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Cinco mil árboles se plantarán en vecindarios latinos del DMV

Los embajadores de los árboles educarán sobre los beneficios de los robles o los álamos y sobre las oportunidades de empleos ecológicos

Defensores de la cuenca
La reforestación de las áreas donde vive la población con menos densidad arbórea solo se realizará con árboles considerados urbanos. Foto por cortesía de Defensores de la Cuenca.

El que quiera sombra y aire puro tendrá que sembrar un árbol. Con ese plan entre manos, la organización latina Defensores de la Cuenca en el área metropolitana consiguió del gobierno federal $2 millones para los siguientes cinco años.

Los Defensores de la Cuenca, liderada por Abel Olivo, es la única entidad ambientalista sin fines de lucro y con sello hispano que en Maryland, DC y Virginia, logró estos fondos para inyectar una infusión de arces rojos, robles, olmos, hayedos o álamos en las zonas donde se concentra la comunidad latina.

Algo más de 34 millones del billón de dólares, establecido en la Ley de Reducción de la Inflación, se repartieron para promover la siembra masiva de árboles y reducir la disparidad arbolaria en las zonas más pobres del área metropolitana.

Olivo explicó que aparte de sembrar los árboles, el componente más atractivo de los Defensores de la Cuenca será educar a los latinos sobre los beneficios de plantar, conservar y cuidar a los árboles. Esta misión estará a cargo de los embajadores de los árboles.

Todos los voluntarios de los Defensores de la Cuenca son hispanos y con su presencia rompen la falsa idea de que los latinos no se interesan por los problemas ambientales.

“Nuestra comunidad no participa en programas ambientalistas porque tenemos prioridades de sobrevivencia, nos falta tiempo, información en nuestro idioma y oportunidades”, señaló Olivo. “A través de los embajadores buscamos atraerlos para que se unan a nosotros”, agregó.

Siembre de árboles defensores de la cuenca
Los Defensores de la Cuenca tienen por misión sembrar árboles educar sobre los beneficios de los mismos y sobre las oportunidades laborales ecológicas. Foto por cortesía de Defensores de la Cuenca.

Al momento existen 16 embajadores en Prince George y Montgomery. Se aspira llegar a la cifra de 100 y plantar cinco mil árboles. A ellos se les pagará un emolumento de $6 mil mientras dure el programa. “Queríamos sembrar 10 mil árboles urbanos en enclaves hispanos, pero nos dieron menos de lo que pedimos”, aclaró Olivo.

Los embajadores no sembrarán árboles, de eso se encargarán empresas especializadas que saben de la calidad de la tierra, la distancia entre un árbol y otro y el tipo de planta para cada lugar.

Los emisarios de los árboles irán a las escuelas, parques, estadios, iglesias, festivales o ferias llevando el mensaje de que los árboles, además de dar sombra y ser el hogar de un sinfín de aves y otras especies, limpian el aire, protegen contra las inundaciones, purifican el agua, evitan la erosión de la tierra y mantienen la humedad.

Una experiencia única

Sandra Arana es embajadora desde la pandemia, para ella y su familia está siendo una experiencia única. “Ni mis hijos ni yo teníamos idea de los beneficios de los árboles y ahora todos amamos la naturaleza. La gente me decía ‘si voy a sembrar, un árbol me estorba, pero empecé hablarles de que nos dan oxígeno y retienen la humedad y todos respondieron positivamente, algunos pidieron cinco, otros 10 y en la iglesia de San Bernardo plantamos 200”.

Los embajadores harán un seguimiento de cada árbol plantado durante 18 meses hasta asegurarse de que echó raíces y su expectativa de vida está garantizada.

Comunidad latina siembra árboles
La organización de los Defensores de la Cuenca tiene un programa de embajadores de los árboles para llevar el mensaje a la comunidad latina. Foto por cortesía Defensores de la Cuenca.

En Riverdale, donde vive Arana, hacen falta árboles. “Vivo en un barrio deforestado y los que están pie son muy viejos. Mientras esté en este mundo mi compromiso es cuidar mi planeta”.

En su casa aprendieron a reciclar, a no usar botellas de plástico, a beneficiarse del árbol que da sombra en la ventana para no encender la calefacción y a recoger las latas de soda de las calles y entregarlas en la iglesia, con la venta de esos envases los niños se van de retiro espiritual.

Solo árboles urbanos

Otra misión de los embajadores es conseguir al menos tres anfitriones (dueños de casa o de complejos habitacionales, iglesias) para plantar al menos 25. Solo se plantarán árboles considerados urbanos y esos son los más difíciles de ubicar porque la población quiere plantas frutales o florales y el programa no está diseñado para eso.

El hecho de ser inquilinos es otro factor que a los latinos les impide tomar decisiones sobre lo que quieren hacer con sus áreas verdes. Aracely Vargas, embajadora de árboles en Montgomery, aseguró que los latinos sí se interesan por aprender y plantar en sus alrededores, “pero uno de los requisitos del programa es que deben ser dueños de la propiedad y eso nos ha complicado un poco”.

Otro factor que contribuye a la falta de equidad arbolaria es que los latinos viven en zonas urbanas densamente pobladas, cerca de las carreteras, parqueaderos y zonas industriales. “La planificación urbana tiene sus reglas y esas muchas veces dejan a nuestra población sin espacios para áreas verdes”, dijo Olivo.

Si hay promotoras de salud que van a ferias y eventos a educar sobre la importancia de vacunarse o protegerse de los virus, ¿por qué no promotores ambientales?, Vargas encontró que las dos actividades compatibilizan. “Fíjese que satisfecha que me quedo al final del día en una feria cuando unas 10 o 15 personas se van sabiendo qué importante es la salud y los beneficios que los árboles aportan a la calidad de vida”.

En el año que lleva como embajadora ha aprendido sobre las propiedades de los árboles urbanos o a saber cómo. Esa información la difunde en las escuelas. Su mensaje a donde va es:

Cuida la naturaleza porque de ella recibimos todo”.

Llegó la hora de los empleos verdes

“Somos una organización nueva -acaba de cumplir cuatro años- y aún estamos dándonos a conocer”, comentó Olivo. Su idea es que los latinos no solo trabajen en paisajismo o jardinería, que sepan que hay oportunidades en lo que ahora se llama empleos ecológicos como instaladores de paneles solares, recicladores, técnicos agroforestales o agricultores urbanos. “No estamos solo para plantar árboles, estamos para educar, entrenar y dar visibilidad a otras carreas para nuestra comunidad y para eso es la mayoría de fondos”, señaló Olivo.

Plantan arboles DMV
La cruzada de los Defensores de la Cuenca para devolver verdor a las áreas urbanas incluye a los niños y a sus familias. Foto por cortesía de Defensores de la cuenca.

Mientras en Montgomery, el condado les dará los árboles, en Prince George y Arlington los Defensores de la Cuenca comprarán las plantas y en DC están buscando socios y alianzas.

Gracias al trabajo de los embajadores de los árboles Rocío Turcio desde su ventana ve crecer a dos árboles. “Vinieron a plantarlos el verano y sí lograron echar raíces, ya están más grandecitos. Dicen que van a plantar miles en nuestros barrios”.

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