Los líderes de China y Rusia hablaron sobre Taiwán y Ucrania en una conversación que subraya la determinación de contrarrestar a EEUU.
Xi Jinping y Vladimir Putin han rechazado la "interferencia" de EEUU en sus asuntos y se han comprometido a "mantener la estabilidad" de las cadenas de suministro industriales después de que el comercio entre los dos países se disparara el año pasado.
Moscú y Pekín deberían "cultivar un nuevo impulso para la cooperación", citaron los medios estatales chinos lo que le dijo su presidente a su homólogo ruso en una llamada hoy jueves. Putin enfrenta sanciones occidentales destinadas a frenar la producción militar tras su invasión de Ucrania, mientras que Xi combate las restricciones de EEUU sobre las exportaciones de alta tecnología a China.
"Las dos partes deben fortalecer la coordinación estratégica, salvaguardar la soberanía nacional, la seguridad y los intereses de desarrollo de sus respectivos países, y oponerse resolutamente a la interferencia externa en sus asuntos internos", dijo Xi.
China ha surgido como el aliado más importante de Rusia desde que Putin ordenó la invasión de Ucrania hace casi dos años. Pekín ha respaldado tácitamente la guerra al ofrecer a Moscú un salvavidas económico y comparte la antipatía del Kremlin por lo que China llama "hegemonía" económica de EEUU.
El Kremlin presumió que el volumen comercial bilateral anual de Rusia con China había superado antes de lo previsto el objetivo de $200 mil millones establecido por Putin y Xi, alcanzando un récord de $228 mil millones en 2023. Dijo que el 90 por ciento de las transacciones entre los países se denominaban en rublos o yuanes.
Yuri Ushakov, asesor de política exterior de Putin, dijo a los periodistas que Rusia y China tenían "enfoques cercanos en cuestiones internacionales clave" y "no aceptan y no aceptarán" la política de EEUU hacia ellos.
"Se expresó un rechazo mutuo al curso de EEUU destinado a interferir en los asuntos internos de otros estados", dijo Ushakov, según la agencia estatal de noticias rusa RIA Novosti.
"Lo más importante es que los líderes de los dos países entienden que EEUU prácticamente tiene una política de contención dual de Rusia y China".
Xi ha elogiado su estrecha relación con Putin, señalando en octubre que se habían reunido 42 veces en la última década.
Sin embargo, la creciente dependencia de Rusia de China ha cimentado su estatus de socio menor en la relación, ya que Moscú se vuelve cada vez más dependiente de nuevos mercados para sus exportaciones de energía.
Los dos países aún tienen que acordar comenzar la construcción del largamente demorado gasoducto Energía de Siberia 2, que tiene como objetivo reemplazar los ingresos que Rusia obtenía de las exportaciones de gas a Europa antes de la guerra.
Putin respaldó la posición de China sobre Taiwán y también discutió sobre Ucrania con Xi, dijo el Kremlin, aunque Ushakov mencionó que la última parte de la llamada fue "bastante breve".
También mantuvieron una discusión detallada sobre la guerra de Israel contra Hamas, la "tragedia humanitaria en Gaza" y la situación más amplia en Medio Oriente, agregó Ushakov. "Las posiciones de nuestros países sobre los principios para resolver de manera sostenible [el conflicto] en la región se superponen totalmente".
China ha aumentado las exportaciones a Rusia de todo, desde vehículos hasta herramientas para máquinas, dando asistencia a su esfuerzo de guerra mientras las sanciones europeas y de EEUU cierran el acceso de Moscú a la tecnología occidental.
Los envíos chinos de herramientas de maquinaria de "control numérico computarizado" avanzado se han incrementado diez veces desde la invasión a gran escala de Ucrania, con los productores del país dominando ahora el comercio de dispositivos críticos para las industrias militares de Rusia.
Max Seddon y Joe Leahy - Financial Times.
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