión de tabaco), aliviando determinados síntomas como la cefalea, la astenia o los trastornos de sueño. Tras este breve período, la posibilidad de sufrir un evento cerebrovascular o cardiovascular, fundamentalmente un infarto o una angina, disminuye. Además, se produce una mejoría significativa del olfato y del gusto”

añade el doctor Torres.

Por otra parte, aquellos pacientes que, a pesar de tener enfermedades respiratorias crónicas como asma o EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica), han continuado fumando y deciden dejar de hacerlo, los primeros efectos también son inmediatos: “Disminuye la inflamación a nivel bronquial”, comenta el especialista.

A la semana de abandonar el tabaco, más allá de que la presión arterial y la frecuencia cardíaca se normalizan, mejora el sueño o el cansancio. Los niveles de monóxido de carbono continúan reduciéndose. Al mes el aspecto de la piel mejora y la tolerancia al ejercicio es mayor.

Reducción de riesgos mayores

De acuerdo con la American Cancer Society, la tos y la dificultad para respirar disminuyen en los primeros nueve meses y, al año, el riesgo de cardiopatía coronaria baja a la mitad del que tiene una persona que continúa fumando, mientras que el de ataque cardíaco también disminuye drásticamente. Se reduce el riesgo de infecciones respiratorias, crisis asmáticas o eventos coronarios agudos.

Según la institución americana, el riesgo de cáncer de boca, de garganta, de esófago y de vejiga se reduce a la mitad a los cinco años de abandonar el hábito tabáquico.

En cuanto a los accidentes cerebrovasculares, la probabilidad de sufrir alguno se iguala al nivel de una persona no fumadora después de dos a cinco años. A los 10 años de dejarlo, los riesgos de morir por cáncer pulmonar son cerca de la mitad de aquellas personas que aún fuman.

Otros beneficios para la salud al dejar de fumar incluyen:

  • Menor probabilidad de coágulos de sangre en las piernas que puedan viajar a los pulmones.
  • Menor riesgo de disfunción eréctil.
  • Menos problemas durante el embarazo, tales como bebés nacidos con bajo peso, parto prematuro, aborto espontáneo y labio leporino.
  • Riesgo más bajo de esterilidad debido a daño en los espermatozoides.
  • Dientes, encías y piel más sanos.

La expectativa de vida para los fumadores es al menos 10 años menor que la de los no fumadores. Dejar de fumar antes de los 40 años reduce en alrededor de 90% el riesgo de morir de una enfermedad relacionada con el hábito de fumar.

Asimismo, dejar de fumar mientras se es joven reducirá más sus riesgos a la salud, pero dejar el hábito a cualquier edad puede regresarle años a su vida que de lo contrario perdería si continúa fumando.

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